El huerto de las palabras.


Esto es un móvil.
Desde hace tiempo las personas los usan cada día; cada minuto; cada segundo. Con el tiempo se han ido volviendo más poderosos. Con el tiempo, las palabras han dejado de decirse; sólo se teclean.
 
Ahora, en medio del silencio tan ruidoso de la ciudad, ya no se escuchan saludos; no hay "holas" ni "adioses"; no existen expresiones de alegría ni de tristeza. Ahora todo se ha ido traduciendo poco a poco a emoticonos.
 
Con el paso de los años a las personas casi les es imposible hasta pensar sin una máquina en la mano. Casi no recuerdan como es escuchar una palabra, una sílaba; una voz.
Hace poco los últimos sonidos que quedaban han decidido irse. Eran los más resistentes; los más importantes...

En medio de todo ese silencio, de todo ese vacío; hay algunos que intentan resistir...
Ella y él lo intentan cada día. Todos los días.
Ella  y él antes, en el pequeño huerto que tienen detrás de su casita  plantaban tomates, lechugas, alguna patata...

Pero cuando llegó el silencio, se comieron todas las verduras y entraron en casa.
Allí, con las puertas y las ventanas cerradas y las cortinas echadas, hablan y hablan sin parar. Se dicen "te quiero", "te odio", "me aburro". Se ríen. Lloran. Escuchan música en un viejo casette.
 
Allí, recuerdan cómo sonaba la lluvia contra un cristal; el motor de un coche; el viento en las copas de los árboles...
Pero incluso allí, allí también el círculo del silencio va encerrándolos cada vez más y más. Y desesperados, miran hacia el huerto, y siembran.


Con mucha paciencia recortan una a una cada letra; el abecedario completo, y esconden pequeños montoncitos bajo tierra. Una hilera completa. Y esperan...
 
Pasan los días. Sale el sol, llueve. Llueve, sale el sol y vuelve a llover. Salen al huerto, pero sigue vacío.
Hasta que un día, al llegar al final, casi al final del abecedario sembrado, justo donde el cartel indica que han sembrado la letra "V", ven que ha nacido un pequeño brote, tierno y verde.
 
 

 
Ella y él se cogen de la mano y sin saber por qué dicen a la vez: "Vilma".
Ella descansa la mano sobre la tripa que ha crecido tanto en las últimas semanas.
Un rayo de sol traspasa las nubes y ven como el sonido se eleva por el cielo.
 
 
 
Lloran.
 
 
De repente, más sonidos; muchos más.
De repente, más palabras; muchas más.
 
De repente, todas las palabras.
 
Fin y Principio


 



Un cuento de Blanca y Eva.




Comentarios

  1. ¡¡¡Qué cuento tan bonito!!! Está lleno de dulzura, inocencia y de esperanza. Me ha encantado, Eva, es muy lindo.
    Besitos

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    1. Gracias, Chari. Llevamos muchos días trabajando en él y mi peque estaba muy ilusionada pensando en cómo hacer los dibujos; comentando qué ocurriría... Ella ha puesto esa inocencia y mucha, mucha esperanza. Besos!

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  2. Crecen las palabras. Las veo, las oigo, las leo (¿es posible que también las paladee y las huela? ¡Sí, claro que es posible!). Me ha encantado. Abrazos, hortelanas, escritoras.

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    1. Claro que es posible! Pueden apreciarse con cualquier sentido, esa es su magia. Muchas, muchas gracias de parte de las dos!

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  3. Hola Eva, me ha parecido muy emotivo. No soy mamá pero trabajé mucho tiempo en una granja escuela, esos dibujos, ese huerto, ahinsss!!! dios como me acuerdo de esos momentos, tus palabras me han llegado mucho lo comparto con todo el cariño de tu intimidad y mis recuerdos. Un abrazo

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    1. Muchísimas gracias! La verdad es que ha sido toda una experiencia. Yo creo que compartir algo con un niño siempre aporta otra perspectiva; otra visión. Deben ser muy hermosos tus recuerdos :). Un abrazo fuerte

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  4. Que bonito es trabajar con niños y entender sus dibujos. Un abrazo

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    1. Sí, ¿Verdad?. Lo de los niños es otro mundo con mil cosas que descubrir. Abrazos!

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  5. Qué historia tan preciosa, Eva. Además encierra una importante reflexión sobre la pérdida de la capacidad de comunicarnos de tú a tú, sin teclas ni máquinas por medio. Espero que nunca lleguemos a los extremos que reflejas, estaríamos perdidos :(

    ¡Muy bueno, me ha encantado!

    Un beso.

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    1. Gracias, Julia. En casa hablamos bastante sobre ese "peligro", de olvidarnos de "hablar". No creo que nunca se llegue realmente a un extremo como el de nuestro cuento (o eso espero) pero creo que debemos esforzarnos un poco más y no "escondernos".
      Mil gracias por pasarte a leernos. Un beso!

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  6. Este nuevo cuento en colaboración con Blanca, me ha llegado hasta esa parte recóndita del Ser humano donde mejor se comprende, esa esencia de silencios donde únicamente este lenguaje del corazón con el que has bordado tus palabras, puede comprenderse mucho mejor.

    Desde aquí quiero decirle a Blanca que su esfuerzo al dibujar estos entrañables dibujitos, ha valido la pena, porque nos han servido a todos tus lectores para hacernos conectar con nuestro "niño interior" y valorarlo mucho más.

    Muchas gracias a las dos coautoras y muchos besitos para las dos.

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  7. Muchas gracias a ti por leerlo, por apreciarlo... La sonrisa de mi niña ha sido gigantesca cuando le he dicho que sus dibujos han gustado mucho. Gracias!. Muchos besos de las dos!

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  8. Hola!!!! Me ha encantado.
    Hace un año mis hijos fueron a una quedada con compañeros del cole a los que hacía como 2 años que no veían y vinieron alucinados porque después de los saludos y de preguntarse qué tal todos se pudieron con el móvil y apenas había conversación. Al final los míos y 3 o 4 más se fueron a otro sitio para charlar un poco, que se supone que para eso habían quedado.
    El móvil y redes sociales nos facilitan la vida y nos permite mantener el contacto con la familia que tenemos lejos, pero eso a veces va en detrimento de las relaciones personales. Un besito y me ha encantado.

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    1. Muchas gracias, Marigem!. Yo creo que a todos nos pasa, o nos ha pasado alguna vez; estar con alguien y que éste se ponga a mirar el móvil... En fin... No hay que olvidarse de hablar!. Muchos besos!

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  9. Hace tiempo cuando una pareja tenía muchos hijos se decía, que por no tener televisión.. Ahora tenemos mucha tecnología para olvidar incluso el sonido de una palabra. No obstante también, empezamos a ser consciente del valor que tienen. "Vilma" es un bonito nombre.
    Los dibujos preciosos, y la reflexión estupenda.
    ¡Un fuerte abrazo Eva!!

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    1. Muchísimas gracias, Mila. Es verdad, creo que empezamos a ser conscientes del valor que tienen. Es algo que jamás deberíamos olvidar, o pasar por alto, o relegar por otras cosas. Un abrazo muy fuerte!

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