Desordenada
El cajón de un mueble donde se mezclan aspirinas,
pilas y listas de la compra.
Desordenada
Una pista de baile donde las parejas ni se buscan,
ni se encuentran.
Desordenada
El tiempo se mide en milímetros,
y en el cajón sólo queda un respiro,
o dos entre las agujas.
El espacio son años luminosos o sombríos
en la cara oculta de un planeta
recién presentado en las noticias de las tres.
Me reciclo cada noche tras mis párpados cerrados;
tras mis puños cerrados.
Alquilaré por horas unas cuantas palabras
para intentar explicar,
y explicarme,
esta realidad medicada
enferma de tu ausencia.
Desordenada
La vigilia del miedo me adormece
instalada en mi mirada.
Un antifaz que me cubre y me descubre.
Desordenada
Una película con el fin antes que el principio.
Un mundo donde no nos hemos encontrado.
Una playa sin orillas ni llegadas.
Una ciudad sin tus pasos junto a los míos.
Desordenada
A veces mis pensamientos se comen unos a los otros.
Muñecas rusas de sílabas y letras.
Las palabras se me rompen en pedazos
por no decirlas; cristales contra un suelo
de silencio gris.
Desordenada
Oscuridades más claras que las luces.
Luces llenas de interrogantes negros.
Desordenada
A veces el sueño desordena mi cuerpo;
a veces devora las migas de día que quedan en mi plato.
A veces, sólo a veces, el bolígrafo gana la carrera
de hablar conmigo misma.
Desordenado.
Desordenada.
A veces, como ahora.
A veces la vida es desordenada y lo primordial es saber donde tenemos la cabeza y las cosas ya se ordenarán. Un abrazo
ResponderEliminar¡Gracias! Es cierto. Ahora mismo vivo una etapa de auténtico caos y desorden entre pañales, mundos de playmobil, biberones y papillas, dibujos animados, noches en blanco y madrugones...
ResponderEliminarPero seguro; seguro... todo pasa.
Un besito