Cosas bonitas, juguetes y libros; de ruta con Blanca por Pontevedra

Estos días los columpios amanecen cubiertos por una capa de escarcha que no se va en todo el día; al mediodía se convierte en gotitas de agua, y por la tarde, escarcha otra vez...
Estos días, la hierba cruje bajo las suelas de los zapatos, y algunas zonas muy sombreadas de la ciudad esconden aceras resbaladizas y sustos por tropezones inesperados...
Así que, estos días, cuando a los peques se les empieza a notar en la cara que las horas en interiores empiezan a pesar,  hay que jugar con las posibilidades que tenemos y con la imaginación.. Hay que salir a investigar...

-¿Vamos a ver cosas?
-¿Qué cosas?
-Cosas geniales.
-¿Qué cosas geniales?.
-Juguetes, libros y cosas bonitas... Hasta puede que haya alguna cosa un poco mágica...
-¡Bieeeeen!...

Nos ponemos gorro, bufanda, guantes.... Merienda en la bolsa y monedas para comprar un globo al señor aposentado en uno de los portales de la Calle Peregrina...
Empezamos el paseo, sin rumbo fijo... y por aquí, y por allá, pasito a pasito vamos dibujando nuestra pequeña ruta....

Bajamos por la Herrería... Podemos hacer una parada para darle de comer a las palomas. Eso suele ser un sí rotundo....
En los quioscos de la plaza una bolsita de maíz cuesta 25 céntimos, un precio muy económico el que hay que pagar para ver el asombro en la cara de los peques aunque ya les hayan dado de comer hace dos días, o hace dos minutos...
Las palomas empiezan a llegar en cuanto ven el paquete. A veces se juntan tantas que no puedes dar ni un paso, es todo un espectáculo...

Por los soportales, en el número 4 nos paramos para que Blanca pueda ver el escaparate de Pepita Señorita. Es una tienda muy chula con un montón de ideas bonitas y originales para regalar...


Seguimos el paseo todo recto, y nos adentramos por la Rúa Manuel Quiroga, allí hay una parada obligada que sé que nos llevará bastante tiempo: La Habitación de los Juguetes, una juguetería con sabor a magia, a juguetes especiales elegidos con mimo; a aquellos deseos  que pueden cumplirse la noche de Reyes.

 


Siempre me cuesta mucho convencer a Blanca para que sigamos caminando; siempre encuentra algo que no había visto, un pequeño ratoncito, un juguete travieso que quiso jugar al escondite...
 
Le convenzo prometiéndole una bolsa de gominolas, si subimos a la Calle Michelena, frente al Ayuntamiento está La Metro,   una tienda con mil variedades de chuches; y me pregunto si fue un error o un acierto, porque de aquí si que me va a costar salir....
 
Ya con las gominolas en la mano, y alguna otra ayuda para  casos de emergencia escondida en el fondo de mi bolsillo, seguimos por la Calle Michelena, en dirección a La Peregrina, con parada inevitable, a la derecha, en  Los sueños de Alë y Patt. Su escaparate siempre llama la atención, yo creo que aunque no tengas niños. Siempre tiene cosas preciosas, e imaginaros ahora con el carnaval a la vuelta de la esquina; los disfraces son chulísimos!...

Ahora, paramos a descansar un momento; en el escaparate hay mucho que ver...
Yo voy a buscar a Blanca al colegio; su colegio nuevo... Parece que empieza a salir el sol, y podré cumplir los cinco minutos prometidos en los columpios de la Plaza de Barcelos....
En la siguiente entrada seguimos con la ruta...
¡Hasta luego!

 


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