tag:blogger.com,1999:blog-4657026463960793962024-03-06T07:06:15.254+00:00Nariz de ChocolateBuscadora de historias y palabras
Días que se dividen entre líneas y párrafos.
Historias que me encuentro y que me encuentran.
Realidades, ficciones y circunstancias.
Bosques, islas y horizontes.
Travesías...
Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.comBlogger182125tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-50115607648800871712024-01-16T15:24:00.004+00:002024-01-16T15:24:54.730+00:00Mis queridos Gnomos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYqYIesmNUFPPAq_5MD4BJxpTlMkAA9vuHCkDSr0dyk86yUcHpcdRVRf4mnCAjz4-OoPuXzoyDkUy-Y74sgGqbbSQo3iq6rBTw44jIQNezgxwLgxp_1oEoxAPNZsgNk6Xl5hNw-BVJkHMr-ioIQi-K-7xnBpciXUpUI66IbtsvfuhGUL2GqOhWGCOUnko/s4624/Gnomos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYqYIesmNUFPPAq_5MD4BJxpTlMkAA9vuHCkDSr0dyk86yUcHpcdRVRf4mnCAjz4-OoPuXzoyDkUy-Y74sgGqbbSQo3iq6rBTw44jIQNezgxwLgxp_1oEoxAPNZsgNk6Xl5hNw-BVJkHMr-ioIQi-K-7xnBpciXUpUI66IbtsvfuhGUL2GqOhWGCOUnko/w480-h640/Gnomos.jpg" width="480" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Vivíamos de otra manera</h2><div><br /></div><div>Entonces vivíamos de otra manera; de una manera tan diferente que<b> casi podría parecer que nunca pasó</b>. Pero debemos quedarnos con ese "casi"; un "casi" al que agarrarnos con todas nuestras fuerzas, para no olvidar que el pasado es el camino de donde, a fin de cuentas, viene el presente y, en cuya línea de salida, se fragua el futuro. </div><div><br /></div><div>Aquella época, me parece ahora tan lejana como si solo la hubiera soñado. Fueron días de <b>canicas</b> y, con suerte, de<b> bocadillos de chocolate </b>al terminar el cole. Coleccionaba aquellos<b> cromos que venían con los yogures</b> y canturreaba con mi amiga Laura en el autobús "sipi" o "nopi", sujetando con fuerza mi taco de pegatinas, bailando en las curvas; agarrada al asiento delantero con aquellos zapatos de cordones que volvían a calzar mis pies con cada comienzo de curso. </div><div><br /></div><div>Fueron días de cuentos troquelados, de tardes que languidecían hacia noches que sonaban a Casimiro mandando a todos los "peques" a la cama. Pero sobre todo fueron días de imaginaciones inquietas; fantasías que despertaban a nuevos universos coloreados en las pantallas de unos televisores que solo nos pertenecían durante un ratito; pero un ratito que para nosotros significaba un mundo; muchos mundos. </div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY7nea1G8F8rlS2fJqktkU_yorZE7Eh2_oejZmqhPePsKjnNZqlHg5VfgRczS98yeIFicmgyui25D6D1Zm22Y0aeMJ7X1vipHdgoRtuj-0rryMYZLGRphHbFx69EQeB-xBCDVF6ohx-ikRIN4OGoj-WORgNz3V4TUmr5bEevQ9bMUNm8KC5d_3Bk09X-Y/s4096/Gnomos2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3072" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY7nea1G8F8rlS2fJqktkU_yorZE7Eh2_oejZmqhPePsKjnNZqlHg5VfgRczS98yeIFicmgyui25D6D1Zm22Y0aeMJ7X1vipHdgoRtuj-0rryMYZLGRphHbFx69EQeB-xBCDVF6ohx-ikRIN4OGoj-WORgNz3V4TUmr5bEevQ9bMUNm8KC5d_3Bk09X-Y/w300-h400/Gnomos2.jpg" width="300" /></a></div><br /><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Los mundos en nuestro televisor</h2><div><div>Muchos de los mundos que acompañaron la niñez de los que fuimos a E. G. B, bebían de la fuente inagotable de la literatura. Willy Fogg nos llevó a recorrer el mundo en, nada más y nada menos, que ochenta días, siguiendo la ruta trazada en un mapa imaginado hace mucho, mucho tiempo por el gran JulioVerne. Seguíamos con ilusión cada tarde de nuestros fines de semana, una nueva etapa del viaje: cantábamos su canción de cabecera a voz en grito, y estoy segura de que casi todos todavía somos capaces de hacerlo. Igual que todavía somos capaces de entonar, palabra por palabra, la banda sonora de D´Artacan y los Tres Mosqueperros; la adaptación más perruna jamás realizada del inolvidable clásico de Alejandro Dumas. </div><div>Intrigas palaciegas, duelos de espadachines... Las sobremesas de los ochenta jamás defraudaban...</div></div><div><br /></div><div><h4>El mundo secreto de los Gnomos</h4></div><div>Pero de todos los mundos a los que podíamos viajar, hay uno al que hoy sigo añorando ir; al que ansío a veces, escapara, y que me encantaría descubrir, una tarde cualquiera, paseando por el bosque, acompañada del trino de los pájaros; protegido el sonido de mis pasos por la melodía de una brisa suave de primavera.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQm62qP-0rTTIaFrgiwJaFH-0dX2O5YqEe1SJGyObMB9ajEYURFl_7S-mHCF9q6-DwXLUdurdb2f1NQjEkRYrMaSJvRXDVeGpDYn02NgPu1OCWSVuJsonFsruypj1OL1dn4rB9QJZsD6M1SepMd4H-jkvDC6xntVKn5mmBnH_UOapRQv-V9z6J1sC2EVM/s4624/Gnomos%202a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQm62qP-0rTTIaFrgiwJaFH-0dX2O5YqEe1SJGyObMB9ajEYURFl_7S-mHCF9q6-DwXLUdurdb2f1NQjEkRYrMaSJvRXDVeGpDYn02NgPu1OCWSVuJsonFsruypj1OL1dn4rB9QJZsD6M1SepMd4H-jkvDC6xntVKn5mmBnH_UOapRQv-V9z6J1sC2EVM/w400-h300/Gnomos%202a.jpg" width="400" /></a></div><br /><div><br /></div><div>Me lo imagino así, claramente; como un espejismo certero en medio de la realidad desierta. El primero en verme sería <b>Swift</b>.<b> </b>Nos quedaríamos mirando un momento, solo un momento, a los ojos; y sonreiríamos. Él bajaría las orejas y avisaría a David, ocupado en curar el ala herida a un herrerillo. Después caminaríamos juntos. Yo, con los dedos extraviados en el pelaje áspero y rojizo del zorro, aspirando el aroma a tierra y el olor de las flores que bordean el sendero hasta su casa. Allí nos quedaríamos en su hermoso árbol; seguramente un haya o un roble; esperando a que el pastel acabara de hacerse en el horno; jugando con los ratoncitos... Allí se queda esa yo pequeñita en su casa soñada, antes, mucho antes, de ver marchar en el viento las flores de un cerezo...</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ORBPTvkELPVzKn9XMhJV5i-2gpydk1rSX9wqKCgs5w_M9eAarLK9MnhVgyfkUGgqQauZHmjXEPP5Nzex0BK0WiW9oUbfrfYq7ejz-VBsqM8yk54DosmDUWmsGoeYErkW812lztavjaYgJjWW7P1362QRMGCxWfh0me1HzG_ne8e2lVUW_-EEFG7XNVA/s4096/Casita%20Gnomos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2918" data-original-width="4096" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ORBPTvkELPVzKn9XMhJV5i-2gpydk1rSX9wqKCgs5w_M9eAarLK9MnhVgyfkUGgqQauZHmjXEPP5Nzex0BK0WiW9oUbfrfYq7ejz-VBsqM8yk54DosmDUWmsGoeYErkW812lztavjaYgJjWW7P1362QRMGCxWfh0me1HzG_ne8e2lVUW_-EEFG7XNVA/w640-h456/Casita%20Gnomos.jpg" width="640" /></a></div><br /><h4 style="text-align: left;"><br /></h4>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-10963246525808096852024-01-11T15:32:00.003+00:002024-01-11T15:33:17.639+00:00El lobo rojo<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9F1NNVFvHlr1qmySsOOMzT8HCRg_GGfUtgZdxbIOzlyLx6KHA1tQ58lJ0nk2MU4J1-OIGCdj0U2sam-nxDFoeIYDfKguoV4dhQHZXA_FxnJpxP_VxqeChyf2mWo5kHYYvizJKdB5RCZ8RYeLj1oYpM2zJU-en5f0MKFl-MLqGLkQpHHOSZKDhe5TSbew/s3673/Lobo%20rojo%20portada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2941" data-original-width="3673" height="512" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9F1NNVFvHlr1qmySsOOMzT8HCRg_GGfUtgZdxbIOzlyLx6KHA1tQ58lJ0nk2MU4J1-OIGCdj0U2sam-nxDFoeIYDfKguoV4dhQHZXA_FxnJpxP_VxqeChyf2mWo5kHYYvizJKdB5RCZ8RYeLj1oYpM2zJU-en5f0MKFl-MLqGLkQpHHOSZKDhe5TSbew/w640-h512/Lobo%20rojo%20portada.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada de El Lobo Rojo | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p>Llevo todo el día con ganas de llorar. A primera hora se me ha formado una bola en la boca del estómago, y no se deshace; no quiere marchar.</p><p>Llevo todo el día con ganas de llorar; tantas que las escribo con mi lápiz, letra a letra; lágrima a lágrima. Porque las letras pueden serlo todo: lágrimas, sonrisas... Palabras.</p><p>Esa nube cargada de llanto que se ha acomodado en mi pecho no es borrasca ni anticiclón; alegría ni tristeza. Solo es la vida. Esa que somos y que nos rodea; que amamos a veces y otras, aniquilamos. Una complejidad que supone una existencia. Ecuación en la que juegan papel fundamental un montón de incógnitas: átomos, moléculas; espíritu... Esa que nosotros ansiamos definir, como si todo lo que es alguien pudiera caber en la acepción de un vocablo escrito en algún lugar.<b> Buscamos constantemente ser, estar, parecer; no nos conformamos con existir; descubrir, respirar, latir; sangrar</b>. Y así, la esencia se va quedando abajo, muy abajo, al fondo del cajón de una memoria que no la reconoce.</p><h4 style="text-align: left;">El lobo rojo: sesenta páginas que son pura maravilla</h4><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiufQSJA9onXwvBgJFWVnzWLc2ddMsD6dpHgec9PJA3CRwdhNoKnxTuX7R-Berc4CEiJBespFiu66_FvDvHbpMmdha3jUNzBHJ32fLyQZprHRv1qHF9Ks66LEjNzclmq3PBM3kl4EsqBJWMh-TGtPoAH7LDyzymjcFa8lu4l8ZvwWGKKqK28vFLPDYOPKU/s4624/lobo%20rojo%201.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiufQSJA9onXwvBgJFWVnzWLc2ddMsD6dpHgec9PJA3CRwdhNoKnxTuX7R-Berc4CEiJBespFiu66_FvDvHbpMmdha3jUNzBHJ32fLyQZprHRv1qHF9Ks66LEjNzclmq3PBM3kl4EsqBJWMh-TGtPoAH7LDyzymjcFa8lu4l8ZvwWGKKqK28vFLPDYOPKU/w400-h300/lobo%20rojo%201.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera página de El Lobo Rojo | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><p>Llevo todo el día con ganas de llorar tras leer "El lobo rojo". Una historia que me mostró, en <b>sesenta hermosísimas páginas</b>, como la vida; este periplo, esta travesía; es mutación, polisemia, reinvención, olvido y recuerdo; principio y final. Aromas y tactos que nos tocan y nos envuelven en instantes que ya son, en sí mismos y por derecho propio, una vida entera. </p><p>El protagonista, <b>un perrito rojizo y peludo</b>, cae dese el carruaje en el que viaja su familia y, ahí, entre los surcos dibujados por las ruedas en la nieve, comienza a reescribirse su destino. Y, desafiando su tamaño, el largo de sus patitas, su fuerza... Desafiando quién era, se convierte en cazador, en parte e una manada. Su historia continua, crece y cambia hasta un final en el que todos los destinos de El Lobo Rojo se entrelazan. </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE9T5kBNqa5B3EA-XiBenojSBOr2lFZwf9wzQtxxzUJdro-CfuKXtEbESL9G5keqMe8vWKPrsL6fjpJrHrSW8FIeuslNeq85SJ9LRiLHKk5zwS_AebODpeIGwhbUkyBt2eNKLUlb08Myuveuh4wiQoL5-piMmNL9ADfEkdmeYjrd4eyACSIGM_irJPy0o/s4624/lobo%20rojo%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE9T5kBNqa5B3EA-XiBenojSBOr2lFZwf9wzQtxxzUJdro-CfuKXtEbESL9G5keqMe8vWKPrsL6fjpJrHrSW8FIeuslNeq85SJ9LRiLHKk5zwS_AebODpeIGwhbUkyBt2eNKLUlb08Myuveuh4wiQoL5-piMmNL9ADfEkdmeYjrd4eyACSIGM_irJPy0o/w480-h640/lobo%20rojo%202.jpg" width="480" /></a><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Otra preciosa ilustración de Friedrich Karl Waechter</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><h4 style="clear: both; text-align: left;">La eterna búsqueda de una definición</h4><div style="text-align: left;">Jamás una sola palabra será suficiente para definir una existencia, porque somos muchas cosas. Instantes que vivimos, caminos que tomamos; amor que encontramos, preguntas que nos hacemos; respuestas que hallamos.</div><div style="text-align: left;">Las definiciones que nos ponemos y nos ponen aprietan y hacen daño. Vivir la vida a la manera de cada uno, desde el principio hasta el final, es el único camino posible si queremos intentar ser fieles a nuestra esencia de Lobo Rojo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><i style="font-weight: bold;">Llevo todo el día... </i>y me agarro a un viejo pañuelo, polisemia de tela para mí. Lavanda, violeta y malva; flores y tacto; aroma y recuerdos; porque también las cosas son pura polisemia. Pura e inabarcable polisemia, como El Lobo Rojo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><i>"-¿Esto es para niños o adultos?</i></div><div style="text-align: left;"><i> - Yo dibujo y escribo para todos los que tuvieron cinco años, todavía conservan recuerdos de esos años y les gustaría llegar a los noventa y nueve". </i></div><div style="text-align: left;">(Friedrich Karl Waechter)</div><div style="text-align: left;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGYF2bAdoAB-COxzVOLSvPmu_91awFYWGRg9t7jE_6o1E7rJfl319YfBedpGZMUvzXFejMKuL_HCcXZ7XJtyaymto86nwcrzmmy7ZcPrYrRNbYARw2JqXGzmvutVqqDNjAXhBM7-N5VNrCetJM8Tmd8GeEqxtQ9z0s0UaRTEwLAPo84nohBfweaTOi5Xw/s4096/Lobo%20rojo%204.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGYF2bAdoAB-COxzVOLSvPmu_91awFYWGRg9t7jE_6o1E7rJfl319YfBedpGZMUvzXFejMKuL_HCcXZ7XJtyaymto86nwcrzmmy7ZcPrYrRNbYARw2JqXGzmvutVqqDNjAXhBM7-N5VNrCetJM8Tmd8GeEqxtQ9z0s0UaRTEwLAPo84nohBfweaTOi5Xw/w640-h480/Lobo%20rojo%204.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-36557261301964501542024-01-09T11:33:00.002+00:002024-01-09T11:33:38.784+00:00Pequeños amigos monstruosos<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxA_1oe1cad5cmjDMQN7XncvBFWWpmjTP_NrjK3m_XR5qbzb6qlXwcUUblvQutyUVCfK4gEfgv1Czdc20HTIyK2RbLKkmWXFEuNwCoinBX3V5Nx54ITQn-5ZKpT-suOm0k3BXRpHlBbT-NAb1lsARydI2MbTsHdHYsjx_ScCkJemDtxYq3nJcpZawbl0/s3778/IMG_20240101_171545.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxA_1oe1cad5cmjDMQN7XncvBFWWpmjTP_NrjK3m_XR5qbzb6qlXwcUUblvQutyUVCfK4gEfgv1Czdc20HTIyK2RbLKkmWXFEuNwCoinBX3V5Nx54ITQn-5ZKpT-suOm0k3BXRpHlBbT-NAb1lsARydI2MbTsHdHYsjx_ScCkJemDtxYq3nJcpZawbl0/s3778/IMG_20240101_171545.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"></a><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxA_1oe1cad5cmjDMQN7XncvBFWWpmjTP_NrjK3m_XR5qbzb6qlXwcUUblvQutyUVCfK4gEfgv1Czdc20HTIyK2RbLKkmWXFEuNwCoinBX3V5Nx54ITQn-5ZKpT-suOm0k3BXRpHlBbT-NAb1lsARydI2MbTsHdHYsjx_ScCkJemDtxYq3nJcpZawbl0/s3778/IMG_20240101_171545.jpg" style="display: block; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="2616" data-original-width="3778" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxA_1oe1cad5cmjDMQN7XncvBFWWpmjTP_NrjK3m_XR5qbzb6qlXwcUUblvQutyUVCfK4gEfgv1Czdc20HTIyK2RbLKkmWXFEuNwCoinBX3V5Nx54ITQn-5ZKpT-suOm0k3BXRpHlBbT-NAb1lsARydI2MbTsHdHYsjx_ScCkJemDtxYq3nJcpZawbl0/s600/IMG_20240101_171545.jpg" width="600" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primer plano de Coco, Animal y Oscar el Gruñón<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><div style="text-align: left;">Llegaba del colegio. En otoño e invierno ya empezaba a anochecer cuando el autobús me dejaba en la parada. Recuerdo vagamente llegar y, algunas veces, pedir un baño rápido y ponerme el pijama enseguida. Tenía una cita ineludible con ciertos amigos coloridos y peludos...</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQTJbiIY7kTHqbVkxExwZYOw-9GIK_2tJU_7el7mdLQUYaY4wst9rl0EqIBZLwUmqlxXz9EPWIpch8UF_FB05r-YqmW7an4MrAvYR3wNxNPSNAH6ctoq52URsMlqp6nPxSPo2-jY-7ZF19qSF2MXr0XJw4zmHyAB2zciFUfBjIWb0dut_I_1x-bQ-JwLs/s4624/S%C3%A9samo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQTJbiIY7kTHqbVkxExwZYOw-9GIK_2tJU_7el7mdLQUYaY4wst9rl0EqIBZLwUmqlxXz9EPWIpch8UF_FB05r-YqmW7an4MrAvYR3wNxNPSNAH6ctoq52URsMlqp6nPxSPo2-jY-7ZF19qSF2MXr0XJw4zmHyAB2zciFUfBjIWb0dut_I_1x-bQ-JwLs/s320/S%C3%A9samo.jpg" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><br /></div></td></tr></tbody></table>Cierto que <b>algunos eran también algo monstruosos</b>, de modales cuestionables y hasta un poco selectivos con la comida (uno de ellos únicamente admitía comer galletas con pepitas de chocolate).</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Eran dulces y traviesos. Torpes algunos; otros, un poco tímidos. Imposible clasificar a casi todos, aunque unos cuantos eran fácilmente identificables: ranas, mosquitos, gambas mafiosas, vampíricos condes, pollos gigantescos... Si les dejábamos (cosa que yo hacía sin dudar), venían cada tarde de visita, de lunes a viernes, a la misma hora. Entraban por esa ventana que se abría y cerraba a mi antojo y al de un botón negro que, a presión forzada, señalaba mis deseos: "on"/ "off".</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Me acogieron y acompañaron; me enseñaron a deletrear, a cruzar la calle, a distinguir los colores y ponerles nombres a las formas... Y, más que a ninguna otra cosa, me enseñaron a reír, a imaginar, a disfrutar de cada minuto y a soñar...</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Imaginaba cómo sería abrazarlos; acariciar sus cabezas peludas, agarrar sus pequeñas manitas de tres dedos para cruzar la calle; reírme con sus chistes y ocurrencias, vivir con ellos grandes aventuras...</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;"><h4 style="text-align: left;">Oscar el Gruñón</h4><div>Adoraba a todos pero mi favorito era Oscar el Gruñón; poco sociable y amante de la vida entre la basura. Excepto por esta última, me identificaba con sus otras características. Excepto por esta última, me identificaba con sus otras características y eso me hacía sentirme muy cerquita e él. Siempre ocupará y ocuparán un lugar especial en mi corazón.</div><div>Hoy, con las presentaciones debidamente hechas a mis pequeños, disfrutamos encontrando pequeños tesoros.</div><div>Hoy, tantísimos tiempos después, todavía me recuerdo gritándole a mi hermano desde la habitación: "¡Luis! ¿Ya empezó Barrio Sésamo? Y creo, que acordaré siempre; también ahora.</div><div><br /></div><h4 style="text-align: left;">Jim Henson y Caroll Spinney</h4><div><br /></div><div>El 10 de noviembre de 1969 este monstruoso títere se asomó por primera vez desde el cubo de basura que era su hogar. Apareció en Sesame Street, el famoso programa ideado por <b>Jim Henson</b>. Un show protagonizado por un grupo de coloridas marionetas; algunas monstruosas y todas adorables. </div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQaPposUqTlpWIFl7XPt4V7qSTyNqzcB3nBO3D3Vy0_zJlW7i5fp_EwzOS9RKQyJORihktlsJ2P8u1wpNgUeKGdV0bly8SPhTWXmkU9_dGYW3l-MEg9bjAh191e5VeL-EhMD5eqKUAsVgmbnVEykUx4Qj9-6ZrZFakYXZ9yGBl_yfF2CHTZVgIYtZODZI/s4096/Gru%C3%B1%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3072" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQaPposUqTlpWIFl7XPt4V7qSTyNqzcB3nBO3D3Vy0_zJlW7i5fp_EwzOS9RKQyJORihktlsJ2P8u1wpNgUeKGdV0bly8SPhTWXmkU9_dGYW3l-MEg9bjAh191e5VeL-EhMD5eqKUAsVgmbnVEykUx4Qj9-6ZrZFakYXZ9yGBl_yfF2CHTZVgIYtZODZI/w300-h400/Gru%C3%B1%C3%B3n.jpg" width="300" /></a></div><br /></div><div><br /></div><div>Detrás de él estaba<b> Caroll Spinney</b>, crador también de Big Bird (nuestra Caponata). Lo que empezó como un sueño infantil, se materializó en una explosión de magia y fantasía que acompañó durante años a niños de todo el mundo.</div><div><br /></div></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-91895607358672689272023-11-02T17:50:00.002+00:002023-11-02T17:50:19.173+00:00Gaia<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrggoJThV3l0c8BTU7Q0ykSSaZXdofMgIXuhGITMYQfTKA0AbYFb6IFG4e95deGm6MQzHAP0EIWY36wFqGxN0woUADSRDj01vi0PLB4rD7dhpr3LdscvMdqBRAMGi80zQXslteVgben6Kh8vBvLaUguPbWvTj8GZvqI1GGALJeo9W3IGhfMhW0JHlfKro/s4091/Gaia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4091" data-original-width="2731" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrggoJThV3l0c8BTU7Q0ykSSaZXdofMgIXuhGITMYQfTKA0AbYFb6IFG4e95deGm6MQzHAP0EIWY36wFqGxN0woUADSRDj01vi0PLB4rD7dhpr3LdscvMdqBRAMGi80zQXslteVgben6Kh8vBvLaUguPbWvTj8GZvqI1GGALJeo9W3IGhfMhW0JHlfKro/w428-h640/Gaia.jpg" width="428" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada de Gaia, de Ed. Astronave | Imagen propia<br /><br /><br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /></p><h2 style="text-align: left;">Gaia: Diosa de la Tierra</h2><div><br /></div><div>La voz de Gaia habla cada día, cada minuto. Gritos, truenos, tempestades.</div><div><br /></div><div>Sacuden las costas oleajes formados por las lágrimas de una madre que llora por una hija enferma, infectada por la codicia humana. El cierzo se abre paso en las montañas; tramontanas rodean archipiélagos. Cristaliza el miedo sobre la superficie de los lagos, se congelan las raíces enterradas. Vomitan lava los volcanes apagados; se mueven las baldosas submarinas de la tierra.</div><div><br /></div><div><br /></div><h4 style="text-align: left;">Mitología griega en formato cómic</h4><div>Gaia es el nombre de la Diosa Tierra en la mitología de la Antigua Grecia. Una mitología que este álbum de Imogen e Isabel Greenberg, nos muestra en un formato lleno de color, acercándonos al mundo de los Dioses, a través de maravillosas viñetas.</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4az7FKu3AbIdVf6RLJioubCbBUvjVgvAOCm8TpTueAP4CpFhjASRZl_AekzLWSMUjgwFFkFz4983RKs4bl2id8kTdSfVYs4ADItZKWoHu3d47b6ujhzfpJIPn7uVx0jdLu0fi7uaLh_oM5NgXGluSwcmj2AE40MmgUbKhTzQl8YKUnWRh7s9laCbmFoI/s4096/Gaia1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4az7FKu3AbIdVf6RLJioubCbBUvjVgvAOCm8TpTueAP4CpFhjASRZl_AekzLWSMUjgwFFkFz4983RKs4bl2id8kTdSfVYs4ADItZKWoHu3d47b6ujhzfpJIPn7uVx0jdLu0fi7uaLh_oM5NgXGluSwcmj2AE40MmgUbKhTzQl8YKUnWRh7s9laCbmFoI/w400-h300/Gaia1.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera página de Gaia (Bienvenida de las Moiras) | Imagen propia<br /><br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><h4 style="text-align: left;">La voz de Gaia</h4><div>Desde entonces hasta ahora, la voz de Gaia se funde en el aire, en los pulmones; en el latido del corazón.</div><div><br /></div><div><b>A veces la voz toma forma y cuerpo</b>. En una flor; en el umbrío hechizo que rodea el bosque; en la arquitectura de dunas que forma la orilla del océano. </div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL22G3UMvBnFp2grQWEMaKJvrw7gqmOk1tmbUv7I9aNBMWUpW613sUKtpi4DhLeS_OibSoQeOZeDlKMaO_2tVmB5dWChP5qTDvZB6rA2SQLrJ0u43H5vxIFWFtKOWINH1T-uvYCFLu1LeLt0w667mdsHqtzVY3nQY25_0NxURlTZPlIBTnXth-LOR0_-Y/s4624/Flor.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL22G3UMvBnFp2grQWEMaKJvrw7gqmOk1tmbUv7I9aNBMWUpW613sUKtpi4DhLeS_OibSoQeOZeDlKMaO_2tVmB5dWChP5qTDvZB6rA2SQLrJ0u43H5vxIFWFtKOWINH1T-uvYCFLu1LeLt0w667mdsHqtzVY3nQY25_0NxURlTZPlIBTnXth-LOR0_-Y/w300-h400/Flor.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Flor adornada por gotas de lluvia</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><p></p><div><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1zRgeIys-86EOUSoTwdO165Su790OuD2WMj2eBkGqkZORH_O8Fchcg4o2Jj3SKl-d4rgG7reaVyeEDvAAveo7XthZu0K8S4TDycNhrzGOgLKZgrB23SalFvCWw7kglJWHDC01Wj_uF_5ea1wKtoS8NBZQMNtgjfCFGJh_0DZ5vxfzfxc0QGs2derxHMU/s4624/Playa.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1zRgeIys-86EOUSoTwdO165Su790OuD2WMj2eBkGqkZORH_O8Fchcg4o2Jj3SKl-d4rgG7reaVyeEDvAAveo7XthZu0K8S4TDycNhrzGOgLKZgrB23SalFvCWw7kglJWHDC01Wj_uF_5ea1wKtoS8NBZQMNtgjfCFGJh_0DZ5vxfzfxc0QGs2derxHMU/s320/Playa.jpg" width="320" /></a><br />Playa de Portocelo (Marín, Pontevedra)<br /><br /></div><br />A veces la flor es espíritu; es viento. Es el trino de un pájaro; el zumbido de una abeja; la canción de una cascada.<div>A veces la voz de Gaia es la música que rescata el recuerdo que nos salva del naufragio. Y, agarrados con fuerza a ese salvavidas que intuimos dentro de nosotros mismos, sentimos el impulso de salir a flote, salir de la deriva; ser nuestra propia brújula.</div><div>Seguimos la dirección del norte magnético, ese que nos imanta al suspiro de vida que nos conecta con ese todo que fuimos y somos.</div><div><br /></div><div>Es imposible dudar del río, de la tierra que sientes bajo los pies; de la lluvia fresca en el rostro; de la madera que palpita bajo la palma de la mano. </div><div><br /></div><div><br /><h4 style="text-align: left;">La bienvenida de las Moiras</h4><div>Seguir la historia de Gaia en esta travesía de líneas e ilustraciones ha sido delicioso. Las Moiras dan la bienvenida al lector y sirven de guía para recorrer las historia del mundo. Una historia de dioses, hombres y hombres que se comportan como dioses. Urano, Crono, Rea, Zeus, Poseidón, Hércules, tú mismo...</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPTva6bg_5Fbac1vOGsaOtN4HHhwV6KdS4_X8K6DeykzK9aR78KB078yRIIB12u0DuQBi38PVaIKF-95E9rUiNLXnSxU_Rua64P2vNp3QnMDKpLbMfvoMQFaW7SYqqzxM14mRIB-AQswRoPtXb5lx4oNsYr7g7S9vfcV_ZM6_zoFrCy9MXDg7sPfT4-hM/s4096/Gaia3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3072" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPTva6bg_5Fbac1vOGsaOtN4HHhwV6KdS4_X8K6DeykzK9aR78KB078yRIIB12u0DuQBi38PVaIKF-95E9rUiNLXnSxU_Rua64P2vNp3QnMDKpLbMfvoMQFaW7SYqqzxM14mRIB-AQswRoPtXb5lx4oNsYr7g7S9vfcV_ZM6_zoFrCy9MXDg7sPfT4-hM/w480-h640/Gaia3.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La hermosa Gaia <br /><br /><br /><br /></td></tr></tbody></table>Al final, un canto a la esperanza; al tejido de la vida; a la luz, la amabilidad y el cuidado de la naturaleza que nos acoge. Y un mensaje: "Podemos cambiar el mundo"</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnvyFR0zuSvoGlGMavJQgFsB_YIAl4tkwIn0QZQ0_GUlkAlKzJ_Z5mYQEuYMscKaz4KEuh0Yd1PnLBB4OY8MUdlAlLP5Y-2lsErJz0dr_lBiCNSs2LRnzldwvviKWJUHk1mNXPUC-xnEC-MywFrzZ6YlVd2iUQJb4vbRD_1CShEAbDPl4VX7bZnQeuDqE/s4624/Mar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnvyFR0zuSvoGlGMavJQgFsB_YIAl4tkwIn0QZQ0_GUlkAlKzJ_Z5mYQEuYMscKaz4KEuh0Yd1PnLBB4OY8MUdlAlLP5Y-2lsErJz0dr_lBiCNSs2LRnzldwvviKWJUHk1mNXPUC-xnEC-MywFrzZ6YlVd2iUQJb4vbRD_1CShEAbDPl4VX7bZnQeuDqE/w640-h480/Mar.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Isla de Tambo, desde Poio (Pontevedra) | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><br />La naturaleza es asombrosa; hoy y siempre. <b>Cuidemos a Gaia.<br /></b><br /><div><br /><br /><br /><div><br /></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><br /><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-76780072415144126822023-11-02T15:28:00.000+00:002023-11-02T15:28:23.618+00:00Día de las Bibliotecas<h2 style="text-align: left;"> ¡Libros! ¡Libros! ¡Libros!</h2><p>No importa cuántas veces pronuncie esta palabra porque estoy segura (segurísima) de que jamás me cansaré de pronunciarla; y siempre desearé hacerlo más fuerte; más alto para deleitarme con el eco de mi propia voz verbalizando esta palabra imprescindible en mi vida.</p><p><br /></p><h4 style="text-align: left;">¡Libros! ¡Libros! ¡Libros!</h4><div>Criaturas mágicas que laten, respiran y viven para acompañar, nutrir y sanar nuestras almas. Para enseñarnos, para regalarnos palabras; para hacernos reír, llorar, emocionarnos; <b>vivir entre líneas, tinta y papel</b>. </div><div><br /></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXjdrN3jgOJWnmvAjh8ZRy6e_c51xfJorhyphenhyphenlFTlMKpW_jI1iuKWK8J9o26WvSMnksqXe6a7d2Bv2t4u9mJnVCKQMA7QpXlMa1D030nZP1Dq6Vrx0TjlMp58DcwqPSeF35grTXz-iodHhrFmGZUFZtVsR280MHXqOWbgJaUajm4mB8fSnSF0QMYGI0QKYY/s4624/Bibliotecas.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXjdrN3jgOJWnmvAjh8ZRy6e_c51xfJorhyphenhyphenlFTlMKpW_jI1iuKWK8J9o26WvSMnksqXe6a7d2Bv2t4u9mJnVCKQMA7QpXlMa1D030nZP1Dq6Vrx0TjlMp58DcwqPSeF35grTXz-iodHhrFmGZUFZtVsR280MHXqOWbgJaUajm4mB8fSnSF0QMYGI0QKYY/w480-h640/Bibliotecas.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Los libros de la Señora Jella"; historia de muchos libros y lectores| Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipv0oYUjghgeXNAyl6_eyDJ1QTciBA6MERyA2lHpbWyi_rxsOVXqfqi8PyCWj9aKwC1CjSlC7XVz1RaWotFzV2bmHUm7anf4UQpIfwlIzvdgxykU-h7-kf0MLkHHiCxYANEULbvgALYE3xCSoVYX6hb2khnY6Egk0tMUJv-Vyw5tvFeaCQ2-l69aKlg1Q/s4624/Bibliotecas2.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipv0oYUjghgeXNAyl6_eyDJ1QTciBA6MERyA2lHpbWyi_rxsOVXqfqi8PyCWj9aKwC1CjSlC7XVz1RaWotFzV2bmHUm7anf4UQpIfwlIzvdgxykU-h7-kf0MLkHHiCxYANEULbvgALYE3xCSoVYX6hb2khnY6Egk0tMUJv-Vyw5tvFeaCQ2-l69aKlg1Q/w400-h300/Bibliotecas2.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clásicos que la Señora Jella rescató del olvido | Imagen propia</td></tr></tbody></table><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>No puedo contar las veces que, a lo largo de mi vida me he sentido acogida y querida por un libro. No puedo contar las veces que mis pasos se han desviado hacia esos lugares especiales donde dormitan guardas y portadas; índices, capítulos y sueños: las bibliotecas.<div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Bibliotecas</h2><div><br /></div><div>Pasear la mirada por una siempre es una aventura. Agazapados en estanterías y rincones, saludan variopintos personajes. Desde brujos hasta guerreras; hadas y poetisas; madres y astronautas; escolares, perros divertidos, hadas y trolls; criaturas del bosque o del fondo del mar... La lista es interminable. </div><div><br /></div><div>Es frecuente que, entre las baldosas de estos mágicos lugares, se abran ciertas grietas en la realidad y, allí, entre esas grietas es posible atisbar paisajes pertenecientes a mundos literarios... Escenarios marinos, selváticos, cotidianos, oníricos, urbanos... </div><div><br /></div><div><br /></div><h4 style="text-align: left;">La magia de las bibliotecas</h4><div>El bien que hace una biblioteca se vuelve más visible, patente, tangible, cuando la realidad hiere. No importan la cantidad de volúmenes; importa la fantasía que guardan. La puerta que abren para imaginaciones que precisan extraviarse. Importa la esperanza.</div><div><br /></div><div>Importan los niños que se agarran a una página para volar hasta un cielo gris donde se abre un claro. Niños como Anneliese y su hermano Peter que, en una de sus salidas durante los sombríos días de posguerra en los que les tocó vivir su infancia, descubrieron la Casa de los libros de la Señora Jella. Visitaron al<b> Osito Puh</b> o al <b>Toro Ferdinand</b>o; a <b>Babar</b>, a <b>Heidi</b>, a<b> Pippi</b>...</div><div><br /></div><div>Los días no paran las bombas; no detienen los tanques ni terminan una guerra, pero tienden puentes de esperanza y preparan cojines mullidos para fantasías heridas.</div><div><br /></div><div>Entre los escombros de la guerra, Jella Lepman se convirtió en enfermera para infinitos espíritus infantiles heridos. Recorrió Alemania llevando consigo una exposición itinerante cargada de libros donados por 20 países, devolviendo a la vida aquellos libros infantiles que Hitler había condenado a las llamas. </div><div><br /></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjClYayF-Yp6PlG7b9B077HURNEY8qDasqwZOhhJiBKfnHYf92GZvI_n16zYFbPjQcCf-ClibOzIXNjHX_z9ES0vrQL5kcgi5XNNXK7jTnnhfMgthNJVAGl-kF6Fam2dPOmTKi2iN6dD7BvJCEBHB6ySwc1MkChyxdzcLnUyWz0WC-K2HLXxbZDYz5mjgo/s4096/Bibliotecas3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjClYayF-Yp6PlG7b9B077HURNEY8qDasqwZOhhJiBKfnHYf92GZvI_n16zYFbPjQcCf-ClibOzIXNjHX_z9ES0vrQL5kcgi5XNNXK7jTnnhfMgthNJVAGl-kF6Fam2dPOmTKi2iN6dD7BvJCEBHB6ySwc1MkChyxdzcLnUyWz0WC-K2HLXxbZDYz5mjgo/w640-h480/Bibliotecas3.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table>Detalle de la biografía de Jella Lepman incluida en el álbum | Imagen propia<br /><div><br /></div><div><br /></div><div><i>"Volvamos a poner en su sitio este mundo del revés, empezando con los niños. Ellos nos mostrarán a los adultos el camino a seguir"</i>. <b>Y qué mejor forma de hacerlo que sembrando su camino de libros; convirtiendo su horizonte en la puerta a la biblioteca del mundo</b>.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-36658465390851758932023-10-18T16:02:00.004+01:002023-10-18T16:02:50.962+01:00Todas las brujas<h2 style="text-align: left;">Hay infinitos tipos de brujas...</h2><div><br /></div><div>Brujas que cabalgan escobas voladoras, acompañadas de fieles gatos, o córvidos esculpidos en noche y azabache. Brujas antiguas, prehistóricas, modernas, medievales, futuristas, viajeras temporales. Brujas que habitan mundos imaginados, otras que los crean, imaginando mundos reales.</div><div><br /></div><div>Las hay que hacen hechizos, que viven en cuevas, en cabañas, en castillos... Las hay altas, bajas, invisibles; con o sin verrugas; calzadas con zapatillas o (si una casa está a punto de volar con destino a Oz desde Kansas) con escarpines de rubíes. Algunas se forman en Escuelas de Magia y Hechicería, otras encantan amuletos, adivinan futuros en bolas de cristal, giran varitas mágicas en el aire.</div><div> </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Ih3N1xYhBmo2Z0NgoR3S4xVWxu1o4XUo-6KpQZ9QdpzG5YHWO0_DEXRw7aiQgyA3J8fel4EYXvCFNYI9CNcM6lWYkYwvzevQtT9mc4pt07z1qX6LI4iJvsziZ8rmbLpeCg6nTFfZakLtIWQ1d1HqhOv4bdrvTqqPyXWaUH5cis_GBnXV40tmocAH-VU/s4624/Brujas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Ih3N1xYhBmo2Z0NgoR3S4xVWxu1o4XUo-6KpQZ9QdpzG5YHWO0_DEXRw7aiQgyA3J8fel4EYXvCFNYI9CNcM6lWYkYwvzevQtT9mc4pt07z1qX6LI4iJvsziZ8rmbLpeCg6nTFfZakLtIWQ1d1HqhOv4bdrvTqqPyXWaUH5cis_GBnXV40tmocAH-VU/w480-h640/Brujas.jpg" width="480" /></a></div><br /><div><br /></div><div>Hay infinitos tipos de brujas y a mí me gustan todas desde siempre; desde que protagonizaban mis sueños infantiles; jamás mis pesadillas. Ni siquiera esa que termina en el horno en mi viejo cuento de <b><i>Hansel y Gretel</i></b>, ni las de <b><i>Roald Dahl</i></b>, sin dedos en los pies. Mucho menos <i><b>Brunilda</b></i>, en su escoba o <b><i>las siete de Ariete </i></b>y su mágico unicornio.</div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Bruja y escritora estaban en mi lista de oficios deseados</h2><div>Soñaba componer hechizos de palabras; conjurar la fantasía sobre un papel. Y también, lo confieso: <i style="font-weight: bold;">imaginaba ser bruja aquí, en mi hogar. </i>Una bruja de la tierra, de los árboles y las montañas; una bruja de plata y de la luna; artífice de olas y mareas; susurradora de pájaros; contadora de estrellas. </div><div><br /></div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Galicia</h2><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaSYvqWsw7I4SAvIXv-tuLoSj3gRLMNGS51TfN8aP_InjbBW0zt4jPmfbBGPCEthnO31kFq09dYT92yo5Th0MYXr6NakWldgl4nJVBwgxAYpvAseAVX6Uagt1VkuL4vkTEaIXEJIGbcJ2SE7F3JW2EMuePtJWFeU39MhZy037XUUE-lkgQeTkWkF3w4Oc/s4624/Brujas1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaSYvqWsw7I4SAvIXv-tuLoSj3gRLMNGS51TfN8aP_InjbBW0zt4jPmfbBGPCEthnO31kFq09dYT92yo5Th0MYXr6NakWldgl4nJVBwgxAYpvAseAVX6Uagt1VkuL4vkTEaIXEJIGbcJ2SE7F3JW2EMuePtJWFeU39MhZy037XUUE-lkgQeTkWkF3w4Oc/w480-h640/Brujas1.jpg" width="480" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Por eso la segunda foto se la dedico a esa Galicia verde y misteriosa que late en mi corazón. Esa Galicia donde hay meigas, sin duda. Pero además, todo tipo de mujeres mágicas con diferentes nombres: menciñeiras, mouras, feiticeiras... Mujeres siempre con poderes enraizados en las profundidades de un pasado que todavía late. Mujeres que crearon un mundo propio que cimenta el presente. Un pasado que sigue respirando y contando sus secretos, solo hay que escuchar.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><b><i><br /></i></b></div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-27970954204441481602023-10-14T15:01:00.002+01:002023-10-14T15:01:18.512+01:00Mis escritoras <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuOBnBsmjAQVyW5wqA7KMWYbrBsmdeQ0zbp0T50s1cnr-0S9I4tSE22bOmWRcb-NUSV_aIHKOHRjxfSzDZWANfsnEQIjSAaEs_Gw2MxeDsA81xeIh7PdzeqOkUE1gtL0S3HuVRt1TPrWmOWXb8ByGntOEojtkJSw2tv8kBjE23hFKwg43ARnPdVoUjDE/s4624/Escritoras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuOBnBsmjAQVyW5wqA7KMWYbrBsmdeQ0zbp0T50s1cnr-0S9I4tSE22bOmWRcb-NUSV_aIHKOHRjxfSzDZWANfsnEQIjSAaEs_Gw2MxeDsA81xeIh7PdzeqOkUE1gtL0S3HuVRt1TPrWmOWXb8ByGntOEojtkJSw2tv8kBjE23hFKwg43ARnPdVoUjDE/w500-h448/Escritoras.jpg" width="500" /></a></div><br /> <p></p><h2 style="text-align: left;"><b>"Una Navidad sin regalos no va a ser Navidad".</b></h2><p>Leo esta frase y me marcho; me dejo llevar, flotando entre nubes de papel acartonado. Los truenos resuenan como papeles de periódico agitados. Vuelo entre ellas, impulsada por un mágico viento del Este, como el que trae la niebla a Londres y a mí me lleva al pasado. A una Navidad propia, indefinida en el tiempo, hasta el octavo izquierda del portal 254 del barrio de Os Castros en A Coruña. En ese piso siempre presente en mi memoria, sentada en el sofá de color ocre de aquel salón que únicamente utilizábamos en ocasiones especiales, inicié una increíble travesía, en la que todavía sigo.</p><p><br /></p><p><b>Conocer a Jo, Meg, Beth y Amy </b>transformó mi vida para siempre. Fue un antes y un después que cambió para siempre mis regalos de cumpleaños, mis cartas a S. S. M. M los Reyes Magos y, al fin, mi forma de sentir, respirar y vivir, porque desde aquel día hice todo eso con un libro en la mano. Ellas llegaron después de Astrid Lindgren, Beatrix Potter y María Gripe. Todas ellas se quedaron conmigo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMobIOj6umEm8GnD85R_gMmAYIXn3rBn_KHIc-DHKPihXIxV0ucmg345cFE7Tc776NWcQoSiwjvuxv8lRGiQ-doPmP0xVUsGg3WDv4vseUfcMMeUz-XbN9ZqCnpxd_WHSsCzojwzTUiVXSmnNwIo75aB-EwBREFJDJJZpZz9t7-gAdjUUkLiks7RarQSs/s4624/Escritoras4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMobIOj6umEm8GnD85R_gMmAYIXn3rBn_KHIc-DHKPihXIxV0ucmg345cFE7Tc776NWcQoSiwjvuxv8lRGiQ-doPmP0xVUsGg3WDv4vseUfcMMeUz-XbN9ZqCnpxd_WHSsCzojwzTUiVXSmnNwIo75aB-EwBREFJDJJZpZz9t7-gAdjUUkLiks7RarQSs/s320/Escritoras4.jpg" width="240" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXbSfboNZ5BqBM1sRpBeLUDiFXZ5VVSQ3m2cLiSpYqtxhqe1S7_eNV8lTh9ut0NGmmsukTc70awkzRzm7HheHORIn3QRlJEVX9V1y_RrjrM5IWSQkbF-FG29NK_zKqbHjef2hIyL0s2EC0-Lz_Q4tdVr8CX3iXoU4uDeDPLa5DLsbzkUIqAn2dwC78Hv8/s4624/Escritoras3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXbSfboNZ5BqBM1sRpBeLUDiFXZ5VVSQ3m2cLiSpYqtxhqe1S7_eNV8lTh9ut0NGmmsukTc70awkzRzm7HheHORIn3QRlJEVX9V1y_RrjrM5IWSQkbF-FG29NK_zKqbHjef2hIyL0s2EC0-Lz_Q4tdVr8CX3iXoU4uDeDPLa5DLsbzkUIqAn2dwC78Hv8/w208-h277/Escritoras3.jpg" width="208" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCj-t8ZEA7H5jc6pZN7VWNh8VW4__joFpkF_A3a88u9KHq1s89MBH_ZsBHeK80JNGlj2bNei44QghTcXnV6wspLx5EzFxuDH7TbGfm7dO8R46Rttch8mKCGJeDeGU7B1l5uNovj2od9SvlVbcWEToUBSfsxNKxCPunmbFLTSe3-ktMu_-8wU-4iIs-Law/s4624/Escritoras1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCj-t8ZEA7H5jc6pZN7VWNh8VW4__joFpkF_A3a88u9KHq1s89MBH_ZsBHeK80JNGlj2bNei44QghTcXnV6wspLx5EzFxuDH7TbGfm7dO8R46Rttch8mKCGJeDeGU7B1l5uNovj2od9SvlVbcWEToUBSfsxNKxCPunmbFLTSe3-ktMu_-8wU-4iIs-Law/s320/Escritoras1.jpg" width="240" /></a></div></div><br /><br /><p><br /></p><p>A medida que pasaba las páginas y me colaba en sus vidas, me imaginaba revisando los papeles del Club Pickwick, preparando el té o cruzando el jardín para ir a visitar a Laurie. Pero sobre todo me imaginaba siendo Jo, escribiendo en el desván hasta quedarme sin tinta. Y, con mi cuadernito y mi estuche de madera me sentaba a la mesa, junto a la ventana desde la que se veía mi antigua guardería e invocaba a las musas, como lo hicieron ellas y tantas otras que aún estaban por llegar a mi vida.</p><p>Mujeres que, como Jo, soñaban con palabras y líneas infinitas. Continué mi viaje recalando en destinos con nombre de mujer. Dibujé una cartografía llena de archipiélagos, islas y penínsulas; habitaciones propias como la que reclamaba Virginia; algunas ocupadas por identidades escondidas entre cuatro paredes sin ventanas. Visité Brönte, Austen, Montgomery, Esquivel, Allende... Me refugié de tempestades y tormentas en los puertos seguros de mis libros, asida a la brillante estela de esa frase de Ana María Matute que surca el firmamento como un cometa alado: "Tal vez la infancia sea más larga que toda la vida"... Tal vez... Por ahora aquí me quedo, con mi cuadernito y mi estuche y la preciosa edición de Alma Editorial de este clásico de Louisa May Alcott, tan llena de tesoros: los papeles de Club Pickwick, invitaciones al baile, la portada de la primera edición, recetas de las March... En fin, una maravilla para viajar en el tiempo y en el espacio, como solo puede hacerse a lomos de un libro. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcpRHCoJHZY9YyxSJeIYcnM504a0sHbVX92Kj_wEC5tQYeFS8z0XN7bKG3j_JF0LAou46LBAT8BGIMwWLyQTVLTcnyKY85es27Ey4D_bVgkM9Fsa5eD31EM4H_ax1Dipgp4M7qZxYeXPTvdP2cDXi8Y9bAs0IXygyu260hzkl9xZzxtRH3aT6-T97Z4G8/s4624/Escritoras2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcpRHCoJHZY9YyxSJeIYcnM504a0sHbVX92Kj_wEC5tQYeFS8z0XN7bKG3j_JF0LAou46LBAT8BGIMwWLyQTVLTcnyKY85es27Ey4D_bVgkM9Fsa5eD31EM4H_ax1Dipgp4M7qZxYeXPTvdP2cDXi8Y9bAs0IXygyu260hzkl9xZzxtRH3aT6-T97Z4G8/w365-h274/Escritoras2.jpg" width="365" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Detalles de la edición | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJldxYg-g7G-dSk7Cw5bIfWbvzMB_ADSALaPq8Chs2MoGesMeUz9Sj6SXyVVVf_JLFm-8cnCDAu0-gXbBH9BO10NZoX0eaCZ7n6QbKkH4Ds3nOKEdJzVRrVZ9_EnDTTzhTApgvFGaA2kKTAinEPwqdRp4zCZB_wP6A1gmnIoMRTitIJkxxWJMMXA4xqis/s4624/Escritoras5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJldxYg-g7G-dSk7Cw5bIfWbvzMB_ADSALaPq8Chs2MoGesMeUz9Sj6SXyVVVf_JLFm-8cnCDAu0-gXbBH9BO10NZoX0eaCZ7n6QbKkH4Ds3nOKEdJzVRrVZ9_EnDTTzhTApgvFGaA2kKTAinEPwqdRp4zCZB_wP6A1gmnIoMRTitIJkxxWJMMXA4xqis/w409-h307/Escritoras5.jpg" width="409" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Detalles de la edición | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-75278727486772238982023-04-26T17:07:00.002+01:002023-04-26T17:07:52.414+01:00Lugares con magia: Pontedeume<p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMS50xSWpVDaxzL-y5uuM2hVwFhqcdBDaGhXZatjnUiGHS4P4RjWY65ENQh5sPJGtVCxNtJUIk8i9eTDX5h2BFMDkg5eChFCbkVg6vbvv73nfVcyPOoPC9X7-r8lR0bcVn9IKync55eOnLXYqevmQlHtnJZ3DuXrKxuS2EXBA0bTaBR-KFY7pYmuPy/s4624/Ventana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMS50xSWpVDaxzL-y5uuM2hVwFhqcdBDaGhXZatjnUiGHS4P4RjWY65ENQh5sPJGtVCxNtJUIk8i9eTDX5h2BFMDkg5eChFCbkVg6vbvv73nfVcyPOoPC9X7-r8lR0bcVn9IKync55eOnLXYqevmQlHtnJZ3DuXrKxuS2EXBA0bTaBR-KFY7pYmuPy/w480-h640/Ventana.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ventana y vistas desde la Torre de los Andrade (Pontedeume)</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p>Guardo en la retina una imagen infantil de Pontedeume. Para mí, el puente de piedra de esta villa costera ubicada en la provincia de A Coruña, era un hito en el paisaje que adivinaba a través de la ventanilla del coche. Entre cabezada y cabezada (me dormía con facilidad también en trayectos cortos) comprobaba si ya habíamos cruzado. Si la respuesta era afirmativa significaba que ya estábamos cerca de comenzar nuestra jornada de playa en Cabanas.</p><p>Recuerdo como si fuera ayer el pinar (en el que una vez incluso vi una ardilla), el canto de los pájaros y lo bien que me sabían esos helados de merienda. El Frigopie era mi apuesta segura. </p><p>Hoy Pontedeume ha cambiado ante mi mirada. Estoy segura de que jamás me abandonará ese recuerdo infantil con sabor a fresa. Pero ahora también puedo decir que Pontedeume es un lugar cargado de historia, historias y leyendas. Empezando por el Torreón de los Andrade, hoy centro de interpretación y museo. Desde sus terraza es posible sentirse como el señor de un castillo, contemplando su extenso territorio. A continuación, espera un recorrido a través de los jardines que lo rodean.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4PPZ-jgDBOEILPsEmx_l3_Yi8HOwVNJo0KaLxCS43_BLUk-Zt9xv1NUBEMX9pKU1dGDHzoUvmsHG8hng_1yFYTeNAHmxFTQpxrkrxO1qa2qqCFY4Ep5OJ3gEK2uczwSchHfafuBdzPVXBInhwmxGHcryVh3H_h-WQVk_pa03hWaaG4jjBkC5QBx4l/s4624/Puerta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4PPZ-jgDBOEILPsEmx_l3_Yi8HOwVNJo0KaLxCS43_BLUk-Zt9xv1NUBEMX9pKU1dGDHzoUvmsHG8hng_1yFYTeNAHmxFTQpxrkrxO1qa2qqCFY4Ep5OJ3gEK2uczwSchHfafuBdzPVXBInhwmxGHcryVh3H_h-WQVk_pa03hWaaG4jjBkC5QBx4l/s320/Puerta.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puerta de acceso a la terraza (Torre Andrade)</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgS0haDd1rZdhAEg-zNoGZ3E3-s1Zb0Ut7uBB9xsO_AK9_SfNWPJD3Zdl2TV0UqsgpTztJXb5_22azkIhcZZ42SZOIt3WXzF2ECYBNF50kJv7oHQxn4m9Cm9vzRqqRNADH4o59QMjHf5eJLEaqd-k1Bm_0apvLv-zUalVw7MCmZLXr1JIKE-_hFXy8a/s4624/Almenas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgS0haDd1rZdhAEg-zNoGZ3E3-s1Zb0Ut7uBB9xsO_AK9_SfNWPJD3Zdl2TV0UqsgpTztJXb5_22azkIhcZZ42SZOIt3WXzF2ECYBNF50kJv7oHQxn4m9Cm9vzRqqRNADH4o59QMjHf5eJLEaqd-k1Bm_0apvLv-zUalVw7MCmZLXr1JIKE-_hFXy8a/s320/Almenas.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista del puente desde lo alto de la Torre </td></tr></tbody></table><br /><p>Callejear es la mejor opción para conocer el pueblo, porque Pontedeume invita al paseo. </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEw_wr3iGYHEAUqHePfbNMV9fwADaoUf9Hd4XZt-zkCza1NTyzXuMVCRiKjLXvKa1s1YWzyM7wtgNhrK6dAGYAQRtuAddtyOkKvBnkrXMZH3dT0E-H8Gp6XHkX24p5Hld_SZVefD0Nc5wPDG3Z7KxKRsU4KDJkpkm89azXtxq2pe_cRlCTSVzoO4yY/s4624/Callejear.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEw_wr3iGYHEAUqHePfbNMV9fwADaoUf9Hd4XZt-zkCza1NTyzXuMVCRiKjLXvKa1s1YWzyM7wtgNhrK6dAGYAQRtuAddtyOkKvBnkrXMZH3dT0E-H8Gp6XHkX24p5Hld_SZVefD0Nc5wPDG3Z7KxKRsU4KDJkpkm89azXtxq2pe_cRlCTSVzoO4yY/w300-h400/Callejear.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Detalle de un cruceiro en las calles de Pontedeume</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p>Las plazas (la de San Roque, la del Conde o la Real) guardan más de una sorpresa, además visten terrazas perfectas para disfrutar de una tarde de primavera o un mediodía de domingo estival. La Iglesia Parroquial de Santiago merece una visita, así como el Convento de San Agustín. Pero no hay que dejar pasar la oportunidad de salir extramuros, recorrer la muralla desde fuera por la Plaza de la Angustia, contemplar las casas con balconadas de madera, imaginar tiempos pretéritos...</p><h4 style="text-align: left;">Monasterios y fragas</h4><p>Pero las sorpresas de Pontedeume van más allá del núcleo urbano. No solo hacia la Playa de la Magdalena o el Paseo Marítimo, sino hacia el interior de las fragas. Allí aguardan increíbles lugares en los que perderse y encontrarse con ese verde tan de aquí. En el corazón de las fragas respira la historia del Monasterio de Caaveiro o el antiguo puente sobre el río Sesín. Pero además, se encuentran las ruinas del antiguo castillo de los Andrade.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWe9slrKbQ3torZUCUpPTPViG4-wv_NbNEGQcTTKiJu20OZRC3xSTGo_3j6n01kzOUkJNlxbGp5ImWnKnYOZObei7T6HUZnOJebRUzJ9yg1IZGrbcDs2zOBCqkh0C3npwr3wKvUwFN-m41xvbVoRaNQxxv7OpA3jl2mB5ue54SWyILQUar1XQwPtdj/s4624/Castillo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWe9slrKbQ3torZUCUpPTPViG4-wv_NbNEGQcTTKiJu20OZRC3xSTGo_3j6n01kzOUkJNlxbGp5ImWnKnYOZObei7T6HUZnOJebRUzJ9yg1IZGrbcDs2zOBCqkh0C3npwr3wKvUwFN-m41xvbVoRaNQxxv7OpA3jl2mB5ue54SWyILQUar1XQwPtdj/w300-h400/Castillo.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Castillo de los Andrade</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p>Desde allí, en un día claro, incluso puede distinguirse el perfil de la Torre de Hércules en el horizonte.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIPKHHlBA333fxzOXnhMgOXOKpOTV37YpYqssvhaV3Ro2bjar2CS7js-cwFpNjpn2L7jfbFGnno3quPCrX0Sb5Vqtw7loChzU8cQcstoGSw_mXqrWnkOUykt47BTeLNpl1K_diUE1kPfjeDcLxU-JqL5vQ09YGbhCtOlL1IUFpd2S1R4zJvgRoVAVk/s4624/Vistas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIPKHHlBA333fxzOXnhMgOXOKpOTV37YpYqssvhaV3Ro2bjar2CS7js-cwFpNjpn2L7jfbFGnno3quPCrX0Sb5Vqtw7loChzU8cQcstoGSw_mXqrWnkOUykt47BTeLNpl1K_diUE1kPfjeDcLxU-JqL5vQ09YGbhCtOlL1IUFpd2S1R4zJvgRoVAVk/s320/Vistas.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vistas desde los accesos al Castillo de Andrade</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p>No muy lejos hay un lugar que me pareció especialmente mágico. Un sitio en el que detenerse es obligado. La ermita de San Miguel de Breamo. Un enclave rodeado de una atmósfera muy especial. La magia de su energía se siente en el aire.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQcgWQ0AHIgR0GaVFOTVOMWwUPse-yPCBHF0m6R7RRcrC7OtH6fcRbJ3kp5HOliCckQ23reQQW8jtn5W4GlKWKF_tlgkVJWtInNsxShu3EX6JOP-aOLoHOZzsvHVeur7vJpZGSfS1cs60aQ_Nvmg5D0L4CCOCBfTR-tJhYa74IhLjUiGX1a_QwXNKP/s4624/Ermita%20de%20frente.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQcgWQ0AHIgR0GaVFOTVOMWwUPse-yPCBHF0m6R7RRcrC7OtH6fcRbJ3kp5HOliCckQ23reQQW8jtn5W4GlKWKF_tlgkVJWtInNsxShu3EX6JOP-aOLoHOZzsvHVeur7vJpZGSfS1cs60aQ_Nvmg5D0L4CCOCBfTR-tJhYa74IhLjUiGX1a_QwXNKP/w300-h400/Ermita%20de%20frente.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ermita de San Miguel de Breamo</td></tr></tbody></table><br /> <p></p><p><br /></p><h4 style="text-align: left;">De brujas y libros</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjekejJAus9ooGpikErnR-Y_b_tP71nt1ejGU4ZkwCJY35adzxm-xG8Zs44NExv1Cg00zeFQkYJFIbsOBcEGDeQTSftKAszc0DWiOQ33IkOi8xu2JfO3iNrTNkNx50CLWeVAEIZVgkzQdyBWxX9p5FyQ11k5Gli6-zlGhAzBGKWrDJIaJLcatgsGiKn/s4096/Portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjekejJAus9ooGpikErnR-Y_b_tP71nt1ejGU4ZkwCJY35adzxm-xG8Zs44NExv1Cg00zeFQkYJFIbsOBcEGDeQTSftKAszc0DWiOQ33IkOi8xu2JfO3iNrTNkNx50CLWeVAEIZVgkzQdyBWxX9p5FyQ11k5Gli6-zlGhAzBGKWrDJIaJLcatgsGiKn/w400-h300/Portada.jpg" width="400" /></a></div><br /><div><br /></div><div><p>Estos días un precioso libro me ha llevado a este pasado ancestral que se respira en Galicia. Solo basta alejarse unos pocos kilómetros de la ciudad y, de repente ahí está...</p><p><br /></p></div><div><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"> Allí donde las almas flotan entre las nubes.
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Allí donde las
lágrimas humedecen las piedras, el suelo, las paredes dentadas de
pasado…</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Allí donde los
cuervos graznan secretos a la luna… Donde los elementos; aire,
fuego, agua, tierra, se funden en una energía que rige naturalezas y
destinos… Allí estuvieron ellas…</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Se respira en estos
lugares la alquimia del tiempo… Aquelarres de truenos y relámpagos
se reúnen sobre el cielo del tejado.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">La tierra abierta
marca conjugaciones verbales pronunciadas en la penumbra de un hogar,
hace siglos.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Lugares mágicos
frecuentados por los espíritus de mujeres protectoras que jamás se
marchan del todo.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">En Galicia el poder
mágico de la naturaleza viste tonos verdes, huele a salitre, al
sudor del campo y de la tierra.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Aquí, en estas
tierras, el pasado celta late bajo la la tierra, se dibuja en
filigranas rocosos y animalarios de piedra pastan en el corazón del
bosque ajenos a miradas indiscretas.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Galicia é terra
meiga.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Ermitas seculares
aparecen de repente, adornando las curvas de las carreteras
secundarias.
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Castillos cincelados
por vientos y guerras transforman paisajes en novelas.
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Aquí, aquí también
están ellas.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Seguiré buscando lugares con magia</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p></div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-69802655150412243512023-04-19T15:35:00.002+01:002023-04-19T15:35:33.535+01:00Los viajes del abuelo<p> </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhscELEtQQvbylBWWF16c0VldlXi6nu9d7mOVpGsdLdJBrINGhcXHRg05R7rkRSCTbr7yEvVrGeoxKE4uf79inV7DLHiHNZYqvPpSForJUBx75vvcZnGKEpPDO6G1lR8NWtaI8tI_8sGqJmNawGy6AzOvmjMnqRCIsjLJsFPgoVvaWHO3KwmL8zm_e9/s4624/De%20cerca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhscELEtQQvbylBWWF16c0VldlXi6nu9d7mOVpGsdLdJBrINGhcXHRg05R7rkRSCTbr7yEvVrGeoxKE4uf79inV7DLHiHNZYqvPpSForJUBx75vvcZnGKEpPDO6G1lR8NWtaI8tI_8sGqJmNawGy6AzOvmjMnqRCIsjLJsFPgoVvaWHO3KwmL8zm_e9/w640-h480/De%20cerca.jpg" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><p><span style="font-size: large;">El mar acarició el nombre de Luis ya en las entrañas de su madre,
Sofía. El mismo mar que trajo comida a su casa, se tragó memorias y
formó sueños de espuma a su alrededor.</span></p><p>
</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;">Creció en una casa
donde los meses se contaban en mareas; las mismas mareas que traían
y llevaban a un padre con igual nombre. Otro Luis, de olas,
rompientes y aparejos. Fue el segundo de 11 hermanos criados entre la
Paz de una calle coruñesa y la dirección de un Puente que cruzó para
marchar lejos de ese arrecife aposentado en un 1º desde el que capitaneados por Sofía, luchaban contra
tempestades y tormentas. </span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;">Luis fue emisario familiar en busca de alivios y
futuros. Primero en el puerto, ya con 5 o 6 años, cargando con bolsas más grandes que
él mismo y pescando en el pantalán. Después llegó el tiempo de irse lejos...</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: medium;">Una lejanía a la
que arribó Pasajes, con los 12 años
apurando sus últimos meses. Pasó la jornada sentado entre el frío y el hambre. Con el estómago vacío y la despedida del abuelo Benito quemándole en los ojos, esperó horas
y horas engañando a su estómago con promesas. En la pensión de Doña Consuelo adormeció los nervios y se despidió de la que fue su vida "en tierra". </span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Embarcó en el
“Toralla” y sintió el balanceo del mar por primera vez bajo los
pies. Junto a su padre, transcurrió esa primera marea, la primera de muchas otras.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Los viajes del
abuelo solo comenzaban...</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">De allí marchó a
Cádiz, todavía sin libreta de navegación oficial, porque aún no
había estrenado los 14. Con sus tíos navegó millas, vio correr el semblante del cielo, entre el día y la noche.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">A los 16,
oficialmente se convirtió en un marmitón aventurero que soñaba a
bordo del Virgen de la Estrella, rumbo al Sur de África. En otro
continente, él también fue otro. En Ciudad del Cabo se bañó entre
leones marinos y pescó langostas; conoció gente, aprendió a
cocinar y enlazó, para siempre, paisajes inolvidables a las redes de
sus recuerdos.</span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvHza3opf2MAuZoQ12aDnKpnRbAyosgfyxo-hk_INgFWoWUMBjhrTfufRYzwuHklBsa_WcZOXlLriqcLTvp9YWnJiuf5jeyps3kL1fWx_BJpXq2UfmZ1B3jIp0IrD4paZyXZdaXSDJZ52JNxEDzVZeAjhqtRyiDhQkOTNKP-2N31-NcqCDpclRrbm5/s4624/Libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvHza3opf2MAuZoQ12aDnKpnRbAyosgfyxo-hk_INgFWoWUMBjhrTfufRYzwuHklBsa_WcZOXlLriqcLTvp9YWnJiuf5jeyps3kL1fWx_BJpXq2UfmZ1B3jIp0IrD4paZyXZdaXSDJZ52JNxEDzVZeAjhqtRyiDhQkOTNKP-2N31-NcqCDpclRrbm5/s320/Libro.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">África, todavía lo aguardaba más veces... Senegal, Dakar... Fueron nombres propios en los destinos de su vida. Poco a poco el sueldo que mandaba a Coruña se materializó en
comida, una primera lavadora y un bote de lata donde iban germinando las
posibilidades. </span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Con el tiempo, ancló en tierra y estudió. Primero, patrón de litoral, para explorar Rías Altas y Baixas; Costas da Morte y Ártabras... La mili fue un paréntesis y un nuevo capítulo que protagonizó como cabo de bote, trasladando al general de un lugar a otro. Después, vino el mundo... Aprendió de estrellas y
cartas de navegación; el lenguaje morse y el de las banderas; conoció de peces y horizontes. </span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6_H3o3T7-k4ZNuapBMMdmwceSwyGjtA6Oux6pSACEK5eVxdJWNgSLkzCgskSLJDJD_WTKN2kafww1nfPv9ljrttihPr-zZjQJ_2DJKSaoTA8yGL33eih2byTmBnWS0zR6ZZWC2gvYuaFDUzG8fMTVND1VqJ_k9awPcqh35IxLRETnoiu2s7Gwil0K/s4096/P%C3%A1gina1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6_H3o3T7-k4ZNuapBMMdmwceSwyGjtA6Oux6pSACEK5eVxdJWNgSLkzCgskSLJDJD_WTKN2kafww1nfPv9ljrttihPr-zZjQJ_2DJKSaoTA8yGL33eih2byTmBnWS0zR6ZZWC2gvYuaFDUzG8fMTVND1VqJ_k9awPcqh35IxLRETnoiu2s7Gwil0K/s320/P%C3%A1gina1.jpg" width="320" /></a></div><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb_ODBHczNwegOcLPuNj_gYJFz12A57yaUbAe-DiqGeeZmEfQVjDkLEOff4xXGPX-bUYS-tNYks8U9Fx9hMXFe6F1ShX72Cxenqg__17AvX3GZAVgbZi3fI63-RtuZm4V-YHSjsK30HjUOhXU3LY9zdshMeOnYMBsKbUMYla2xtHz0LGj03b_hoYsX/s4096/P%C3%A1gina2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb_ODBHczNwegOcLPuNj_gYJFz12A57yaUbAe-DiqGeeZmEfQVjDkLEOff4xXGPX-bUYS-tNYks8U9Fx9hMXFe6F1ShX72Cxenqg__17AvX3GZAVgbZi3fI63-RtuZm4V-YHSjsK30HjUOhXU3LY9zdshMeOnYMBsKbUMYla2xtHz0LGj03b_hoYsX/s320/P%C3%A1gina2.jpg" width="320" /></a></div><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">De vuelta a tierra, el océano unió su destino al de otra familia marinera, y juntos forjaron un rumbo propio que lo llevó a ser mi padre y el abuelo de mis cuatro pequeños.</span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvdqlYbJTFyPeV7GcvwGOsVjQg8q2l44851MRJCBOmOxp_xNN45IpKZrH9InVlUhCbyqoBVDnZ1nU2x2k4SwbiUCNowcH2UvKyTrnv9ldRsUXiA0CmJoj_YWEzdYHxBGP9W_q3DXmKO6xIhClCRN6JUG7wrmNME2mLCPRj1uwg4TGFZshEht5kJti/s4624/Pies.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvdqlYbJTFyPeV7GcvwGOsVjQg8q2l44851MRJCBOmOxp_xNN45IpKZrH9InVlUhCbyqoBVDnZ1nU2x2k4SwbiUCNowcH2UvKyTrnv9ldRsUXiA0CmJoj_YWEzdYHxBGP9W_q3DXmKO6xIhClCRN6JUG7wrmNME2mLCPRj1uwg4TGFZshEht5kJti/w640-h480/Pies.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Me conoció cuando
yo tenía 2 meses. Volvía de África, esta vez como patrón. Los viajes del abuelo siguieron, siguen... Ahora
capea temporales inmerso en otro viaje, en otro capítulo. Sus aventuras merecen muchos líneas, más que estas, aunque a veces no nos acordemos.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Pero hoy leyendo este
libro hicimos memoria de sus travesías y de su profundo amor al mar.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br />
</span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com036001 Pontevedra, España42.4297279 -8.644246299999998912.089884058314702 -43.8004963 72.7695717416853 26.5120037tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-16052378793402501562023-04-02T19:14:00.000+01:002023-04-02T19:14:00.839+01:00Aventurera<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvhfl1xYzaHfBWMlA_vCEi-YBapA1iO4BcLF1TyMsgYJ4MMBU04BHKUS9_hztQ471Ck4HhyCIASe81UNcy8KcBC7obhR4LnK5CikfMTVSOp-upu0MTBGKO_2lSqQM_bUjfF8ac-SksAAcZ2ASnSuqTclRCvr24CQMiJhssZoDUBLBVaYA_zWnTyWZE/s4000/Coco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2449" data-original-width="4000" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvhfl1xYzaHfBWMlA_vCEi-YBapA1iO4BcLF1TyMsgYJ4MMBU04BHKUS9_hztQ471Ck4HhyCIASe81UNcy8KcBC7obhR4LnK5CikfMTVSOp-upu0MTBGKO_2lSqQM_bUjfF8ac-SksAAcZ2ASnSuqTclRCvr24CQMiJhssZoDUBLBVaYA_zWnTyWZE/w640-h392/Coco.jpg" width="640" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Durante los años 80 y 90 fui una auténtica aventurera. No paraba ni
un momento en casa. Viajé a todas partes. Recorrí el mundo y más
allá. Visité países increíbles, lejanos reinos… Exploré
cráteres lunares, fondos abisales a más de 20000 leguas de la
superficie marina… Cené alguna que otra vez en el interior de un
tronco de árbol o en una madriguera...</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Durante mis viajes
conocí increíbles personajes que me acompañaron en mi travesía.
Desde ancianas tortugas, hasta dragones más blancos que la nieve,
veloces zorros, ratones parlantes… Mis primeros libros fueron de
una colección de clásicos Disney que, cada mes, comprábamos en “El
Santiagués”, un local híbrido entre quiosco, estanco y bar, al
principio de mi calle.
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Todo empezó allá
por el 1984. La profe Mari Carmen, sin saberlo, me dio el primer
billete, escribiendo en la pizarra: “Mi mamá me mima”. Siguiendo
la tiza de la profe Mari Carmen, aquel año aprendí a leer y empecé
a viajar. Mil veces me imaginé Bastián en el desván de su colegio,
protegido de la lluvia y de una pandilla de abusones. Mil veces me
imaginé surcando el cielo, bailando con una niñera mágica,
visitando una fábrica de chocolate, arropada en la selva por una
manada de lobos.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Hoy, la publicación
de la troll me ha recordado mis antologías de cuentos de Andersen,
que acabaron tan gastadas por ser tan queridas.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Hoy recordé,
aquellas tardes después del coelgio merendando acompañada de
Espinete, Don Pimpon, Coco… Esperando con ansia los misterios de
aquel Sherlock Holmes, obra de mi admirado Miyazaki. Canturreaba la
cabecera de Willy Fogg en la bañera, masticaba sugus, desayunaba
galletas María. Mi existencia parecía totalmente corriente. Solo yo
conocía el secreto de mi doble vida: los libros.
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Hoy, tropecientos
años después, continuo con mi doble vida. Los amigos de las páginas
son amigos para siempre y nunca te abandonan. Gracias a ese billete
tan especial que me dio la profe Mari Carmen, sigo volando en dragón
siempre que quiero.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">...Y cuando estaba sola</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">siempre emprendía el viaje,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">en medio del silencio,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">acariciando páginas.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Y volaba muy lejos,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">sin llevar equipaje.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Desayunaba cuentos</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y comía novelas.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"> </span><span style="font-size: large;">En medio de la noche</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">dormía en las estrellas</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y volaba muy alto,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y volaba muy lejos.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"> </span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Escalaba montañas,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">me fundía en el viento</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y me hacía unas alas</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">cosiendo letras negras.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Montada en un navío</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">desplegaba las velas</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y surcaba los mares...</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"> </span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Me convertía en otra,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">en otro; en mucha gente.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Alrededor el mundo</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">esperaba silente</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">a cambiar de escenario...</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"> </span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Traspasaban mi carne</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">un montón de palabras.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">A veces los finales</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">se bañaban en lágrimas.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">A veces se rendían</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y deponían armas.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Otras, mil corazones</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">se leían entre líneas,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">o al cerrar la cubierta</span><br /><span style="font-size: large;">aún se escuchaban risas.</span><br /><span style="font-size: large;"></span> <span style="font-size: large; text-align: left;">...Y cuando estaba sola,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">nunca en verdad lo he estado.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Siempre en medio de un viaje</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">sobre mi amigo alado.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Corrí mil aventuras,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">me enamoré cien veces.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Di besos a escondidas,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">fui de las más valientes</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">de incontables batallas.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"> </span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">...Y cuando estaba sola,</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">nunca en verdad lo he estado.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">He remontado el vuelo</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">con destellos de sol</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">o con cielo nublado.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">Un avión de papel</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">ya me estaba esperando</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">anclado a mi ventana</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">para pasar sus páginas</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">y dormirme con él</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">hasta empezar mañana.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"></span> </div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;"></span> </div><div align="left" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><span style="font-size: large;">A los libros, que jamás me han dejado sola.</span></div><div align="center" style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px;"><br /></div><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><br /><p></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com036001 Pontevedra, España42.4297279 -8.644246299999998915.968565686348569 -43.8004963 68.890890113651437 26.5120037tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-61534916058395608882023-03-22T17:08:00.001+00:002023-03-22T17:36:48.640+00:00Buscando hadas<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguS0aBA9VYVqlrC7o56xVArRiZXS15A7mEy0swAYUVP-h5DkdQCY8GPgUXLuwzOvxCFFbGCiSiryZFyVjLNIs5YcGJhpH1lus_E5N2UTUdcwf4m0jswp27TKAt2bQx96a1MdwFSHB5H0I9T6ymriohCo4Vkd-bllbpaFGc7zIPx_fw3XtYxglwJ3d6/s4096/Hadas.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguS0aBA9VYVqlrC7o56xVArRiZXS15A7mEy0swAYUVP-h5DkdQCY8GPgUXLuwzOvxCFFbGCiSiryZFyVjLNIs5YcGJhpH1lus_E5N2UTUdcwf4m0jswp27TKAt2bQx96a1MdwFSHB5H0I9T6ymriohCo4Vkd-bllbpaFGc7zIPx_fw3XtYxglwJ3d6/w640-h480/Hadas.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Buscando hadas| Imagen propia<br /><br /><br /><br /><div style="text-align: left;"><br /></div></td></tr></tbody></table><p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Allí, donde germina el olvido de la infancia. Allí, donde se bifurcan los caminos de una vida. En aquellos lugares que lo son todo, para luego no ser nada. Ahí, habita un hada.</span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">En Galicia, la desmemoria se tiñe de musgo y líquenes. Es pasto de bosques o grafitis, y del afán desmedido del tiempo por desahuciar muebles y recuerdos. Cuando se hunden en una fraga las antiguas salinas de unos monjes...<br /></span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMUJcY77txHXYmmD9MGt-v6Q7MDdpmIWcxaI7so9faVwnhpC2m3B-z9dUL4SaWfvp9xXiusasjcgzkjrC2otTEFpCFiCxhi0bbTe112OJdQAR_BcEKs3siKyk2jboUAJY3uUJs7ciHp09NNjQtD8vydlANhwd_L4ecGkzhrx7BCujHj9YKXdq9CKPm/s4000/Salinas2.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMUJcY77txHXYmmD9MGt-v6Q7MDdpmIWcxaI7so9faVwnhpC2m3B-z9dUL4SaWfvp9xXiusasjcgzkjrC2otTEFpCFiCxhi0bbTe112OJdQAR_BcEKs3siKyk2jboUAJY3uUJs7ciHp09NNjQtD8vydlANhwd_L4ecGkzhrx7BCujHj9YKXdq9CKPm/w299-h400/Salinas2.jpg" width="299" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ruinas en las Salinas de Ulló | Imagen propia<br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /><br /><br /><p></p><p>Cuando el esqueleto de un hogar sigue respirando en medio de la ciudad. Cuando las plantas de una familia continúan poblando balcones y enrejados... Ahí habita un hada.</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvl-oflPY1f6hS_TAcp4orkhAc2ILM93fti3qkTFEbiPmbhErH9mnKXKwS8jG4btqiRa5XSKBP8yeyXqNRbBPNB8pA0E6EeFuMDGztxMhJb_a4Z7IwG6wn89z7k1JhmT8VbHGlJanqh1kAmjCHrl2_Wx1Knbp9lpLN4qHbkRUr3kZFfsYCVOYqIU5M/s4000/Casa1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvl-oflPY1f6hS_TAcp4orkhAc2ILM93fti3qkTFEbiPmbhErH9mnKXKwS8jG4btqiRa5XSKBP8yeyXqNRbBPNB8pA0E6EeFuMDGztxMhJb_a4Z7IwG6wn89z7k1JhmT8VbHGlJanqh1kAmjCHrl2_Wx1Knbp9lpLN4qHbkRUr3kZFfsYCVOYqIU5M/s320/Casa1.jpg" width="240" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Pasear y verlas no es solo una cuestión de azar o suerte. Ver un hada no es observación, ni atención o concentración. Ver un hada es emoción. Nuestro corazón las percibe. Cambia el ritmo de sus latidos e incluso, a veces, se detiene durante un instante imperceptible. La cadencia de su melodía se ajusta al revoloteo de sus alas.</p><p><br /></p><p>Son... ese rumor entre las ramas que solemos confundir con un pequeño pájaro... Las luces nocturnas que flotan entre los narcisos recién florecidos o, entre los helechos comienzan a extenderse... Tal vez luciérnagas, pensamos... Pero hadas, quizás... </p><p>Son... el arco iris desplegado sobre el puente, donde anidan lluvias, claros y esperanzas... La luna tras la ventana, coloreada de deseos plateados... La llegada de las golondrinas anunciando estaciones, migrantes entre meses y hojas de calendarios. La cajita abierta sobre tu mesa... Los colores esparcidos... Aquel bombón de trufa que desaparece...</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8nW6m69uCefAxA2h8CMZ5rE_blIHr37EBLsSEuHrd5cXfrVHZc39-vMGw8dNEIIUbxdyZaCX0UI1rlzzmoT2vFTJvTFrPTLQX8JIpxPOpImIrP90DakFtktlLFlAG7Aysf3PoE6pDmhpYQrMqX6oUN4uSceqzcH7vor3-Tkw8on06_sEyhFwoJMMm/s4624/Magnolio.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8nW6m69uCefAxA2h8CMZ5rE_blIHr37EBLsSEuHrd5cXfrVHZc39-vMGw8dNEIIUbxdyZaCX0UI1rlzzmoT2vFTJvTFrPTLQX8JIpxPOpImIrP90DakFtktlLFlAG7Aysf3PoE6pDmhpYQrMqX6oUN4uSceqzcH7vor3-Tkw8on06_sEyhFwoJMMm/s320/Magnolio.jpg" width="240" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Con el inicio de la primavera tienen muchísimo trabajo. Ultiman tonalidades sobre los pétalos que comienzan a abrirse; lanzan instrucciones aquí y allá al coro de pajarillos; imparten talleres de arquitectura de anidamiento para primerizos...</p><p>Quizás podáis sentirlas cuando, acaloradas, se dejan caer sobre una brizna de hierba húmeda buscando algo de frescor. O si, hambrientas y golosas, se despistan persiguiendo el aroma del pan recién hecho hasta la puerta de algún obrador.</p><p>A veces, cuando llevo a los niños al parque, casi a punto de marcharnos a casa, justo en ese momento en el que el sol comienza a bostezar, me ha parecido ver un misterioso destello entre las ramas del enorme magnolio de La Alameda...</p><p><br /></p><p>La primavera es otro principio que nos concede el año; la Ostara celta, que marca el inicio de un tiempo de equilibrio entre luz y oscuridad. Allí también, en ese equilibrio, habita un hada...</p><p><br /></p><p>"En un bosque,</p><p>o un jardín,</p><p>hasta en una glorieta arbolada...</p><p>Ahí puede habitar un hada.</p><p><br /></p><p>Cuenta uno, dos, tres</p><p>y cierra los ojos.</p><p>¡Cuenta otra vez,</p><p>del derecho y del revés!</p><p>Entonces... Puedes verla.</p><p>Pero solo, si crees ".</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhivFHfGwJvlLKjcpbJdWE2niECbf9LQv6DuLClErqxbqpu0SB9_DyXQNfaxNgOq2DLuurevlTd2z9sQBdrw_S6DkFuzjxwoLXMGA0-dCeZBCv9P9HCuAPIY_7Q5c9YftOb2UHiA1JTIBHZE_zJiQa4Ysj5kD5fSHCH9CMLdkckQD34Alkfui8qeI0z/s4624/Alameda.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhivFHfGwJvlLKjcpbJdWE2niECbf9LQv6DuLClErqxbqpu0SB9_DyXQNfaxNgOq2DLuurevlTd2z9sQBdrw_S6DkFuzjxwoLXMGA0-dCeZBCv9P9HCuAPIY_7Q5c9YftOb2UHiA1JTIBHZE_zJiQa4Ysj5kD5fSHCH9CMLdkckQD34Alkfui8qeI0z/w480-h640/Alameda.jpg" width="480" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p style="text-align: center;"><b><i>¿Salimos a ver hadas?</i></b></p><p style="text-align: center;"><br /></p><p><br /></p><p>Apunte: </p><p>En las Salinas de Ulló en ocasiones nadan sobre el lomo de los cisnes</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirzrXm2ytMPjRfXBS_t12ee_K45iJV7oTASRR89Cyn7tayBt08nev4TY7aUBIzfEadZGJ8fg05v6erGIJlGtFjkRCW6GPGYuCTu6WOpgnQqrOtKwGycocnlOgybxRsAFHiOcwgZ4OJvD7cIrfdRS6b8-aAW_ztEI5cVPHzoC_tPQGc78WYMNdPRLiY/s4000/Cisnes.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirzrXm2ytMPjRfXBS_t12ee_K45iJV7oTASRR89Cyn7tayBt08nev4TY7aUBIzfEadZGJ8fg05v6erGIJlGtFjkRCW6GPGYuCTu6WOpgnQqrOtKwGycocnlOgybxRsAFHiOcwgZ4OJvD7cIrfdRS6b8-aAW_ztEI5cVPHzoC_tPQGc78WYMNdPRLiY/w300-h400/Cisnes.jpg" width="300" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Otras veces se funden con el paisaje....</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0ZyHgJpmBSCCeGmAJ61ZODnLlm98NuPy705IUwuw6J1mlYgE9s5Uv7QI-sm-W9SA4xjpszykOt46l6k_DIb4FRFivx-pDqMa00Gk9Oi9HB9nkp3Zvy_V6pIlmUMPSeFEmdYbPsGm75mC7VTteQmy7lLsosv-OY_8A-chu6wA5FnRmC8lVrKlGKIKC/s4000/Paisaje%20salinas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3000" data-original-width="4000" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0ZyHgJpmBSCCeGmAJ61ZODnLlm98NuPy705IUwuw6J1mlYgE9s5Uv7QI-sm-W9SA4xjpszykOt46l6k_DIb4FRFivx-pDqMa00Gk9Oi9HB9nkp3Zvy_V6pIlmUMPSeFEmdYbPsGm75mC7VTteQmy7lLsosv-OY_8A-chu6wA5FnRmC8lVrKlGKIKC/s320/Paisaje%20salinas.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Pero siempre merece la pena salir en su busca...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Por cierto, también pueden habitar entre las páginas de los libros:</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">En esta publicación:</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">"El libro de las Hadas más bonito", de Susannah Marriott (Ed. Pearson)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">"Con calma. 50 historias de la naturaleza". Escrito por Rachel Williams con ilustraciones de Freya Hartas. (Flamboyant Ed.)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: justify;"><tbody><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /><br /><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: left;"> </div></td></tr></tbody></table><p></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com036001 Pontevedra, España42.4297279 -8.644246299999998911.571655892960159 -43.8004963 73.28779990703984 26.5120037tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-11674343399101983932023-03-08T11:05:00.002+00:002023-03-08T11:20:34.602+00:00Un café con Sofía<p> </p><p><br /></p><p><span style="font-size: medium;"><i style="font-weight: bold;">Sofía</i> vino al mundo frente a un horizonte de sinuosas dunas, junto al mar, en Corrubedo. Creció con el sonido de las olas de fondo y un nombre marcado por la sabiduría que portaba en sus sílabas. Una sabiduría que acostumbraba a compartir con todo aquel que se sentaba con ella a tomar un café. Un café con leche, con leche y mucho mucho azúcar, en aquellos vasos de Nocilla de los años ochenta.</span></p><p><span style="font-size: medium;">La juventud alcanzó a Sofía en La Coruña. Cuando las dunas quedaron atrás, le esperaba la ciudad, con su silueta de grúas, sus sonidos metálicos y un futuro que se iba escribiendo jornada a jornada. </span></p><p><span style="font-size: medium;">En la ciudad, <b>los hombres aguardaban durante horas en las escaleras del puerto</b> de Linares Rivas, en las de la Palloza o, en la Dársena. Iban allí donde atracaban los barcos y, en fila, pedían trabajo al mar. Así fue como el padre de Sofía encontró una plaza en un barco, el "Tito". Y así se encontró Sofía frente a frente con su futuro, Luis, mi abuelo. </span><span style="font-size: large;">Se conocieron entre los paréntesis de las mareas, y su amor revoloteó sobre las olas como una mariposa de alas manuscritas de amor.</span></p><h4 style="text-align: left;"><span style="font-size: large;">Mi abuelo Luis</span></h4><p><span style="font-size: large;">Al poco tiempo se casaron, ella aún no había cumplido los 18. Pronto nació su primera hija, a la que siguieron otros 9. Luis lidió con el océano y ella con 10 partos y la realidad de una maternidad a la que se dedicó en cuerpo y alma. En un tercero derecha de la Calle de la Paz, compartió sueños y certezas con sus padres y sus primeros cuatro bebés. Después, en la Calle del Puente, vinieron los demás. Hizo todo lo que pudo y más. Se quedó sin uñas de restregar la ropa contra la tabla de lavar... Se quedó también, muchas veces, sin comer, para aumentar la ración de los niños con la suya propia... Pero no se quedó nunca sin esperanza.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Con los años, <b>los hijos fueron creciendo y formando sus propios futuros</b>. Ella tuvo su primera lavadora y por fin, después de tanto tiempo, las uñas también fueron creciendo. Poco a poco las fotografías de hijos, nietos y bisnietos no cabían en su pequeño aparador. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Sobrevivió años a Luis, que la dejó con la eterna mariposa de palabras revoloteando a su alrededor y, una vida cargada de recuerdos. Sobrevivió a una hija, su primogénita. <b>Sobrevivió a ser mujer en un mundo poco confortable para las mujeres</b>. Pero, cuando pienso en ella, la pienso hace muchos años, en su cocina frente a los fuegos siempre encendidos, preparando comidas para los hijos que aún estaban con ellas, horneando empanadas, amasando orejas de carnaval. La pienso con su mandil y su pañuelito en la mano. La pienso con la mirada despierta; con sus ojos oscuros y resueltos cargadas de historias y energías. </span></p><h2 style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;">"Ella va a elegir"</span></h2><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw25ABt4w-ibga58fvlDNPOThg9S7qixy6wj6VrFpsDY0qwApt3MzpAtVkmow7R1RKvMj74uksu8JdJaAuyfxst3WtBUrQ95-9DVtBGv_gS5CUgLg48uT9y1LQPmD0kfz31vIY_n3X0LhBdbtqHVNhHhM65Pncpe3Y3nhZibYQr8Ph5YbbhgVHQuJw/s4096/Abuela.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw25ABt4w-ibga58fvlDNPOThg9S7qixy6wj6VrFpsDY0qwApt3MzpAtVkmow7R1RKvMj74uksu8JdJaAuyfxst3WtBUrQ95-9DVtBGv_gS5CUgLg48uT9y1LQPmD0kfz31vIY_n3X0LhBdbtqHVNhHhM65Pncpe3Y3nhZibYQr8Ph5YbbhgVHQuJw/w640-h480/Abuela.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><p><span style="font-size: medium;">Cuando tuve a Blanca, mi primera hija, la llevamos a conocer a los bisabuelos. Me invitó a un café con leche y mucho azúcar en un vaso de Nocilla. Sentada a mi lado, entre sorbo y sorbo, me dijo: <b>"Ella va a elegir"</b>. Ahí se quedó la frase, pero siempre la recuerdo. Aún ahora cuando ya han pasado tres años desde que marchó a buscar a mi abuelo, como cuando, de jóvenes, se encontraban tras una marea que se había alargado. Los imagino asomados al mar desde las nubes.</span></p><p><span style="font-size: large;">Y esa, la suya, es la frase con la que hoy quiero quedarme. Ese es mi deseo, dibujar entre todos un escenario en el que evolucionar juntos. <b>Educar, enseñar, recordar, hablar, interiorizar, responder, preguntar... </b>Un escenario para todos los que estamos y para todos los que estarán. Crear algo nuevo; algo para todos. Sentar unas nuevas bases, sobre las que asentar raíces limpias de perjuicios y pasados obsoletos. <b>Queremos elegir</b>.</span></p><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><p><span style="font-size: large;">Mientras tomo este café, recuerdo alguno de esos libros que me han hecho viajar acompañando a otras maravillosas mujeres. Las hermanas Brönte y su fuego interior, Leonor de Aquitania y peligrosas pioneras, creadoras olvidadas... Brujas, proscritas, aventureras y forajidas que me han hecho soñar.</span></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbQW-AyBZr4JRdbYA_yx_w9N6F7-KjPtFcvJE5EEye_2qbwo-eFbEXfP91dhycdLF64_NUV73FAOD7pUiPe6IkpiBfwAdkvio1tORAj93Wg2s5gLt5tHXzXtx6KslvbTHftSBD4amvrhy7GnAsToFGPxHTrSZWCD121KkYAP_ej2l4by29x06DWid2/s4624/Abuela1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbQW-AyBZr4JRdbYA_yx_w9N6F7-KjPtFcvJE5EEye_2qbwo-eFbEXfP91dhycdLF64_NUV73FAOD7pUiPe6IkpiBfwAdkvio1tORAj93Wg2s5gLt5tHXzXtx6KslvbTHftSBD4amvrhy7GnAsToFGPxHTrSZWCD121KkYAP_ej2l4by29x06DWid2/w640-h480/Abuela1.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Libros favoritos </td></tr></tbody></table><br /><span style="font-size: large;"><br /></span><p></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com236001 Pontevedra, España42.4297279 -8.644246299999998915.587158183441133 -43.8004963 69.272297616558873 26.5120037tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-1245774256361956872023-02-08T18:04:00.004+00:002023-02-08T18:06:48.161+00:00Gastón. Una historia y nuestra historia<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-rQTJnK01QeVItQHyorK1qp0RddvcYuGkRXIfUpRWJq34nvHZacumaEnwUMGlTNh8yW_aRSjNf9ZG7KeH8rPc5K4hgK2eLn8XzI6eJQCdaeUvxozaENaXtXrbjOmeSM25sntk0IV3dQX2IOValUfI0vsP0fO703oSM2XC2dagzg9tMU-q9WSFNQmM/s4624/Librogast%C3%B3n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-rQTJnK01QeVItQHyorK1qp0RddvcYuGkRXIfUpRWJq34nvHZacumaEnwUMGlTNh8yW_aRSjNf9ZG7KeH8rPc5K4hgK2eLn8XzI6eJQCdaeUvxozaENaXtXrbjOmeSM25sntk0IV3dQX2IOValUfI0vsP0fO703oSM2XC2dagzg9tMU-q9WSFNQmM/w480-h640/Librogast%C3%B3n.jpg" width="480" /></a></div><br /> <p></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Lo nuestro con Gastón es una historia de amor. Una historia de amor
de esas que desinfectan las heridas abiertas, bombean oxígeno,
resucitan la imaginación, la sonrisa…</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0iIVHGoE60i3dusng6Q9nK2Y4-RfmwoDV9naGUiFubXvEAGctklMy5NiwElrG3zdicJ6aweM0dfLbz2QDSr_lgS9muM-VsLx6S4TGtwPRclwyyVGpahyLBCJjInOCBkLTLoNj9HAY3CGhO5y2VaU0H0J53uYVIGwyncUN9WZORmP4j7HB0jgfxoIi/s4624/Ovillo.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0iIVHGoE60i3dusng6Q9nK2Y4-RfmwoDV9naGUiFubXvEAGctklMy5NiwElrG3zdicJ6aweM0dfLbz2QDSr_lgS9muM-VsLx6S4TGtwPRclwyyVGpahyLBCJjInOCBkLTLoNj9HAY3CGhO5y2VaU0H0J53uYVIGwyncUN9WZORmP4j7HB0jgfxoIi/w300-h400/Ovillo.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gastón con "Don Osito", su regalo de Reyes Magos</td></tr></tbody></table><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Lo nuestro con
Gastón es la historia de una reanimación a corazón abierto… Una
corriente de energía que luchó, junto a nosotros, contra el miedo
de la pérdida, la <b>fragilidad del tiempo...</b></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><b><br /></b></p>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH7YZyz9fb03u2929S027lLpVQV-1xDWpuIehbUasSPlMjwpJAUpWZsz61QzMpNuGOR3N02N8fEQ8ulBG65zGp-n_VW_MoZ_AfN2utnMcAg88l80meIw9q-gJfFEjovYk-GgtHfEu8hHGho50euyji2OEi06GSgKnSES0gXe4hyPvYPF_ANgqEuzCz/s4608/Trufo%20y%20Cane.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH7YZyz9fb03u2929S027lLpVQV-1xDWpuIehbUasSPlMjwpJAUpWZsz61QzMpNuGOR3N02N8fEQ8ulBG65zGp-n_VW_MoZ_AfN2utnMcAg88l80meIw9q-gJfFEjovYk-GgtHfEu8hHGho50euyji2OEi06GSgKnSES0gXe4hyPvYPF_ANgqEuzCz/w300-h400/Trufo%20y%20Cane.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Trufo y Canela </td></tr></tbody></table><br /><br /><h2 style="text-align: left;">¿Cómo es Gastón?</h2><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Cada día junto a él
es un aprendizaje. Todos los que lo conocen lo definen como sociable,
juguetón, un cachorro que (por edad) ya ha dejado de serlo;
nervioso, pacífico y cariñoso al extremo. Con más de tres años
todavía rompe cosas… aúlla como si quisiera hablarles con
perritos o personas que distingue desde su ventana. Gastón es además
un mago virtuoso. Su número “Desaparición de comida en tris tras”
cosecha siempre los mayores éxitos. Aunque sus métodos no sean muy
ortodoxos, sus habilidades nunca dejan de sorprendernos… Así es
Gastón.</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnAtmDYsmc6HDBN4519FuJGqk5K50cGSduWbc1sSzAfSrWwP9pUiOs_1dCwZBGk_LoLTRUEVZWHpnLf7RfCWJH0WUDMynfQ51_gQXCgr0Zd69q5hYYamHWdIGGr962Hld75wLIxI_qLCsWHgjBBfOU3rCN7GFSIjOsOdrpvZ8v6C6zfcWdKyLjheVt/s4624/Gast%C3%B3n%20dormido.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnAtmDYsmc6HDBN4519FuJGqk5K50cGSduWbc1sSzAfSrWwP9pUiOs_1dCwZBGk_LoLTRUEVZWHpnLf7RfCWJH0WUDMynfQ51_gQXCgr0Zd69q5hYYamHWdIGGr962Hld75wLIxI_qLCsWHgjBBfOU3rCN7GFSIjOsOdrpvZ8v6C6zfcWdKyLjheVt/w300-h400/Gast%C3%B3n%20dormido.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gastón dormido con su manta preferida</td></tr></tbody></table><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Pero, en las
distancias cortas, Gastón es también otro. La mirada dulce que te
encuentras en la intimidad de una caricia, la confianza de su
duermevela en el sofá de la ventana, el suspiro que se le escapa
cuando lo tapamos con su manta… Para nuestra vecina de enfrente, al
otro lado de la calle, Gastón es ese perrito que no le quita ojo,
desde su atalaya entre las cortinas. Esos ojos curiosos que se
encuentra cuando sube la persiana y mira durante horas a través del
cristal. Ese que un día, al cruzarnos por la calle, se atrevió a
acariciar, explicándome, con los ojos llenos de sonrisas, toda la
historia que había entra ella y él. Una historia solo de ellos.</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Gastón es el que
una tarde, ya llegando a casa a la vuelta del paseo, empezó a llorar
tirando hacia una pareja que se acercaba a nosotros. El hombre tenía
muy poca movilidad y caminaba con dificultad. Gastón quería
acercarse a toda costa, al tiempo que yo intentaba impedirlo. Hasta
que la mujer me dice: “Déjalo. Él quiere que venga”. Teníamos
uno muy parecido y se nos fue hace poco. Gastón lo llenó de
besos y le hizo mil fiestas. Él no paraba de sonreír.</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnHlKpi40A-iYY_tuQfggnkL3nf4ZF7TU_tzwBsKzyQtWUAFow8TEsuSXwaZddG6Mxb2UiHqqXqKO3BTT7GsXdJrrrgc8mwins2u9yApsa0y0MUZh4pFbjBQosXHiiwFWnlszfQMgBN8weMC5_Gi4b-pvArhI9tadPUxyk-OaRjwjiPY_UF3WkLzJ6/s4624/Gast%C3%B3n%20m%C3%A9dicos.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnHlKpi40A-iYY_tuQfggnkL3nf4ZF7TU_tzwBsKzyQtWUAFow8TEsuSXwaZddG6Mxb2UiHqqXqKO3BTT7GsXdJrrrgc8mwins2u9yApsa0y0MUZh4pFbjBQosXHiiwFWnlszfQMgBN8weMC5_Gi4b-pvArhI9tadPUxyk-OaRjwjiPY_UF3WkLzJ6/s320/Gast%C3%B3n%20m%C3%A9dicos.jpg" width="240" /></a></div><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Gastón en una cita médica</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><h2 style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">Convivir con perros es algo único</h2><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Llevo más de 20
años conviviendo con un perro: Luna, Canela, Trufo… Y esa
convivencia me ha cambiado la vida. Cada uno de una forma única y
particular, me ha acompañado, sostenido, hecho reír, preocupado,
agotado. Cada uno me ha querido, estoy segura. Y yo los he querido,
los quiero y me he sentido querida por ellos. Sin ellos mis días
hubieran sido más tristes, más solitarios… </p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><b>Nuestro Gastón,
como el Gastón del libro nos enseña que cada uno debemos ser
nosotros mismos, sin importar definiciones, acepciones, notas de un
diccionario, perjuicios…</b></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGpe5H_vueleNDP_CBpZ6W-qNF3wZQO-27ag6V80_C-JmA9BxbbGJHumSZEhvjm73LEorhAp5aXF3SELhjiLQ3cy5YmQumvnOjQWyIHqPzcKpwIpKicvGyaP54WwQ1dHI_2D9Eq1DGaDSn5iJpmK4w6pxRxF6TjwjMhA8lnoORRw4Qd1ZXNZeIu6j/s4624/Librogast%C3%B3n1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGpe5H_vueleNDP_CBpZ6W-qNF3wZQO-27ag6V80_C-JmA9BxbbGJHumSZEhvjm73LEorhAp5aXF3SELhjiLQ3cy5YmQumvnOjQWyIHqPzcKpwIpKicvGyaP54WwQ1dHI_2D9Eq1DGaDSn5iJpmK4w6pxRxF6TjwjMhA8lnoORRw4Qd1ZXNZeIu6j/s320/Librogast%C3%B3n1.jpg" width="320" /></a></div><div><br /></div><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5dNFd2fXDQ2cGUDG0po_O31bNbWMdwJKp7zb-_pvHBIhdPOmIjayTSn5rykP14pxhPZ7d0ZY_Qy7IqVpMpaV1fLXyK5bHhG5DajOeDRQ5nrYsyiENhXdCx7LLSM1Xj79c9IrPNnkCGsVb8aKemE2nOWO2uZmMM8r2LDLd6QzXuPlpx3u3R8yCKcxG/s4096/Librogast%C3%B3n2.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5dNFd2fXDQ2cGUDG0po_O31bNbWMdwJKp7zb-_pvHBIhdPOmIjayTSn5rykP14pxhPZ7d0ZY_Qy7IqVpMpaV1fLXyK5bHhG5DajOeDRQ5nrYsyiENhXdCx7LLSM1Xj79c9IrPNnkCGsVb8aKemE2nOWO2uZmMM8r2LDLd6QzXuPlpx3u3R8yCKcxG/s320/Librogast%C3%B3n2.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Gastón y su familia</div><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Todas estas cosas y
muchas más es Gastón. <b>No entiende de etiquetas</b>. No entiende de
adjetivos que nos cargan con su peso. Gastón realmente entiende lo
más importante: vivir, respirar, jugar, disfrutar, amar y mostrar
que amas… Los perros son unos sabios muy peludos.</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0rdQnSGH14ggPrd_AWujVRyggRLJXpXn6oQqWVS21jfQUGwVBKk7AipaKEeSTqHaY9ysOm3oEG14_lNv9z0FXgE382gQLGqb46qGJtQAv7ktdflSH950Vt4AmZTtjj_FhOEu1kb8P7qH4UovVR6dmt-meT0oGA8Ucq3_3GXw0dQyNaneXYpkNZNjW/s4624/Gast%C3%B3n%20ovillo.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0rdQnSGH14ggPrd_AWujVRyggRLJXpXn6oQqWVS21jfQUGwVBKk7AipaKEeSTqHaY9ysOm3oEG14_lNv9z0FXgE382gQLGqb46qGJtQAv7ktdflSH950Vt4AmZTtjj_FhOEu1kb8P7qH4UovVR6dmt-meT0oGA8Ucq3_3GXw0dQyNaneXYpkNZNjW/w480-h640/Gast%C3%B3n%20ovillo.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Precioso Gastón</td></tr></tbody></table><br /><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><b>Yo, por mi parte,
voy a intentar ser un poco más sabia. Un poco más Gastón.</b></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-91827702677781730792023-02-06T16:07:00.002+00:002023-02-06T16:07:15.406+00:00Amigos imaginarios<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MVO6UqMHwkFxYDnJuj1PxXMgrhu50KDOLyv-MEiLhj5QHxOSXXgNBjr3dZ9RD5oJ6bBuUYZOX49uR34Jbq_m0GZXQ6tZiej-aClev89gB7CG7xgsnSZUvaxuPXwXOrOyNz43-S3Z3GBfYilr4w1lR8VQx_UnmOE0Wc1PPHXhpOVC_n8GrjMYqNJG/s4096/Marina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MVO6UqMHwkFxYDnJuj1PxXMgrhu50KDOLyv-MEiLhj5QHxOSXXgNBjr3dZ9RD5oJ6bBuUYZOX49uR34Jbq_m0GZXQ6tZiej-aClev89gB7CG7xgsnSZUvaxuPXwXOrOyNz43-S3Z3GBfYilr4w1lR8VQx_UnmOE0Wc1PPHXhpOVC_n8GrjMYqNJG/w640-h480/Marina.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tomando el té con amigos imaginarios<br /><br /><br /><div style="text-align: justify;">Se llamaba Marina. Cuando la conocí tendríamos las dos unos ocho años. Yo intentaba aprender a bucear, pero solo conseguía cerrar los ojos y tragar arena de la orilla. Ella apareció de repente, con un bañador verde y plata, riendo y dando volteretas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sé qué me hipnotizó primero: sus ojos de luz, su imaginación, su capacidad para aguantar la respiración mientras yo cantaba la canción de David el Gnomo. No sé qué me hipnotizó primero: sus ocurrencias, las pecas que dibujaban triángulos en sus brazos o su nombre, que me traía ecos de peces, caracolas y naufragios. Un nombre de sirena, arena y sal cuyas declinaciones sobrevolaban mi infancia como pájaros que migran. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Con Marina siempre había aventuras. Misterios, peligros, risas... Juntas desentrañamos enigmas imposibles de resolver, incluso para el gran Sherlock Holmes que tanto adoraba.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Enseguida comprendía que los poderes de Marina eran mayores de lo que yo creía: podía hacer que nadie la viera, sobre todo los adultos. Y así, pude llevármela a casa. Vivía en mi habitación. Dormía sobre el viejo oso rosa. Un gigantón de corazón blando y piel de tela de toalla. Acurrucada sobre su enorme panza soñaba y soñaba sin parar, para ella y para mí. Para las dos.</div><div style="text-align: justify;">Cuando masticaba chicle y hacía globos tan gigantescos que podíamos meternos dentro. Juntas volábamos sobre los tejados del barrio, viéndolo todo de un rosado precioso y desvaído. A veces tomábamos el té, con azúcar y un poquito de leche. Tejíamos planes, dibujábamos y leíamos. Si estaba de buen humor me ayudaba a hacer rimas para mis pequeños poemas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Era guapísima. Guapísima y muy lista. ¡Y cómo sabía esconderse! En ocasiones, tenía que buscarla durante más de media hora y al fin, la encontraba en un espejo o en la vitrina del salón. Ahí yo le rogaba que tuviera mucho cuidado, no fuera a romperse una de las tazas de la bisabuela.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Marina me acompañó muchos años. Siempre teníamos tanto que contarnos... Nos mandábamos mensajes secretos a través de la pantalla de mi calculadora de panda rosa o, nos dejábamos notas sobre los cristales empañados de las ventanas. Fuimos más que amigas. Más que todo. </div><div style="text-align: justify;">Crecimos al mismo tiempo y, al mismo tiempo que crecimos dejamos de vernos tanto. Con el tiempo nos fuimos distanciando y Marina empezó a aparecer cada vez menos... No la encontraba en la cocina, congelada en el reflejo del cristal del horno, aunque dentro estuviera cocinándose un bizcocho de cacao y almendras. No la encontraba en el fondo de mi vaso, guiñándome un ojo para hacerme reír... Ni en el cristal de La Jijonenca, los sábados, dispuesta a compartir mi bollito de leche y mi chocolatina.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A medida que crecí, que crecimos, Marina y yo nos separamos. Y yo busque amigos, en los libros, en los pájaros, entre las nubes, en las pautas de mi cuaderno, en las sombras de los árboles...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los amigos imaginarios van y vienen, pero son amigos para siempre. Lo sé porque he vuelto a verla. Hace poco, treinta y pico años después de la última vez que conseguí atisbar su reflejo. Viene de vez en cuando. Está igual, no ha cambiado nada. Divertida, luminosa y aventurera. Intuyo que me ha estado esperando. Esperando a mi imaginación de adulta, a veces perezosa.</div><div style="text-align: justify;">Le encanta sorprenderme en sitios especiales. Lugares mágicos como el Bosque Encantado de Aldán, donde las hadas vuelan entre robles castaños y abedules.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaPI6_k2whBCkD8mTFu3znbMAsSdtLwwR4Diptwy5LnVVeK0hsnBYTGU6svY3PnXFhSe4DAy1STGY2l8_J6H8CuNaXwjhYSb4TNu3oOmAHPdWHVCRc_T51HkjapiiUsulmZJQ0EGE_daxa_pbPeBfKUMooXaidurT3UQBC5sXLp9tWTZNNn1dU3ex3/s2048/Castillo%20(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="924" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaPI6_k2whBCkD8mTFu3znbMAsSdtLwwR4Diptwy5LnVVeK0hsnBYTGU6svY3PnXFhSe4DAy1STGY2l8_J6H8CuNaXwjhYSb4TNu3oOmAHPdWHVCRc_T51HkjapiiUsulmZJQ0EGE_daxa_pbPeBfKUMooXaidurT3UQBC5sXLp9tWTZNNn1dU3ex3/w288-h640/Castillo%20(2).jpg" width="288" /></a></div>Pequeño castillo en el Bosque Encantado de Aldán <br /><br /><div style="text-align: justify;">Hubiera sido un sitio favorito de los nuestros, sin duda. Un lugar capaz de albergar las más grandes aventuras. Aquí la vegetación es profunda y misteriosa. La luz se filtra entre las ramas y hace dibujos en su pelo, en mi espalda. Cruzamos de la mano un pequeño acueducto y nos detenemos ante la pequeña fortaleza. Juntas, cruzamos el foso sobre el río Orxas y nos acordamos de cuando éramos pequeñas. Durante un instante mis pensamientos vuelan hacia justas y mesas redondas. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCGgTRfqi68HKPRmKCmPP1WyOMvOzoc-NtxXc4HYmvqosQHILZn3CrN1I1BFLmy_6GNc3dGWueUe1a9mffRLOorInsRkE-ggZ8lp_lw86forNfv6K6oOKxJe5_p3ypzGC-SvvTLL9eNFsJeOgejkF8ymnOZdZeVxgXtzNnIJUOZaVahpNXEGPnX5_4/s4608/Fortaleza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCGgTRfqi68HKPRmKCmPP1WyOMvOzoc-NtxXc4HYmvqosQHILZn3CrN1I1BFLmy_6GNc3dGWueUe1a9mffRLOorInsRkE-ggZ8lp_lw86forNfv6K6oOKxJe5_p3ypzGC-SvvTLL9eNFsJeOgejkF8ymnOZdZeVxgXtzNnIJUOZaVahpNXEGPnX5_4/w300-h400/Fortaleza.jpg" width="300" /></a></div>Lateral de la pequeña fortaleza, junto al río Orxas<br /><br /><div style="text-align: justify;">Pero vuelvo a la realidad para controlar a los niños, extraviados en sus propias imaginaciones. Y, me pregunto cómo serían aquellos otros niños para los que sus padres mandaron levantar este escenario de cuento, allá por los años 60 del pasado siglo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Respiro la atmósfera y dejo que los pulmones se me llenen de risas y mundos soñados...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Nos despedimos frente al mar, nuestro mar, donde nos encontramos. Cierro los ojos. Solo se escucha el movimiento de las barquitas del Puerto de Aldán movidas por el viento. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRcxx9lx66ownIyCDCOZixNjhW11cfBBfrmaN1Gxe4vVCm1mop4lzfTaOD0C5piqXXWkWP3gel5s2pEV0ouzAn9alhPM8pOil_db2IskUVashUx7tU2_7Q8EIGIqLnJUUC_2qJ4n7Y_dtcQRE8WXkqigbsZLl80h4le2Zgf984bLyiEQUZcJLQdJwk/s4608/Barcos%20Ald%C3%A1n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRcxx9lx66ownIyCDCOZixNjhW11cfBBfrmaN1Gxe4vVCm1mop4lzfTaOD0C5piqXXWkWP3gel5s2pEV0ouzAn9alhPM8pOil_db2IskUVashUx7tU2_7Q8EIGIqLnJUUC_2qJ4n7Y_dtcQRE8WXkqigbsZLl80h4le2Zgf984bLyiEQUZcJLQdJwk/w300-h400/Barcos%20Ald%C3%A1n.jpg" width="300" /></a></div>Barcas en el Puerto de Aldán (Cangas, Pontevedra)<br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando los abro, Marina ya no está, pero el encantamiento sigue y... Hoy tomo el té con Marina. Los amigos imaginarios son sorprendentes y tienen mucho que contar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></td></tr></tbody></table><br /> </p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-54615520630230588922023-02-01T16:04:00.001+00:002023-02-01T16:04:08.713+00:00Las voces de Santa Clara<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzQx70d2czpZpP3ttl_iLOzs0Ocxpv5k-GJk5DYFgBmf1SdHMAnKPuzIf26xYTAMyF6QWiRKDOhCUyztBnV3_KT1YCuVD3nPAqVwPf8r96pqwuM30lasBBhBjVkX3awwCvb1uVScIGG-JHdBlM7EX28ip2IrqBLzUbIqV4N_qNCQ_lS1q59HlLaW8x/s3264/Exterior.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2448" data-original-width="3264" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzQx70d2czpZpP3ttl_iLOzs0Ocxpv5k-GJk5DYFgBmf1SdHMAnKPuzIf26xYTAMyF6QWiRKDOhCUyztBnV3_KT1YCuVD3nPAqVwPf8r96pqwuM30lasBBhBjVkX3awwCvb1uVScIGG-JHdBlM7EX28ip2IrqBLzUbIqV4N_qNCQ_lS1q59HlLaW8x/w640-h480/Exterior.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Exterior y muros del Convento de Santa Clara en la calle del mismo nombre (Pontevedra)</td></tr></tbody></table><br /><p> Aquella noche ninguna durmió. No pudieron...</p><h2 style="text-align: left;">Aquella noche</h2><p>Aquella noche los nervios reptaron, sinuosos, por las paredes del convento. Alcanzaron el refectorio, treparon hasta el círculo de la ventana, tratando de iluminar con la luz de la luna los misterios que les daban alas.</p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLuHlZ7m6kJ8ELO3NLaDDeb3fyN4PhbiiOBrFKYvajjOY6E-xRS3N6RDpfEuRkhFgfU1tdJG2ojTTcD8T6SV1LdSztq58TOZMNOxnEr0sBF3QyTSpkan6M2mBB-_28veGlHDXj81mH8EL5MTWHD6fztaLpvPbKrlwvhHbsKISPHKiRuhu6deK6lMnQ/s4000/Ventana%20redonda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLuHlZ7m6kJ8ELO3NLaDDeb3fyN4PhbiiOBrFKYvajjOY6E-xRS3N6RDpfEuRkhFgfU1tdJG2ojTTcD8T6SV1LdSztq58TOZMNOxnEr0sBF3QyTSpkan6M2mBB-_28veGlHDXj81mH8EL5MTWHD6fztaLpvPbKrlwvhHbsKISPHKiRuhu6deK6lMnQ/w480-h640/Ventana%20redonda.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ventana del comedor del Convento de Santa Clara | Imagen propia</td></tr></tbody></table><h2 style="text-align: left;"><br /></h2><p>Aquella noche ninguna durmió. Fue imposible, oyendo los cascos de los caballos cerca de la iglesia. Las voces apagadas flotando entre los naranjos de la parte trasera... La puerta, una y otra vez...</p><p>Se removieron inquietas en sus pequeños lechos, escuchando los inconfundibles pasos de la madre abadesa a lo largo del corredor... Sintiendo la <b>vibración de los secretos emanando del suelo, atravesando las paredes...</b></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR4jMy8hU5CDZw2QrqHgwjS2dpOLjYBTfBjkrDWB-hRaE4eNL2EGwTqIMgjhMIyveZAQ0pL-DHdvB0WG-QJetLBhEgk7FG3UX-alVFLHb2k_uGAz3NzXuwmFZxcSaQpyXn1PTB_I7xSxHWPOag2gfSGCA7LdIAeRRdWoYKv4CBw3AGsr6ipB_RzsBZ/s4000/Vista%20de%20jard%C3%ADn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR4jMy8hU5CDZw2QrqHgwjS2dpOLjYBTfBjkrDWB-hRaE4eNL2EGwTqIMgjhMIyveZAQ0pL-DHdvB0WG-QJetLBhEgk7FG3UX-alVFLHb2k_uGAz3NzXuwmFZxcSaQpyXn1PTB_I7xSxHWPOag2gfSGCA7LdIAeRRdWoYKv4CBw3AGsr6ipB_RzsBZ/w480-h640/Vista%20de%20jard%C3%ADn.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista de una parte del jardín desde un extremo del claustro | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><h4 style="text-align: justify;">El adiós a Juanico</h4><p>Al final, casi rozando el día, el canto de un mirlo en el jardín quedó interrumpido por ruido de las losas recompuestas junto a las columnas del pequeño claustro. Hubo también tierra removida, manos heladas sembrando flores alrededor de la nueva fuente y el crucero, para honrar al nombre que murió aquella noche: <b>Juanico</b>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8LVFBmf_HmuZYd6XFB3lBrmDQPri6GM7BCt9HufPImLdyUKNO6nhVG5etcu2q5LDB3ZGpijj8riSbiXgrX9CFLJDxljhnBFMMiVlBi7TLtg74fH1UwQTsB9zv15Jb5N7CpCoziVus8dkAAdAUvgsJidoEAgTB4mzbne1K5beM9BzvDxGie49JI4Ku/s4000/Crucero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8LVFBmf_HmuZYd6XFB3lBrmDQPri6GM7BCt9HufPImLdyUKNO6nhVG5etcu2q5LDB3ZGpijj8riSbiXgrX9CFLJDxljhnBFMMiVlBi7TLtg74fH1UwQTsB9zv15Jb5N7CpCoziVus8dkAAdAUvgsJidoEAgTB4mzbne1K5beM9BzvDxGie49JI4Ku/w300-h400/Crucero.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Detalle del crucero del jardín | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br />Los rayos del sol estallaban ya sobre el azul del cielo cuando, somnolientas, se sentaron ante su frugal desayuno, escuchando pasajes de la biblia sin atender apenas a una palabra, una sílaba lanzada al vacío.<div>Después acudieron al oficio, <b>silenciosas tras las rejas</b>, con las miradas bajas y los corazones acelerados por juramentos y promesas</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /><div><br /><h4 style="text-align: left;"><br /><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody><tr><td style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIUIHpSCoVWoazcFgW6BqhOaF6RMgn0FwoKrft06bepPdNs0nNEVAJxsbjUwM_TKChPPc5mkMJ2nVYvreggBWSSi7worpQsXwZqDEOiSqdbwg5G1R8440AqTaWNxJwaNOV20t-72cZJqjqw-sCVxouzOdzk73ZYLHc2LYdzt7A29b2Fj4QnYLB_wwR/s4000/Clausura.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIUIHpSCoVWoazcFgW6BqhOaF6RMgn0FwoKrft06bepPdNs0nNEVAJxsbjUwM_TKChPPc5mkMJ2nVYvreggBWSSi7worpQsXwZqDEOiSqdbwg5G1R8440AqTaWNxJwaNOV20t-72cZJqjqw-sCVxouzOdzk73ZYLHc2LYdzt7A29b2Fj4QnYLB_wwR/w480-h640/Clausura.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div style="text-align: left;">Rejas tras las que se acomodaban las monjas | Imagen propia</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div></td></tr></tbody></table></h4><h4 style="text-align: left;">María, la nueva novicia</h4></div><div>Regresaron en fila a su clausura, con los labios igualmente clausurados y las pupilas pegadas a la espalda de la<b> novicia recién llegada</b>, ninguna sabía exactamente cuándo, aunque lo sospechaban. Ninguna dijo nada sobre el nuevo sitio en la larga mesa de madera, o sobre las sábanas cogidas del armario para preparar otro jergón. Ni una palabra pronunciaron tampoco acerca de las ropas de fraile que algunas intuyeron quemadas entre los rastrojos aquella mañana.</div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">El silencio</h2><div>Ninguna dijo nada porque todas estaban ahí para guardar silencio.<b> Y en silencio quedó, seguramente, más de una identidad</b>. Mezcladas con herederas de las familias nobiliarias y burguesas más conocidas de la ciudad, como los Lobeira o los Aldán, convivieron mujeres sin otro nombre conocido mas que el que el propio hábito les concedió.</div><div>Allí, en esa nueva existencia, quedaron comprometidas con su misión, encomendadas al cielo, pero también a una vida diferente y sin estrenar. Una vida de trabajo por ellas, para ellas y para otras que las necesitaban, dentro y fuera de los muros que las rodeaban, los visibles y los invisibles.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Los conventos fueron espacios cerrados de libertad para muchas mujeres</b>. Es cierto que el perímetro de piedras desiguales únicamente se abría a los tejados y al cielo. </div></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRJ98tsGmaGN_1o5A6CjFr7wIwuLOD8hDv5zgqJ7MH-Mm5bL1-rDIG_WEi63HVOk7fNRxckNSwuoNxTIvatQvWUF5WWZCq4keiR_a4dZeaaSUDtcsft1ZTu3n-x25jhYylw1raT_N-RThkHI5y8JYHmJIfm0AVMIiTSqtSuzPDIlvHBCJ9uYtFNB7g/s4000/Tejados.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRJ98tsGmaGN_1o5A6CjFr7wIwuLOD8hDv5zgqJ7MH-Mm5bL1-rDIG_WEi63HVOk7fNRxckNSwuoNxTIvatQvWUF5WWZCq4keiR_a4dZeaaSUDtcsft1ZTu3n-x25jhYylw1raT_N-RThkHI5y8JYHmJIfm0AVMIiTSqtSuzPDIlvHBCJ9uYtFNB7g/w300-h400/Tejados.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tejados del convento contemplados desde el interior| Imagen propia</td></tr></tbody></table><br />...Pero, cierto es también que, desde la construcción de Santa Clara (en el siglo XIII), muchas hallaron en un interior, que jamás abandonaron, la<b> libertad</b> que, sabían, les sería imposible encontrar fuera. <div>Una de esas mujeres fue María Gálvez, transformada durante años en <b>Juanico</b>. Primero, al servicio de los frailes. Después, peregrino del Camino de Santiago hasta aquí, la ciudad a orillas del Lérez. Huía María de su Toledo natal, donde quedaron un padre autoritario y una larga fila de pretendientes que prometían igual comportamiento. Huyó de una existencia marcada tristemente por el azar de su género. Y su aventura, con un poco de ayuda humana y divina, la trajo hasta la entrada de esta congregación clarisa.</div><div><br /></div><div><h2 style="text-align: left;">Habitantes de Santa Clara</h2><div>Todas trabajaron duro para dejar atrás pasados o futuros. Sembraron, cocinaron, lavaron, <b>inventaron mil formas de seguir adelante... </b>Aprendieron también a leer y a escribir, copiaron textos... Iniciaron un proyecto vital que perduró siglos, siendo ellas mismas las que gestionaron sus quehaceres, labores y tierras, promoviendo su independencia, incluso de los Frailes de San Francisco. Fueron más dueñas de sus vidas que muchas que quedaron al otro lado del gran portalón.</div><div><br /></div><div>Resistieron una estancia obligada en Tui, cuando el edificio funcionó como hospicio. Poseyeron tierras y cobraron los beneficios obtenidos por sus propiedades. Se encargaron de recibir las ofrendas a la Santa (eran típicos los huevos), y alimentaron a sus niños con leche en polvo de los americanos... Incluso llegaron a presentar ante los altos cargos eclesiásticos su causa, en forma de huelga de hambre, <b>reivindicando sus derechos</b>.</div><div><br /></div><div>Entre los muros de este convento pontevedrés, sin duda el tiempo tomó un ritmo propio hasta su <b>abandono definitivo hace tan solo unos cuantos años</b>. En el 2017, Sor Sagrario y Sor Purificación dejaron este, que fue el hogar de su vida, para trasladarse a Santiago de Compostela.</div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Escuchando las voces</h2><div><b>Las historias crecen como la hiedra por estos muros urbanos...</b> Preguntas sin respuesta que, quizás no la tengan jamás... Documentos, fachadas jeroglíficas, puertas que, poco a poco se van abriendo a una existencia nueva...</div><div><br /></div><div><b>Cada vez que paso cerca del Convento de Santa Clara escucho voces</b>. A veces me susurran. Otras, me gritan. Me hablan de sus exilios, del pequeño cementerio, de lecturas compartidas, de oración... En ocasiones cuentan infancias que transcurrieron de pazo en pazo en la cuadrícula de la Plaza de la Pedrera y de otras, extramuros y entre puentes... Preguntan sobre curiosidades del exterior: si sigue existiendo la Alameda, o los Jardines de Casto Sampedro o, si Santo Domingo permanece en pie...</div><div><br /></div><div>Narran también aventuras y desventuras, vidas cotidianas, como las de cualquiera de nosotros.<b> Algunas quieren que las recuerden como son ahora, pura energía que transita las calles de esta ciudad que paseo, día sí y día también</b>. </div><div><b>Y yo se lo prometo. Lo haré</b>. </div><div>Voy a recordarlas. Me cruzaré con ellas y las sentiré entre las pliegues de la ropa, colgadas de mi bolsa de la compra, cotilleando qué vamos a comer; acompañándome a la biblioteca, al mercado, al parque o a ver pájaros junto al Lérez. Jugando, a través de la electricidad de sus voces, con el pararrayos en lo alto de la torre...</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmKWcNKlOek3KV9Zl6-KjEhBNgLlql5tBtPp6lw6GKx5IWNPXezcwpJ8QgGOI0k9Sshx8-Jz6FNbO-liyEx8a2BOGUBoswabAcp8mn0V_9JyWhAuAlNT79g3zBsrHT9uf7ky047TAfRPAoPq89x6EbXekbna4pcuNnLSEiGZtXNkcp2t5BcEJIPwbd/s4624/Veleta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmKWcNKlOek3KV9Zl6-KjEhBNgLlql5tBtPp6lw6GKx5IWNPXezcwpJ8QgGOI0k9Sshx8-Jz6FNbO-liyEx8a2BOGUBoswabAcp8mn0V_9JyWhAuAlNT79g3zBsrHT9uf7ky047TAfRPAoPq89x6EbXekbna4pcuNnLSEiGZtXNkcp2t5BcEJIPwbd/w480-h640/Veleta.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pararrayos en lo alto de la torre | Imagen propia</td></tr></tbody></table><br /><div><b>Cada vez que paso cerca de Santa Clara, escucho voces. </b></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0Pontevedra, España42.4298846 -8.644620217.174348244119017 -43.8008702 67.685420955880986 26.5116298tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-33611386683740205882023-01-29T16:18:00.004+00:002023-01-29T16:38:22.359+00:00De reflejos y sombras<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoDsPnTY7l9DKiIS_zjA7KHjN9R_da6aYfb4fSfVMk1MyvoRO0xwES4-1JOnp8AGWdnpRKB39eL2lrX9_49rfGE9QqTqt4Kdmiu-wv0OWmKWswM20SdGDQ6NA8QRA9X-pqvjayr4fcjlgT9k0UPuY9ypb0HnMRo6unQbQRs9MNAXVyqxBN93t6AcEk/s4624/Peter%20Pan.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoDsPnTY7l9DKiIS_zjA7KHjN9R_da6aYfb4fSfVMk1MyvoRO0xwES4-1JOnp8AGWdnpRKB39eL2lrX9_49rfGE9QqTqt4Kdmiu-wv0OWmKWswM20SdGDQ6NA8QRA9X-pqvjayr4fcjlgT9k0UPuY9ypb0HnMRo6unQbQRs9MNAXVyqxBN93t6AcEk/w480-h640/Peter%20Pan.jpg" width="480" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Reflejos y sombras son asiduos inquilinos de nuestros lugares cotidianos. Jornada tras jornada, amaneceres y ocasos nos regalan momentos de auténtico juego. Instantes que se estiran, elásticos y flexibles, de un extremo a otro de nuestros días y nuestras noches. En este juego participamos todos. Todos, y todo lo que alcanzamos a ver, casi sin nosotros percibirlo, acostumbrados como estamos a pasar de puntillas sobre los minutos.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5xypikEgFKh8fCITZGDsOA3FzAwXPl0VT4Am5y9ku-rWXedDtmm1SpRn1llwM9iiimBu80Kd5DjosmIX-fGGVwWHDRJJVxU1BTaauqWJIM-awuEwF-pYcwqWFiTh7ZvYfMJPnVHU7X5GIxug2OlZhbklhv8VhxYINyAwaqjnsPPCT5kZSppGt5qTT/s4624/Rosa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5xypikEgFKh8fCITZGDsOA3FzAwXPl0VT4Am5y9ku-rWXedDtmm1SpRn1llwM9iiimBu80Kd5DjosmIX-fGGVwWHDRJJVxU1BTaauqWJIM-awuEwF-pYcwqWFiTh7ZvYfMJPnVHU7X5GIxug2OlZhbklhv8VhxYINyAwaqjnsPPCT5kZSppGt5qTT/s320/Rosa.jpg" width="240" /></a></div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Luces, aceras, sombras, ventanas y puentes... Firmamentos, astros, ríos, copas de los árboles, farolas...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"> Nuestros propios cuerpos... <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioqqPGkn1sh34BEW6vpoLPAb46yFKL4X-FvvmOn12iM3OpV-I1jJpJfdjbEgYBu259ai7ZMREDDSkAmp8VUPAG9RBCgoZ2lBxuWXjv6hsY1jYjYap6kRAEnDNOTgvAhP8Q32lt-docPLZxRTr3mgyESKPbxV9fbIbYfD_oL1ebB6s0wiNCqgOuPYxD/s4624/Sombras.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioqqPGkn1sh34BEW6vpoLPAb46yFKL4X-FvvmOn12iM3OpV-I1jJpJfdjbEgYBu259ai7ZMREDDSkAmp8VUPAG9RBCgoZ2lBxuWXjv6hsY1jYjYap6kRAEnDNOTgvAhP8Q32lt-docPLZxRTr3mgyESKPbxV9fbIbYfD_oL1ebB6s0wiNCqgOuPYxD/s320/Sombras.jpg" width="240" /></a>Nuestros propios deseos...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Todos ellos juegan a formar reflejos y sombras, sombras y reflejos, a nuestro alrededor.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Esos momentos inciertos, extrañamente mágicos y difusos, no pueden ser registrados por un reloj, ni siquiera por una palabra... Se trata de segundos imprecisos en los que el día torna en noche y la noche, en día. Suele ocurrir que esa hora exalta, de forma única, la belleza de los lugares. Entonces, se esboza sobre nuestras cabezas, una cúpula celeste de grafitos y acuarelas. El Puente del Burgo, hace siglos pasarela hacia plazas, ferias y mercados, se convierte ahora en cruce de pasos vespertinos que transitan sueños de colores imposibles. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKa-iCRGWt_GDBKhHR1XuWeonEDPf_veT3H0F28TZcaz_SSsQGX82x9EixEd_lfvdelx1mu9Ht3TJIAfYtRPlxz1ehnDmxmvKjJ9NVoPqe607HOGdygn5W2yi7XeNNKl2bPGM_kxk72AgXJcOysZlNf7jpREDhq8XEF8ACuF8qBDG5iOgiPGkPg5Xp/s4624/Bombillas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKa-iCRGWt_GDBKhHR1XuWeonEDPf_veT3H0F28TZcaz_SSsQGX82x9EixEd_lfvdelx1mu9Ht3TJIAfYtRPlxz1ehnDmxmvKjJ9NVoPqe607HOGdygn5W2yi7XeNNKl2bPGM_kxk72AgXJcOysZlNf7jpREDhq8XEF8ACuF8qBDG5iOgiPGkPg5Xp/s320/Bombillas.jpg" width="240" /></a></div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Sobre la Basílica el cielo se oscurece formando un degradado de azules y misterios. Las bombillas se derraman, líquidas, sobre el agua del río. Y el horizonte, los miles de horizontes, se conjugan como verbos irregulares en nuestras pupilas.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqRkx5PopzWKTCWQPtn2Wipr5b3C7-TuMUbZtLzAAKuDNNbqNCA04dfADlaqvxYKDAVu6TlN1kx_BNAvsbzBa3csN3RzmfhcXA1T_qpZEf8RcgOnVjEGrrb24ahgaYm2tlfpe0oqppX1PNNyljStm9Odtfj6QxCPC5A2rZ36AfzWWHadijRcvbwkVY/s2048/Santa%20Mar%C3%ADa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqRkx5PopzWKTCWQPtn2Wipr5b3C7-TuMUbZtLzAAKuDNNbqNCA04dfADlaqvxYKDAVu6TlN1kx_BNAvsbzBa3csN3RzmfhcXA1T_qpZEf8RcgOnVjEGrrb24ahgaYm2tlfpe0oqppX1PNNyljStm9Odtfj6QxCPC5A2rZ36AfzWWHadijRcvbwkVY/s320/Santa%20Mar%C3%ADa.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div>El paso de los siglos acentúa los colores del tiempo y, desde la fachada gótica, hablan las piedras talladas. Cuentan leyendas... Hércules, Teucro toman forma en las tallas... Pero más allá, cuentan también la historia de la gente corriente. Del Gremio de Mareantes que reunió el dinero para alzar Santa María la Mayor, la de todos los que durante tantos años han pasado junto a sus muros, hablando de todo y de nada.<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Por eso, esas horas imprecisas, esas horas que exaltan nuestra capacidad de apreciar ángulos, aristas e imposibles... Esas horas hay que vivirlas, respirarlas, aprovechar incluso los restos que nos queden bajo las uñas... Porque es entonces cuando, en ocasiones, y sin que podamos hacer nada por evitarlo, se fractura la unidad que nos conserva adheridos a nuestros deseos. Se "revela" y se "rebela" todo aquello que todo aquello que no nos permitimos cumplir. Urgente y exigente aquello anhelado (sobre todo lo anhelado en el más absoluto de los secretos) y obligado a permanecer silente, se escapa. Se va, como aquella sombra de un niño que se cuela en la habitación, ansiosa por escuchar, de cerca, cuentos de piratas y aventuras...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9ca-xNjJMtR12atNmgsVzpS5V9Qm2_yMzQuHjxmZS8xEoZWWjHy5XcURtjA7TL2dmzHAR8NTLRRRV-qUtX3LRysVaoNtaWPg_3Bb-xYmpbUwpmNLwyLv5zvOmPtFj0MA43-tnsT6N69GlLcFAeTppKbLeCzmcydl2bHuDUY5kYjhnCRaKVU-6Uo58/s4624/Libro%20Peter.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9ca-xNjJMtR12atNmgsVzpS5V9Qm2_yMzQuHjxmZS8xEoZWWjHy5XcURtjA7TL2dmzHAR8NTLRRRV-qUtX3LRysVaoNtaWPg_3Bb-xYmpbUwpmNLwyLv5zvOmPtFj0MA43-tnsT6N69GlLcFAeTppKbLeCzmcydl2bHuDUY5kYjhnCRaKVU-6Uo58/w480-h640/Libro%20Peter.jpg" width="480" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div></div>Al fin, esa esencia que pervive, sin apenas oxígeno, bajo todas esas capas que nos mantienen firmes, se convierte en una sombra o, en un reflejo.<div>Incluso el más valiente e independiente de los niños perdidos, vencedor de temibles piratas, salvador de princesas indias, amigo de hadas, héroe de aventuras nocturnas... Incluso él desea un cuento antes de dormir... </div><div>Así que, si un día, ves pasar cerca de ti una sombra familiar, rápida y escurridiza... Puede que sea tu sombra.. Quizás es uno de tus deseos bañándose en el río, colgando de una rama junto al amanecer de un mirlo, jugando entre las nubes... Todos, a veces, somos sombras y reflejos.<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1s-EbX3IczjrX0e_X-UI5IqT9s0wYKBJgkLFqerI--6pBe-ffvFYlMQ6kEAyuak5XjXLrQqUBATTxsxw-TqlyVxjMtlefqCgGpN3t9LEiHo_KylceWvfFKJLEFO1d2WTmoLhlPYF2zEnZU6Ag_kWkmwi2Nvt4Yu-BpbXx4dPsE371OYE-bQ-L3cJR/s4624/Sol%20en%20el%20r%C3%ADo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1s-EbX3IczjrX0e_X-UI5IqT9s0wYKBJgkLFqerI--6pBe-ffvFYlMQ6kEAyuak5XjXLrQqUBATTxsxw-TqlyVxjMtlefqCgGpN3t9LEiHo_KylceWvfFKJLEFO1d2WTmoLhlPYF2zEnZU6Ag_kWkmwi2Nvt4Yu-BpbXx4dPsE371OYE-bQ-L3cJR/s320/Sol%20en%20el%20r%C3%ADo.jpg" width="240" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div>Sin darnos cuenta, cada uno a su manera, espera encontrar algún día ese País de Nunca Jamás que J. M Barrie imaginó una vez.<p></p></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-90427303062185526862023-01-26T17:37:00.003+00:002023-01-26T17:55:34.999+00:00A Lanzada: hechizo de cielo y arena<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyAOD5eYCpdhurKiM_z7P9Q4Dz08NmBi5p87zv4TRo4GqcZYmP0QKThoRO4tpECOZX06m4QBa6yEdNxHZqNrz4xWWn9F6AvsJy04N3NoXyVLp5Owf26EiMZx-exC59Lk6fyFh-yGpT0eX6fagP7gXNR82xySP-iZnE6V8ObXMXYgrA-ZsQqc7vDuH9/s4624/Los%20dos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyAOD5eYCpdhurKiM_z7P9Q4Dz08NmBi5p87zv4TRo4GqcZYmP0QKThoRO4tpECOZX06m4QBa6yEdNxHZqNrz4xWWn9F6AvsJy04N3NoXyVLp5Owf26EiMZx-exC59Lk6fyFh-yGpT0eX6fagP7gXNR82xySP-iZnE6V8ObXMXYgrA-ZsQqc7vDuH9/w480-h640/Los%20dos.jpg" width="480" /></a></div><br /><div><br /></div><div>Distintas épocas se superponen en este saliente rocoso besado por las olas. De la Edad de Bronce a la Gallaecia Romana, pasando por un medievo eternamente salpicado de salitre.</div><div><br /></div><h1 style="text-align: left;">El hechizo...</h1><div>En cuanto salimos del coche el hechizo nos golpea el rostro... El aire marino, la promesa de luz del sol... El aleteo de las gaviotas estallando en el cielo como espuma de olas en un infinito mar celeste... <b>El día azul nos atrapa y, poco a poco, vamos confiando...</b></div><div><b><br /></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2JbkYui-B0esBy2yFDSLFbVdK2Xzu2yoMlRWkTsRCLC7kN1pdb10CJhMCFIWb218ppx-9Zy9IKz2NEMiQTKIRIh17F6wdfRI5oicHjh35yJsKt1qz8BJVcD6moRWftzBa0CVzjYfAhJS5r0p4K1b5D_uSo6b6uLpYo1hjdh48LlaWDlPi38ycLGwH/s4624/HOrizonte%20y%20rocas.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2JbkYui-B0esBy2yFDSLFbVdK2Xzu2yoMlRWkTsRCLC7kN1pdb10CJhMCFIWb218ppx-9Zy9IKz2NEMiQTKIRIh17F6wdfRI5oicHjh35yJsKt1qz8BJVcD6moRWftzBa0CVzjYfAhJS5r0p4K1b5D_uSo6b6uLpYo1hjdh48LlaWDlPi38ycLGwH/s320/HOrizonte%20y%20rocas.jpg" width="240" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Frente al horizonte, se replegó el musgo crecido en estos meses en la cara norte de nuestras mejillas. Se evaporó la lluvia que, desde hace semanas, desbordaba nuestras miradas, ríos y embalses.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>La pasarela de madera se convierte en introducción y epílogo de nuestra propia fantasía. En ella, las piedras murmuran, incansables, sus historias. Historias de tiempos distintos y vidas distintas porque allí, en el castro, se han vivido muchas vidas. </div><h2 style="text-align: left;">Un Castro junto al mar</h2><div>Solo con un primer vistazo es fácil apreciar claramente la división de las edificaciones. Nos adentramos en el pequeño poblado, pidiendo permiso a una nube pasajera que pasa sobre nosotros.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVL0uiQIGEfkvOUkbbxkKAfGj7Rddhv6w8YSHuigK5y8SRA_Z5yV4YUG3IYkNaUr2F6xHVQcNhpsX0MU8qDzqdxT7e9g6wl6e1qDBTIzxCyCf3xLLlUeAkuFwmxFnQ6XEeATc3AduIzjzW3oNpbTgJguB8tHOX5-AXMH7qQeCsKzIMTOfvYmSk9eP5/s2048/M%C3%A1s%20castro.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVL0uiQIGEfkvOUkbbxkKAfGj7Rddhv6w8YSHuigK5y8SRA_Z5yV4YUG3IYkNaUr2F6xHVQcNhpsX0MU8qDzqdxT7e9g6wl6e1qDBTIzxCyCf3xLLlUeAkuFwmxFnQ6XEeATc3AduIzjzW3oNpbTgJguB8tHOX5-AXMH7qQeCsKzIMTOfvYmSk9eP5/w400-h300/M%C3%A1s%20castro.jpg" width="400" /></a></div><br /><div>En el medio, una construcción central semeja el eje de la vida en común de nuestros antepasados atlánticos. Se han encontrado vestigios, tanto cerámicos como de metal, que apuntan a un asentamiento dilatado en el tiempo. </div><div>Los alrededores del poblado y el islote cercano están plagados de pistas que invitan a imaginar la vida cotidiana en la zona.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp6DrCV45o35I0SSKHFSgyTtzCkjcdkGS5CAnkRrMATULMYdTbpiKN7rL61CtmX_wD-82j444yIe_IzM7gr51QfDnC9kODTb_Bx8mSVNBGDl8KVrBq2TnjTM0ViSjlUY4Wn4MUV89e1EeOSfibpMuYZ16-r2jESDM-4bMsOovwVJPD-pe1VucMDvb_/s2048/Castro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp6DrCV45o35I0SSKHFSgyTtzCkjcdkGS5CAnkRrMATULMYdTbpiKN7rL61CtmX_wD-82j444yIe_IzM7gr51QfDnC9kODTb_Bx8mSVNBGDl8KVrBq2TnjTM0ViSjlUY4Wn4MUV89e1EeOSfibpMuYZ16-r2jESDM-4bMsOovwVJPD-pe1VucMDvb_/w640-h480/Castro.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>Junto al asentamiento<i> castrexo</i>, se encuentra una <b>necrópolis </b>de época bajo romana. Sobre ella el aire parece teñirse de una solemnidad especial. Y hasta callan los pájaros, portadores de todos sus secretos. Las miradas de los espíritus nos observan entre sus muros de tiempo, invitándonos a conocerlos y a sentirlos. <div>En los alrededores han aparecido monedas, tachuelas y alfileres de hueso, así como restos de incineraciones. Algunos de estos hallazgos pueden contemplarse en la primera planta del Edificio Sarmiento, una de las sedes del <a href="https://museo.depo.gal/" target="_blank">Museo de Pontevedra</a>.</div><div><br /></div><div><h2 style="text-align: left;">La ermita</h2><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzexRMgzM00BqBa1ym_O5fidWujvF8gKKuQKnSh7kHfyS3D6uG3GT2uO-uinhhsPnDOdAMYSrybZX6UtXJDZvIBzS1V3uXVaklXJM3EHo49R__pJuzKDQwiZtjOfpDWjy3JX5lw4LCrI3A7l_SNWRXXq7bO2yIZHdcduvg3_jZVrPQH4YB1B5DA8oz/s2048/Lejos.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzexRMgzM00BqBa1ym_O5fidWujvF8gKKuQKnSh7kHfyS3D6uG3GT2uO-uinhhsPnDOdAMYSrybZX6UtXJDZvIBzS1V3uXVaklXJM3EHo49R__pJuzKDQwiZtjOfpDWjy3JX5lw4LCrI3A7l_SNWRXXq7bO2yIZHdcduvg3_jZVrPQH4YB1B5DA8oz/s320/Lejos.jpg" width="240" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>A lo lejos, la ermita aparece, como en una acuarela, rompiendo el horizonte en dos. <b>Suspendida sobre el atlántico</b>, nos hace sentir colgados sobre el océano, pero muy muy cerca del cielo.</div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJsJH9bZnt4w3f0DGpt-W32-jPHiGTrOLQdgJCZ5wIoj-SY3Pcwm1HAzyfYjgfuDckTKP0UgQEvxDsUfAluWnQrPCQAH9QipbNIkD-tXWL9BV3r43xoqHAGFPkh0sRLMo1PjAuepMFldStRMUkPO50M2aj9E90QEszi8RI06njsXNMMF6OWAvF92tf/s2048/Torre.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJsJH9bZnt4w3f0DGpt-W32-jPHiGTrOLQdgJCZ5wIoj-SY3Pcwm1HAzyfYjgfuDckTKP0UgQEvxDsUfAluWnQrPCQAH9QipbNIkD-tXWL9BV3r43xoqHAGFPkh0sRLMo1PjAuepMFldStRMUkPO50M2aj9E90QEszi8RI06njsXNMMF6OWAvF92tf/s320/Torre.jpg" width="320" /></a></div><br /><div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Saluda, a la entrada del conjunto, la antigua <b>torre defensiva</b> hermanada, siglos atrás, con la de Cambados o las de Catoira.</div></div></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Arriba, la capilla no precisa de campanas, acompañada permanentemente por el rugir del mar y el vuelo azabache de los cormoranes. Alzada en el siglo XIII, su <b>estilo románico</b> casa a la perfección con el entorno.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq8KT2_rs2ahJJ7G6hvI80eri5wGqRIZ82zplWAwPjOVRmE-Th4JcLhgzqLkjKwOIbVKZfc2O5dqP3jhqGdweRM_WQLuy2YLV_1t0WIJK1di0RwHFyWBuPOyevDgRBsel93-FHgChYQgghtCOmZaNC5fbDu2AZl2ohfq1dx7aLHPXTkw5gV9ZB3LlC/s4624/Ermita%20frente.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq8KT2_rs2ahJJ7G6hvI80eri5wGqRIZ82zplWAwPjOVRmE-Th4JcLhgzqLkjKwOIbVKZfc2O5dqP3jhqGdweRM_WQLuy2YLV_1t0WIJK1di0RwHFyWBuPOyevDgRBsel93-FHgChYQgghtCOmZaNC5fbDu2AZl2ohfq1dx7aLHPXTkw5gV9ZB3LlC/w480-h640/Ermita%20frente.jpg" width="480" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><h4 style="clear: both; text-align: left;">Las nueve olas de verano</h4><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Es sencillo imaginar la luz de muchos soles e incontables lunas colarse a través del pequeño rosetón iluminando el interior y a la imagen de<b> Santa María</b>. Precisamente infinitas lunas de verano han sido testigos de las peticiones de fecundidad a la Santa. Un rito que se conmemora el último fin de semana de agosto, saltando nueve olas bajo la atenta mirada del satélite de plata.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Lo cierto es que, en agosto o no, la magia se percibe en el ambiente. Una energía que flota alrededor, como ocurre en otros impresionantes lugares de Galicia en los que<b> naturaleza e historia se entrelazan</b>.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">La energía de un pliegue temporal de arena, pizarra y mar se encuentra aquí, en A Lanzada. <b>Lugar de arenales, a ratos salvajes, a ratos tranquilos</b>. Orilla para olas mágicas a las que pedir el deseo de una nueva vida nueva creciendo y rompiendo las entrañas que la acogen.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Los claroscuros del agua, las sombras y las luces, que van y vienen con la brisa, forman en el paisaje paradojas perfectas. Es imposible no ver el sonido del mar.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47k9gIqO6hDTIlMJNqQy6j8Iq4KNe4zLABKPtmJNiEaVcJLn-nBATWZ-7_R3R-_VV4ikXdi21hgeyjr_Pa_ccWe4OCXCJq85GbYudnrz4If1U7xRsk-Ddk2yLap6Rl5ToGrcCW085jfq7ZlVjiUuSJhsRiN4bVxczSWHLrE-p_an9aboss_dxOudn/s4624/HOrizonte%20y%20rocas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi47k9gIqO6hDTIlMJNqQy6j8Iq4KNe4zLABKPtmJNiEaVcJLn-nBATWZ-7_R3R-_VV4ikXdi21hgeyjr_Pa_ccWe4OCXCJq85GbYudnrz4If1U7xRsk-Ddk2yLap6Rl5ToGrcCW085jfq7ZlVjiUuSJhsRiN4bVxczSWHLrE-p_an9aboss_dxOudn/w480-h640/HOrizonte%20y%20rocas.jpg" width="480" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div>De regreso caminamos contra el viento y, a veces, simplemente nos dejamos llevar como otras más de la bandada de gaviotas que planean sobre el promontorio.<div>Por momentos, sentimos las miradas de los antiguos espíritus clavadas en nuestras espaldas. Nos despiden con sus manos invisibles y vuelven a sus quehaceres. Hoy, nos han conducido a través del pasado y el presente de este lugar inolvidable.</div><div><br /></div><div><b>Un lugar para ver, sentir, soñar y volver.<br /></b><div><br /></div></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-77252408031664260952023-01-23T16:10:00.001+00:002023-01-23T16:10:38.638+00:00Y la luna...<p> </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy-Cs2iQxVnck3lArbgUPLQuyMDYuQgW_W0DIqbqhXHhIyxw_M98tV0F4ioXMpRjdkZY9wIHs0iSgGIKsQ3n3yxvNnl-0Y1gZP7DMtbARjrpQWfPs9yErn7ZpVfER7ZD7M9tP5HYBwWM54M6AVGBG5TmuJuBT78EzLPPsPUJ4wOjjJY0ZXTkqo-zMY/s4608/Luna.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy-Cs2iQxVnck3lArbgUPLQuyMDYuQgW_W0DIqbqhXHhIyxw_M98tV0F4ioXMpRjdkZY9wIHs0iSgGIKsQ3n3yxvNnl-0Y1gZP7DMtbARjrpQWfPs9yErn7ZpVfER7ZD7M9tP5HYBwWM54M6AVGBG5TmuJuBT78EzLPPsPUJ4wOjjJY0ZXTkqo-zMY/w300-h400/Luna.jpg" width="300" /></a></div><br /><p style="text-align: center;"><i>Dar un paseo por el espacio,</i></p><p style="text-align: center;"><i>hablar con los selenitas...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Cerrar los ojos un rato</i></p><p style="text-align: center;"><i>entre murmullos de risas...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Viajar hasta el infinito y,</i></p><p style="text-align: center;"><i>sin billete de vuelta...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Por fin encuentras tu sitio,</i></p><p style="text-align: center;"><i>y vives en una estrella.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Colgada de un cohete subes,</i></p><p style="text-align: center;"><i>saludas a los aviones...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Paseas entre las nubes...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Los años luz van pasando,</i></p><p style="text-align: center;"><i>pero allí no hay calendarios...</i></p><p style="text-align: center;"><i>No hay relojes. No hay horarios.</i></p><p style="text-align: center;"><i><br /></i></p><p style="text-align: center;"><i>Estás en tu habitación,</i></p><p style="text-align: center;"><i>no has salido de tu casa.</i></p><p style="text-align: center;"><i>El sol calienta en el patio</i></p><p style="text-align: center;"><i>y el zumbido de la radio</i></p><p style="text-align: center;"><i>te levanta de la cama.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Solo has estado soñando y,</i></p><p style="text-align: center;"><i>quieres volver a dormir...</i></p><p style="text-align: center;"><i>Entre tus sueños volar,</i></p><p style="text-align: center;"><i>entre ilusiones bailar...</i></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h2 style="text-align: justify;">¿Quién no ha alzado alguna vez la vista al cielo preguntándose qué hay allí... Qué se esconde?</h2><div>... Buscando una estrella, un deseo eterno... O fugaz, quizás... Aguzando el oído a la espera de escuchar el lejano eco de una señal que aplaque la soledad de una galaxia infinita.... </div><div><br /></div><div>Miramos al cielo desde el principio... Desde el principio de todo, de todos... Observatorios neolíticos, antiguas civilizaciones, cometas que van y vuelven siglos después... Pura magia en las estrellas...</div><div><br /></div><div>Buscamos respuestas en el firmamento... ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Otras veces, buscamos a alguien ... Un amor, posible o imposible; ese ser querido que sigue latiendo mimetizado con la energía del universo...</div><div><br /></div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">¿Quién no ha alzado alguna vez la vista al cielo siguiendo el viento entre las nubes, buscando el sol... O la luna?</h2><p style="text-align: left;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgb-M-kpxmy8-yn02q3fwYvkwe3II4qilxVKLiJn59J2G7tvfrH0DHGSs1BfUorPingexlUC1eAMn68cSjc2TkCVHlEyvIyiyncoeX2ripWLVD8pFA7qMoM0vtSTipD4fuPbR3JRgAx5QSqQgZ0PzCuKxA-BFGw2rWb541_4OmPMi3HhU9rTrVZPNU/s4624/Atardecer.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgb-M-kpxmy8-yn02q3fwYvkwe3II4qilxVKLiJn59J2G7tvfrH0DHGSs1BfUorPingexlUC1eAMn68cSjc2TkCVHlEyvIyiyncoeX2ripWLVD8pFA7qMoM0vtSTipD4fuPbR3JRgAx5QSqQgZ0PzCuKxA-BFGw2rWb541_4OmPMi3HhU9rTrVZPNU/w296-h222/Atardecer.jpg" width="296" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp_WSB901n3BtRPuStFj_hAWPcSKth4409TqUq04IerjNnNitXwm_8LpdTSGC-LdPQvXkwuMTif2EoY5IsEp7rbEe48qzoly4gE4x_2ZBPJQTouzEjrvU_d4jDeh64g2p200gWsR7ccBJo-SqJJ9dte4aw66wPgZrP0IOWfUFdp7ZglfrmShMazAJ8/s4608/Noche.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp_WSB901n3BtRPuStFj_hAWPcSKth4409TqUq04IerjNnNitXwm_8LpdTSGC-LdPQvXkwuMTif2EoY5IsEp7rbEe48qzoly4gE4x_2ZBPJQTouzEjrvU_d4jDeh64g2p200gWsR7ccBJo-SqJJ9dte4aw66wPgZrP0IOWfUFdp7ZglfrmShMazAJ8/s320/Noche.jpg" width="240" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><b>¿Quién no se ha quedado alguna vez hipnotizado por un atardecer que declina todas sus tonalidades hasta alcanzar la noche?</b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div>Mientras busco esa anhelada estrella donde establecerme, paseo el universo de la mano del Profesor Astro Cat y sus divertidos y sabios ayudantes... Lunas, galaxias, planetas y mis versos para este paseo galáctico del Doctor Dominic Walliman y Ben Newman...</div><div><br /></div><div>Junto a este inteligente y carismático felino es sencillo descubrir satélites, planetas, cometas, astros... </div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1hG17jB1NjI5oGOwrK81EZjbaV7VEHRJTJ2J2Aquj11zmdfbuRVh-B9rgHe0dPDyoPcg_jmqs-wG9p4bYuXPpJTmnvL3e3_rifx_iLRvO73GpPjzteaTS-K7OXI8rec8HzYopE8tupXSYxBQ_FTKQNtyJdvwZcvTCJwMxSnzPH5Wkggv-cKKqdsQe/s4096/Astrocat2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1hG17jB1NjI5oGOwrK81EZjbaV7VEHRJTJ2J2Aquj11zmdfbuRVh-B9rgHe0dPDyoPcg_jmqs-wG9p4bYuXPpJTmnvL3e3_rifx_iLRvO73GpPjzteaTS-K7OXI8rec8HzYopE8tupXSYxBQ_FTKQNtyJdvwZcvTCJwMxSnzPH5Wkggv-cKKqdsQe/w400-h300/Astrocat2.jpg" width="400" /></a></div><div><br /></div><div><br /></div><br /><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid6knnwmvxEm_JKeEHvkLJitoVcRq7beOz7gl6R0nuIBzRSWGbZJFs4ukmCG08WvbAYKEzxUzbqxUd1UNPuoIZw9JPexuBj_1MNhi66DeUt_rCsc0xLlmTUIBFeciKkVhtHuTiOi3V81SuAPrLMhykRNn90zkj5-Z8-kvcZC4WUm2vkkV6-U7JyNEI/s4096/Astrocat1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="4096" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid6knnwmvxEm_JKeEHvkLJitoVcRq7beOz7gl6R0nuIBzRSWGbZJFs4ukmCG08WvbAYKEzxUzbqxUd1UNPuoIZw9JPexuBj_1MNhi66DeUt_rCsc0xLlmTUIBFeciKkVhtHuTiOi3V81SuAPrLMhykRNn90zkj5-Z8-kvcZC4WUm2vkkV6-U7JyNEI/w280-h210/Astrocat1.jpg" width="280" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgndT_-hRszDv1YxkYfGXalEzbw-48kcxTqXhLpGoXzkiXCXWFGgPxTNbSKxRpPG4ObuPYI4lPqH45SwwSo29YMM5CpJTdhxIILIYqzsqXxiDFyu2C2KwIfqx0mJv7hQt5CTC0bdLHnizHQet985wbjAMzLxqa0S6A5brdMcFMWeQxt17HPC27tH1wN/s4096/Astrocat.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgndT_-hRszDv1YxkYfGXalEzbw-48kcxTqXhLpGoXzkiXCXWFGgPxTNbSKxRpPG4ObuPYI4lPqH45SwwSo29YMM5CpJTdhxIILIYqzsqXxiDFyu2C2KwIfqx0mJv7hQt5CTC0bdLHnizHQet985wbjAMzLxqa0S6A5brdMcFMWeQxt17HPC27tH1wN/w240-h320/Astrocat.jpg" width="240" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>No hay que olvidarse de buscar la luna, pedir deseos en noches estivales, adivinar rosados y azules en el cielo... No hay que olvidarse de conversar con los que se han ido, buscar en el cielo sus miradas y sus voces. </div><div>No hay que olvidarse de preguntarse cada día, cada noche... "¿Y la luna?"</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0Pontevedra, España42.4298846 -8.644620220.576931249974272 -43.800870199999984 64.282837950025737 26.511629799999987tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-35913825868453948972023-01-16T16:09:00.001+00:002023-01-16T16:09:21.988+00:00El nido de mis sueños<p><br /></p><p> Estoy convencida de que <b><a href="https://www.instagram.com/p/Cncg3yusdwo/?igshid=YmMyMTA2M2Y=">mis sueños habitan en un nido</a></b>. Una casa aérea y ventilada, a veces por la brisa... Otras, sacudida por la tempestad... </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGpW3bBxjNB-Mf8YCqSUXMyn2RB8ynL_BKhc27gYwTnA8uDHEMpfmc8rmZY2NR7mo39T3BhhDNR42fchhpIcO771GvrnksifLQ3RcrhB7-NLybRt0xuZ2_OEU1QZSNhm38-hl2sHF-rVskYUrRcbRJun1E6LmnmUVXgFn5ZW91ty2rMk6y5AtWMYui/s1080/Nido.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGpW3bBxjNB-Mf8YCqSUXMyn2RB8ynL_BKhc27gYwTnA8uDHEMpfmc8rmZY2NR7mo39T3BhhDNR42fchhpIcO771GvrnksifLQ3RcrhB7-NLybRt0xuZ2_OEU1QZSNhm38-hl2sHF-rVskYUrRcbRJun1E6LmnmUVXgFn5ZW91ty2rMk6y5AtWMYui/w320-h320/Nido.jpg" title="Versos de nidos" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVRyJ8nn5LT56ihNsLLsq4O1FoeqI7aQd86wyfwEcTeDy9uIwvH0FnNYcSIZEFx0EML9UkG7PjxyBHoE_uvvxWFdBoFlol82Vkc7K-taWrcIV-iqfmKy0VzoDPKdzn5Cx5m5X6cBQ9AGKDaMky9tUwBs5tpvmXgkAXLpwWgerldKkNXaeZ3_HmxvYw/s4624/Nido3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVRyJ8nn5LT56ihNsLLsq4O1FoeqI7aQd86wyfwEcTeDy9uIwvH0FnNYcSIZEFx0EML9UkG7PjxyBHoE_uvvxWFdBoFlol82Vkc7K-taWrcIV-iqfmKy0VzoDPKdzn5Cx5m5X6cBQ9AGKDaMky9tUwBs5tpvmXgkAXLpwWgerldKkNXaeZ3_HmxvYw/w200-h267/Nido3.jpg" width="200" /></a></div>Puede que en una zona tranquila de la ciudad, cercana a lugares donde flotan las risas de los niños, porque mis sueños no quieren olvidar su sonido de cascabeles y esperanza...<div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1_IQn90ISy3vzCqUoF7rRImW66QiTmRMipzO3gZhEPLjpP9SCoKNvi56AEYM8IZ3RhUoGA-FOAeOnDkAPcCTto8DNcgAlIA8JlzgZFWHaRWYrV91wQ3HHGuJxab9l4X4Veg6oB0mF9f9QzRXSHBEZ-fOwCaoH30XZ_M7Qo2Mu7NzucF7yB9aALiXt/w150-h200/Nido1.jpg" width="150" /></div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Pero a veces mis sueños también hibernan en un bosque, dibujado</div><div>de ocres, dorados y verdes... Húmedo de musgo y ríos...</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>A veces siento como<b> mis sueños estallan el cascarón que los guarda</b>, de un azul delicado y tierno. Y, si la realidad es demasiado fría, glaciar, inhóspita... regresan a su crisálida de calcio y cielo...</div><div><br /></div><div>Pero, si oyen el trino de los pájaros... <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjICDKurzyRKhRGlt1z_IoACeB_7Im9jjHn6w1wJXCwnHfmV6a5L1BXlIrczbUgqvFj5H4y6QmxrNzUD7d5vp1rohbpqO8n1RE5ZJV5MzC_JZwzbxQgSr3PIiKyN8Y8MuYQO1WzNgGjzCMpx5hvmy7jVoa7W8Ys8SmJXHCfvNdjrPw4NvnVKYc0hL5W/s1837/Pajarito.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1837" data-original-width="1390" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjICDKurzyRKhRGlt1z_IoACeB_7Im9jjHn6w1wJXCwnHfmV6a5L1BXlIrczbUgqvFj5H4y6QmxrNzUD7d5vp1rohbpqO8n1RE5ZJV5MzC_JZwzbxQgSr3PIiKyN8Y8MuYQO1WzNgGjzCMpx5hvmy7jVoa7W8Ys8SmJXHCfvNdjrPw4NvnVKYc0hL5W/w242-h320/Pajarito.jpg" width="242" /></a></div><br /></div><div><br /></div><div>... Si acude un elegante córvido, de traje negro y camisa blanca a protegerlos... Entonces... Echan a volar en medio de las rimas de los árboles, los versos de lluvia, los sonetos de flores de primavera...</div><div>Porque mis sueños desean siempre ser poesía, y eso es el bosque... Un perfecto verso de la naturaleza...</div><blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><h2 style="text-align: center;"><i>El bosque es una sorpresa...</i></h2></blockquote><div><br /></div><div>E<b>l bosque es una sorpresa, un hechizo que alcanza de muchas formas a todos que en el se adentran</b>. El bosque tiene un poder imprevisible, infinito... Cautiva, abriendo surcos de sembrado incluso en las imaginaciones víctimas de sequía.</div><div><br /></div><div>Su magia cambia de forma, de aspecto...</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMTptuQVI6keX3HZee7BwZT_NoORkm-AwG9nbZwHnzFGyxNOXgOWzyYz6vrVP3ZIc8Lh4cKD50FJN5zcCh8GOgFLBasOttaViWsUKiJYqUe0ohk80kS8i9kV2UZhgj5NRcAUKGxyivgjWxxLaKQ6W56RBh8uRUXwEqGtvOcgnD2uRlmIrQdY-gPiC/s4624/Bosque%201.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMTptuQVI6keX3HZee7BwZT_NoORkm-AwG9nbZwHnzFGyxNOXgOWzyYz6vrVP3ZIc8Lh4cKD50FJN5zcCh8GOgFLBasOttaViWsUKiJYqUe0ohk80kS8i9kV2UZhgj5NRcAUKGxyivgjWxxLaKQ6W56RBh8uRUXwEqGtvOcgnD2uRlmIrQdY-gPiC/w301-h400/Bosque%201.jpg" width="301" /></a></div><br /><br /><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div></div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><br /></div><a href="https://www.instagram.com/p/CSpTRA2DOLt/?igshid=YmMyMTA2M2Y=">Se dibujan en su camino arquitecturas imposibles</a> que plasman un gran amor, aunque sus diminutos ocupantes ya no están. Los pasos siguen laberintos de troncos nudosos que ascienden, guiando miradas y deseos hasta las nubes.<div><br /></div><div>En ellos, si sabes dónde mirar, encuentras auténticas maravillas ... Minutos que cuelgan de las hojas, transparentes como gotas de lluvia; espacios para merendar, hablar y respirar sin acotaciones, tiempos ni paredes... </div><div><b>El bosque es poesía</b>, sus versos hablan de ardillas, otoños, primaveras... Sus versos son amaneceres y mirlos cantores, aromas verdes y profundos, lunas que brillan entre las ramas florecidas...</div><div><br /></div><div><br /></div><h2 style="text-align: center;">Un libro para pasear el bosque, millones de bosques</h2><div><br /></div><div><i>Hay libros que, página a página, te llevan de la mano a pasear por el bosqu</i>e. Entre duendes y bellotas; entre atardeceres anaranjados, como las hojas de los robles otoñales... Es el caso de los Versos del Bosque, de Carlos Reviejo y Jesús Gabán, una delicia que se lee y se siente💚</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoj2PRf0HUPDbxEKGA2v-08-_8Jr340F07Pmm9Mg66spFrMbhbOHcS0rYcvIwg8TioOHiAzQMWdsgLl6R1RI3A28EvTIqkhuC5KxBCsjkXDFe1B6euzGoyydwd-U0zdKFSvfqFZJkOI8g4E1ZpqY1oZPKn1084ZbOAhZ1M66VDgklzF7ZmxzufT3L-/s4624/Verso%201.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoj2PRf0HUPDbxEKGA2v-08-_8Jr340F07Pmm9Mg66spFrMbhbOHcS0rYcvIwg8TioOHiAzQMWdsgLl6R1RI3A28EvTIqkhuC5KxBCsjkXDFe1B6euzGoyydwd-U0zdKFSvfqFZJkOI8g4E1ZpqY1oZPKn1084ZbOAhZ1M66VDgklzF7ZmxzufT3L-/s320/Verso%201.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Frutos del bosque (Pequeño poema boscoso)</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2cn20ObminazH5kwAzeEjRltgIboRPx1MRxVbCdJIqoIKoVx2vSVQHzjdtdzF4WhzdoJWlPuuZq1oZW2yOoMOLF98Q7giS9oHvCQ57u2UOxpdQYPfXULg1iDXX0e6cA06fZ3X6Hm-AdNOgqGnb2q9aPaiEGlXHgFYsGWN8yb5Pq1F10kvCNmnXifX/s4624/Verso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2cn20ObminazH5kwAzeEjRltgIboRPx1MRxVbCdJIqoIKoVx2vSVQHzjdtdzF4WhzdoJWlPuuZq1oZW2yOoMOLF98Q7giS9oHvCQ57u2UOxpdQYPfXULg1iDXX0e6cA06fZ3X6Hm-AdNOgqGnb2q9aPaiEGlXHgFYsGWN8yb5Pq1F10kvCNmnXifX/s320/Verso.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Versos del Bosque<br /><br /><br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /><b>La naturaleza calma, sana, escucha, acoge... Hace un poema para cada uno...<br /></b><br /><br /><br /><br /><div><br /><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0Pontevedra, España42.4298846 -8.644620214.119650763821156 -43.8008702 70.740118436178847 26.5116298tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-79260946598544565382022-08-21T16:00:00.000+01:002022-08-21T16:00:44.136+01:00Pontevedra: de piedra, fuentes e historia<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimA5PqVqQ--Lmfnkv12t4jX3TIFsA5MuZ3fSXr6S5j7gGQpJHQf-QYJ5qyfgPvBKHikVYcf63e6SodSQP5SO71Zf0MIi5v57_BFwO-CJzOWrRRhl4UMXUaNagcMDXaKM2TfFweNh7ss7fGNwnhurcdPqFmXeSVgu2SUAGMtIX6eLRI12d3jGgYvXtE/s4000/Fuente%20do%20Peirao.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimA5PqVqQ--Lmfnkv12t4jX3TIFsA5MuZ3fSXr6S5j7gGQpJHQf-QYJ5qyfgPvBKHikVYcf63e6SodSQP5SO71Zf0MIi5v57_BFwO-CJzOWrRRhl4UMXUaNagcMDXaKM2TfFweNh7ss7fGNwnhurcdPqFmXeSVgu2SUAGMtIX6eLRI12d3jGgYvXtE/w409-h416/Fuente%20do%20Peirao.jpg" width="409" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente do Peirao</td></tr></tbody></table><br /></p><p><br /></p><p><b><i>A Pontevedra puede llegarse de muchas formas</i></b>. Puede llegarse por casualidad, o con un plan premeditado...</p><p>En muchas ocasiones, conocer Pontevedra es una cuestión de azar. Como cuando se llega escapando de nubes pasajeras que ensombrecen el plan de una tarde en la playa. O, en mitad de un camino más largo, más profundo... Pero en el marco de esta travesía siempre existe la oportunidad de perseguir la madurez de la uva, la fragancia invernal de las camelias... Las estelas de salitre que dejan los delfines durante sus traviesas incursiones en la ría... </p><p>En muchas ocasiones, Pontevedra es una casualidad. Pero el viajero que llega a la <i>Boa Vila</i> debe tener claro que siempre va a ser más de lo que se ve a simple vista. Un callejero plagado de presencias invisibles. Un recorrido a través de tiempo y espacios, surcando rutas dibujadas de escudos, frecuentados por fantasmas de literatos y músicos. Un paseo por esta pequeña ciudad a orillas del Lérez magnetiza imaginaciones y miradas.</p><p>Las estaciones visten la ciudad con sus ropajes de colores exclusivos. Mientras, la ría crece y decrece bajo el influjo de la luna y las mareas. Cambian los decorados de las calles, transitando desde filas de escolares que corren al colegio hasta atardeceres que se alargan decorando terrazas estivales. Desde luces navideñas hasta primaveras y maios que visten la Plaza de la Herrería. Sin embargo, hay una constante que ni siquiera satélites, calendarios o relojes pueden cambiar: <b>la magia del agua de las fuentes que compone la música para esta ciudad de piedra dispuesta a contar su historia a todo aquel que quiera escuchar</b>.</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">El rumor de las fuentes</h2><div>Pontevedra es una ciudad pequeña. Una <i><b>Boa Vila</b></i> que, "... da de beber a quien pasa". Y es que es imposible no fijarse en las cuatro fuentes que hidratan la geografía de su casco urbano, fruto de la influencia del arquitecto municipal, Alejandro Rodríguez Sesmero.</div><div>También autor del Palacete de las Mendoza o la Casa del Concello, a finales del siglo XIX impulsó la colocación en la villa de<b> cuatro fuentes de hierro fundido exactamente iguales</b>. La leyenda dice que existía una quinta fuente. Pero aparte de diversas alusiones en ciertos documentos, nada se ha sabido de ella desde el momento en el que se encargó.</div><div><br /></div><div>Hoy en día el cuarteto de fuentes sigue en pleno funcionamiento. <b>Buscarlas, siguiendo el trazado del casco histórico será una forma genial de conocer algunos de los rincones más bellos de su mapa</b>. Además, un plano donde ir marcando las fuentes encontradas y una pequeña recompensa final, transformará el paseo en una yincana, al tiempo que los viajeros más pequeños se convierten en intrépidos detectives.</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDDMv3IOsSHRzj5zdFNM_oCsUjfUJUbg_6WpAEK_2IxBgXiWRbosKCm7jiTI4IUYCzkKgSGZLs5xBvu_fYuZdU8ZSHdzY7jOSDJg3rUEzqySqR6eRlxko2nySNRghlnOSTrCS6_yU5AGL_8qhnTxCA8zH7kXZiTQjQcCA6cgGwQ9C3pnQV14R2OxU9/s4000/Fuente%20de%20Santa%20Mar%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDDMv3IOsSHRzj5zdFNM_oCsUjfUJUbg_6WpAEK_2IxBgXiWRbosKCm7jiTI4IUYCzkKgSGZLs5xBvu_fYuZdU8ZSHdzY7jOSDJg3rUEzqySqR6eRlxko2nySNRghlnOSTrCS6_yU5AGL_8qhnTxCA8zH7kXZiTQjQcCA6cgGwQ9C3pnQV14R2OxU9/s320/Fuente%20de%20Santa%20Mar%C3%ADa.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente de Santa María</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div>Casi desde cualquier punto de la ciudad se intuye el murmullo de la piedra. Un ruido inaudible que trasciende al hormigón y al tráfico de los coches. Un ruido que tan solo queda amortiguado en ciertas zonas por el correr del agua. Y es precisamente en esas zonas donde, aguzando la escucha, puede adivinarse el recorrido para llegar hasta las fuentes.</div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Comenzando el recorrido</h2><div>Es posible comenzar el camino cerca de La Peregrina, emblema de la ciudad. Junto a la iglesia, en la Plaza de Orense, se halla la primera de las piezas. Después, dejando a la derecha la<b> Plaza de la Herrería</b>, puede descenderse hacia la Plaza de Curros Enrríquez. Para, a continuación, elegir entre seguir recto por la calle Manual Quiroga y ascender, al final, hacia la Avenida de Santa María. O, bajar, con la<b> Plaza del Teucro</b> a la izquierda, en busca de la <b>Plaza de la Verdura</b>.</div><div><br /></div><div>Aunque la búsqueda de fuentes no concluye aquí. Un pequeño paseo sin rumbo fijo, seguro descubrirá otras que merecen la pena. Unas, tras los muros del <b>Convento de Santa Clara</b>, del siglo XIII, guardada prácticamente en secreto hasta hace bien poco. Se trata de una hermana, muy parecida, a la fuente que preside los Jardines de Casto Sampedro. Otra, la <b>Fuente do Peirao</b>, en la Calle del Barón. Sobre ella, una inscripción rinde homenaje a la Carabela Santa María, en la que Cristóbal Colón llegó a América. Subiendo esa calle se llega hasta el Parador de Pontevedra, conocido como Casa del Barón. Dentro, en su mágico jardín, canta el agua de una fuente en forma de trébol. A la sombra de sus longevos árboles es sencillo imaginarse penetrando en un libro de cuentos.</div><div><br /></div><div>También, siguiendo en el centro histórico, llaman la atención otras dos fuentes, esta vez de piedra: la que se halla en la base de acceso a La Peregrina. Así como la que adorna las escalinatas de la Plaza del Teucro. La primera, decorada con motivos religiosos relacionados con motivos religiosos relacionados con el<b> Camino de Santiago</b>. La segunda, con una pila en forma de concha. Pero las dos tienen una cosa en común: son solo el preludio de toda una historia por descubrir.</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFm8n6TKEG-sTY7cMs1G15yH92Jj2qkrqNaMBwaX39KXLzXSTCXoMTcTjTQJ2fwVGjwSuFZn7uu_BTFodgafYpRDHhAfVjVRA-vYCyZpcE6JUeh33WMArWDc7h0pXX3P0mTyr8DlTlamO5K8hS3xeH1V2UjHqZw-5_aOhCZxoKFd8oB8J6utaNExf4/s4000/Fuente%20de%20la%20Peregrina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFm8n6TKEG-sTY7cMs1G15yH92Jj2qkrqNaMBwaX39KXLzXSTCXoMTcTjTQJ2fwVGjwSuFZn7uu_BTFodgafYpRDHhAfVjVRA-vYCyZpcE6JUeh33WMArWDc7h0pXX3P0mTyr8DlTlamO5K8hS3xeH1V2UjHqZw-5_aOhCZxoKFd8oB8J6utaNExf4/s320/Fuente%20de%20la%20Peregrina.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente de La Peregrina</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><b>La búsqueda de fuentes es el primer paso en un circuito por una ciudad con mucho que mostrar</b>. Una casilla de salida repleta de promesas. Las horas aquí se tiñen de una cotidianidad acogedora y a la vez, plagada de sorpresas. Es un lugar que se abre para recibir, arropar, hospedar, cuidar... Y, si se escucha con atención,, es un lugar presto a contar secretos de pasado, presente y futuro.</div><div><br /></div><h2 style="text-align: left;">Más que agua</h2><div><b>La de Pontevedra y el agua es una unión innegable</b>, indivisible, irremediable, atemporal... Empezando por las fuentes que ya hemos encontrado y, siguiendo por los <b>ríos que bañan la ciudad: el Gafos y el Lérez</b>. Ambos recorren ciertos puntos de la geografía urbana formando espacios naturales propios aquí y allá, encontrando en la ría el final natural para su trayectoria.</div><div><br /></div><div>Senderos naturales visitados por aves estacionales invitan a transitar entre típica vegetación de ribera. Es habitual escuchar petirrojos y jilgueros acompañando el camino. Si hay suerte, es posible ver alguna garza que ha parado a comer y descansar por la zona. Sobre el Lérez, se tienden <b>varios puentes que conectan con la otra orilla de la capital pontevedresa</b>. El de los Tirantes, el del Burgo, el de A Barca...</div><div><br /></div><div>Dejando a la izquierda el puente de los Tirantes, comienza un recorrido habilitado también para ir en bici. En esa zona, a través de una pasarela peatonal, se accede a un espacio conocido como <b>A Illa das Esculturas</b>. Un lugar en el que arte, imaginación y naturaleza se fusionan en una especie de museo al aire libre. Allí se vivirán diversas experiencias. Desde perderse y encontrarse en un laberinto, hasta tomarse un descanso sobre el césped o, si todavía hay ganas de aventura, buscar un tesoro con los niños, para el que en la oficina de turismo facilitan un plano, y puede que hasta una pequeña recompensa.</div><div><br /></div><div><br /></div><div>Una última cosa: para<i> pontevedrear</i>, sobre todo con niños, siempre es bueno llevar alguna ayuda externa. A nosotros siempre nos funcionan:</div><div><br /></div><div>- Agua y algo de comer.</div><div><br /></div><div>- Planos (pueden utilizarse los de la oficina de turismo) y pinturas o rotus para marcar las conquistas.</div><div><br /></div><div>- Lupas, prismáticos o cualquier otro dispositivo (hecho en casa o comprado) para jugar a ser exploradores.</div><div><br /></div><div>- Tizas (hay mil adoquines dispuestos a servir de lienzo).</div><div><br /></div><div>- Pomperos; porque una simple pompa de jabón puede hacernos volar en un momento de tranquilidad.</div><div><br /></div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtCgYXg3Fdy0LyjTiqRVHOJzRUkRnLCQjup9xuyISrjFad71ufJXx4gV-l5sQeYTYIj2UJsj1rTl3m5D1Zz_285cfeJ_Q9ah0lgWug7la3lp-4s91Gt6g4pXeLEXoXFELj4mko7HsB-fgDW5R3_RyiQR4zFq-28YIO8b3rGIdBBOV14rHMNfT5tXAF/s1600/Plaza%20de%20la%20pedreira.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtCgYXg3Fdy0LyjTiqRVHOJzRUkRnLCQjup9xuyISrjFad71ufJXx4gV-l5sQeYTYIj2UJsj1rTl3m5D1Zz_285cfeJ_Q9ah0lgWug7la3lp-4s91Gt6g4pXeLEXoXFELj4mko7HsB-fgDW5R3_RyiQR4zFq-28YIO8b3rGIdBBOV14rHMNfT5tXAF/w406-h240/Plaza%20de%20la%20pedreira.jpg" width="406" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div>El recorrido por Pontevedra no ha hecho más que empezar. Restan todavía por conocer y explorar plazas, jardines, museos, puentes, palacios... ¿Pontevedreamos?</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-30486248166589066422022-02-17T11:26:00.001+00:002022-02-17T11:26:14.456+00:00Benito, Sofía y el Mar<p> </p><p><br /></p><p>El mar se encuentra en mi horizonte desde que era niña, desde mis primeros recuerdos. Fue compañero de juegos, de chapoteos en la orilla con los pies llenos de arena, de primeros baños en la Playa de Santa Cristina, excursiones adolescentes a Miño, bocadillos entre libros de derecho sobre la arena del Orzán.</p><p>Pero el mar fue también esa palabra de tres letras que significaba la marcha y la venida de mi padre, con la marea. Fue preocupación en casa, cambiando de canal para ver la previsión del tiempo, esperando que la borrasca no estuviera junto a Irlanda. </p><p>El salitre habita en la piel de mi familia desde hace generaciones. Historias que, muchas veces, se quedan enredadas entre algas y noticias, hasta convertirse en el eco de una ola. Historias que no hay que olvidar, con alma y corazón...</p><p><br /></p><p><br /></p><p><b><i>De lo que allí sucedió aquel día nada puede decirse con certeza</i></b>.
De aquello tan solo quedan algunas historias sobre una sirena que hoy todavía circulan por las
calles de Muxía, y unas pocas anotaciones de Anselmo, el antiguo
farero, hechas el día del Carmen de 1964. El mismo día que Sofía
desapareció sin dejar rastro.</p><p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><h3 style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">16 de julio de 1964</h3><div><br /></div><div><p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Las ráfagas de viento marino juegan con las banderitas de colores
que adornan los mástiles. El puerto es un ir y venir de personas. Van de un lado a otro,
cargando comida y bebida en los botes, saludando a viejos amigos, sorteando turistas...</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Sofía los observa y mira el reloj. Tiene tiempo. Todavía faltan un
par de horas para que la procesión salga.</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Echa un último vistazo a la casa. <b>Las cortinas hondean en señal de
despedida, y ella cierra los ojos</b>, agradeciendo el tiempo vivido, las paredes blancas, la
chimenea, el pequeño peral del patio, los nidos de gorriones.</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
El corazón late muy deprisa intentando liberarse. Está nervioso,
como ella. Quiere apurar el paso y tropieza un par de veces. Se
detiene unos segundos para tranquilizarse, pero está impaciente.
</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Respira hondo. Sus pasos serpentean por el camino, entre hierbas y
arenilla. De vez en cuando escucha el motor de un coche a lo lo lejos
y se agacha un poco.</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Acompañan su camino graznidos de gaviotas y cormoranes, <b>promesas de
reencuentros y caricias</b>. Por su cabeza transitan los paseos en <i>dorna</i>
hasta Corrubedo, los días de venta de pescado y los besos de salitre
que se daban a escondidas, sumergios entre dunas y atardeceres. Y, en
invierno, las calles mojadas que cercaban el puerto, las olas rompiendo contra el
pantalán, salpicando las medias y el vestido... Las fiestas del Carmen de su último
verano, comiendo bocadillos de sardinas en la Playa de O Coto,
soñando despiertos una vida juntos, <b>que nunca llegó</b>.</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Y siempre, siempre, en todas las estaciones y vidas posibles, el mar.
Su olor en la chaqueta que, a ella, la envolvía entera, el gorro de
lana, la camisa, <b>el lado de la cama que quedó vacío </b>cuando Benito
marchó. Siempre, la taza que quedó sin lavar en la mesa de la
cocina aquella mañana, la toalla, junto al fregadero, que solía
utilizar para lavarse antes de comer. <b>Él nunca la abandonó, no del
todo...</b></p></div><div><p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Los primeros meses sin Benito, Sofía no lavó la ropa. Se aferró a
su rastro, como un sabueso, luchando por recuperar una presa que se
le escapó. Dormía envuelta en el abrazo de lana de su jersey,
recordando la última vez que habían hecho el amor entre las
sábanas. Comía sentada frente a la ventana para poder ver el mar,
contando los segundos que transcurrían entre ola y ola, para no
olvidarse de respirar. Luego, muchas veces, volvía a dormir y
despertaba confusa y aturdida, <b>cuando el <i>solpo</i>r ya se había
asentado</b> sobre los muebles y las paredes de la casa, y la oscuridad
se iba tragando el aire que la rodeaba, poco a poco. Al cabo de un
rato, abría de nuevo los ojos, incapaz de reconocer el presente.
Solo veía interrogantes, revoloteando como mariposas por la
habitación.</p><p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiowtmZiKtWjKhrc3bcgsQ7vrcoihAuTXJchTQkXuu9A43d5UoDvrbUsdkT8KDMf0R6nEBw3Ctzuh1g0QmepOWZ1veZ1EdEm7ZwDR4RTkRM9EsLZhdI5r8ABBj_X2-iTXFnTFurJN4Q5FwQJhOVN8n2l5YviaW4F4teQOISrm21X6TxgfON1b3UKS4g=s4000" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="A lo lejos, el mar" border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiowtmZiKtWjKhrc3bcgsQ7vrcoihAuTXJchTQkXuu9A43d5UoDvrbUsdkT8KDMf0R6nEBw3Ctzuh1g0QmepOWZ1veZ1EdEm7ZwDR4RTkRM9EsLZhdI5r8ABBj_X2-iTXFnTFurJN4Q5FwQJhOVN8n2l5YviaW4F4teQOISrm21X6TxgfON1b3UKS4g=w300-h400" title="A lo lejos, el mar" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A lo lejos, el mar...</td></tr></tbody></table><br /><p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><b>Ve el santuario a lo lejos</b>. Las gaviotas se quedan mudas de repente,
incluso el viento y las nubes parecen detenerse cuando Sofía mira el
mar, cuando el mar ve a Sofía. Las cuentas pendientes entre ellos se
vuelven espuma. Nunca le perdonó al mar el naufragio. Cuarenta años
conviviendo con la obligación de ignorarlo; de veranos sin playa y
paseos sin orillas. Cuarenta años desde que la marea se tragó a
Benito, preso de las cuerdas de una nasa. Hoy Sofía viene a cobrarse
la deuda.<b> Ha llegado el momento</b>. Un día del Carmen como aquel, que
fue final, ahora será principio.</p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Aspira la fiereza del océano, notando cómo late en ella. <b>Él está
cerca</b>. Por fin, él otra vez. Se descalza y camina sobre las rocas.
La energía del lugar le hace cosquillas en los dedos, sube por sus
rodillas, le acaricia el vientre. Acuden a sus pupilas imágenes de
su boda, fotografías antiguas junto a la <i><b>Pedra dos namorados</b>, </i>un
beso, el para siempre que se prometieron en silencio.</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjJ_JsuY3jZthOv9k-OmZjbB1Afs_1oahWZEuO39jT1cZehHKEo3Ju9piy7bfhNIsqRpGe5NdzgUEV2sdhLg3au40YHCA-nah-BFUdtChOUoFDWs_qCgIrtqtxQq3pZxBKBaLr_YyVBUeV6znZ33VpEBM69GKZZ-aXaBMO1ADvYfWxRJQsynlBg2Qy3=s4000" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="En la orilla" border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjJ_JsuY3jZthOv9k-OmZjbB1Afs_1oahWZEuO39jT1cZehHKEo3Ju9piy7bfhNIsqRpGe5NdzgUEV2sdhLg3au40YHCA-nah-BFUdtChOUoFDWs_qCgIrtqtxQq3pZxBKBaLr_YyVBUeV6znZ33VpEBM69GKZZ-aXaBMO1ADvYfWxRJQsynlBg2Qy3=w300-h400" title="En la orilla" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la orilla</td></tr></tbody></table><br />
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">Deja caer la blusa y la falda, que
marchan volando con el viento. Desciende hasta casi tocar el agua.
El sol brilla con fuerza y el tiempo se para. El mar la atrapa en una
ola que la traga en un instante, y Sofía se deja ir. Al cabo de un
momento le ve. <b>Allí está, esperándola en medio de una pradera
submarina, junto a su </b></span><i><b>dorna</b></i><span style="font-style: normal;"><b>
naufragada</b>. Ella nada, ágil e impaciente. Los peces le ceden el
paso, los cangrejos se ocultan bajo la arena. El horizonte se vuelve
verdoso e infinito…</span></p>
<p align="left" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b><i>Ahora ellos son mar</i></b>.</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p>
<p align="left" class="western" style="font-style: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</p><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-79786646880283909662022-02-07T10:34:00.004+00:002022-02-07T10:34:52.085+00:00Zapatos mágicos<p> </p><h4 style="text-align: left;">Una historia pequeña...</h4><div>Esta es una historia pequeña. Una historia de esas que van<b> hilvanando los minutos</b> de un día cualquiera, hasta bordar días y tejer semanas...</div><div><br /></div><div>Esta es una historia pequeña, de esas que se cuelan como <b>corrientes de aire entre las rutinas</b>, entre baños y lavadoras que se superponen con cenas y meriendas, con mocos, cuento y horas de irse a dormir...</div><div><br /></div><h4 style="text-align: left;">Una historia grande...</h4><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgj3VA2sV_HlvMJe9QggYAWby2C3uZFXBvQdXsYzIXBxmp4imJYKkqEVCGWrwle9P27XFZmdNzpw-CVtHzAObdFq3E81n_X8wfAIjiWvAFQaRFVQa8T2HLYyXfiu3IDa4wtu_mexzizBtiZH4tIehRuDaRzkx_i5B_SPvo11UwGtoZREj6aaI4PkgdD=s1080" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Mary Poppins y el Capitán Garfio" border="0" data-original-height="1079" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgj3VA2sV_HlvMJe9QggYAWby2C3uZFXBvQdXsYzIXBxmp4imJYKkqEVCGWrwle9P27XFZmdNzpw-CVtHzAObdFq3E81n_X8wfAIjiWvAFQaRFVQa8T2HLYyXfiu3IDa4wtu_mexzizBtiZH4tIehRuDaRzkx_i5B_SPvo11UwGtoZREj6aaI4PkgdD=w320-h320" title="Mary Poppins y el Capitán Garfio" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mary Poppins y el Capitán Garfio</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div>Pero esta también es una historia grande, la de <b>dos peques de cinco años que deciden pasar una tarde jugando </b>a ser <i>Mary Poppins</i> y el <i>Capitán Garfio</i>...</div><div>Es una historia más de cómo esos <b>condicionamientos</b> y etiquetas que flotan en el aire <b>como virus</b>, a veces están a punto de infectarlos... Y, me sorprenden con comentario sobre si las niñas hacen esto y los niños aquello. En ocasiones, les noto ya pequeños síntomas, y se cuelan en su lenguaje infantil distinciones por género, diferenciando dibujos, películas, juguetes, ropa... Y colores...</div><div><br /></div><div>Esta es una historia pequeña y grande, grande y pequeña, sobre como la contaminación de los entornos se filtra, poco a poco, hacia los tiernos interiores infantiles...</div><h3 style="text-align: left;">Zapatos mágicos</h3><div>Esta también es la historia de unos <b>zapatos mágicos</b>. Unos que ellos, desde el primer momento, sintieron especiales. Unos <b>tenis blancos de velcro</b> que compramos a principios de curso en una tienda de Pontevedra,<i> Las merceditas de Iria</i>. Pero unos tenis que no resultaron ser unos tenis cualesquiera; son con detalles en <b>rosa "purpurinizado"</b>. Y, lo más importante: les parecieron <b>los más geniales del mundo</b>.</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiezNT8K9d3ZqWXQ2EkouqDY0YSEOB-DkK8MZMNJU3OPa0c3Iw98c_gREka9qCm2CNOOBSYKO3PBNOd09DzjGzpmNrePaWQberkf4hepQM8nVyIkx79DaZtbZx8o5pP2P8KDh56ia4ncSonwi4x41l2iR1XaI7ylW5LgyVCB3zgBTsL_fnc--E5LUyG=s1080" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Zapatos mágicos" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiezNT8K9d3ZqWXQ2EkouqDY0YSEOB-DkK8MZMNJU3OPa0c3Iw98c_gREka9qCm2CNOOBSYKO3PBNOd09DzjGzpmNrePaWQberkf4hepQM8nVyIkx79DaZtbZx8o5pP2P8KDh56ia4ncSonwi4x41l2iR1XaI7ylW5LgyVCB3zgBTsL_fnc--E5LUyG=w320-h320" title="Zapatos mágicos" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Zapatos mágicos</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Ahora pienso que quizás fue el destino el que trajo esos zapatos a casa. Un guiño mágico disfrazado de pragmatismo... Queríamos unos zapatos fuertes y resistentes y, esos estaban esperándonos.</div><div><br /></div><div>Las preguntas no tardaron en llegar, primero en sus clases: "¿Por qué llevas tenis rosas si eres un niño?"... Hace unos días, en una plaza: <b>"Llevas tenis de niña"</b>... Incluso el dependiente de una tienda de deportes. "No te los traigo en rosa... ¿Verdad?".</div><div><br /></div><div>Han llegado a casa tristes, dubitativos...</div><div><br /></div><div><b>Los colores</b>, por encima de todo, <b>deben hacer sentir bien a quienes los llevan</b>. Y para ellos, sus tenis con rosa son felicidad. Algo que han estado a punto de dejar de lado porque les han hecho dudar, sentirse inseguros por un sinsentido.</div><div><br /></div><div>Por suerte, en nuestro hogar, además de desorden y pelos de Gastón, también hay un <b>muro que construimos cada día</b>. Una mezcla imperfecta de confianza, preguntas, respuestas, y preguntas sin respuesta, acompañadas de unas tijeras para cortar esas etiquetas que la costumbre nos impone, o intenta imponer, y nos hacen tanto daño. </div><div>Leemos cuentos, aprendemos, escuchamos y nos escuchamos, cosiendo nuestro día a día, hilvanando minutos, digiriendo lo qué ocurre en nuestras pequeñas grandes historias.</div><div>Esta noche me he acostado pensando en distintas fórmulas para nuestro cemento. Nuevas maneras para conseguir que el muro no se agriete y sea refugio, energía y apoyo capaz de parar los proyectiles de ataques que, seguro, se presentarán cada vez con más fuerza.</div><div><br /></div><div>Por suerte, como Dorothy con sus <b>escarpines de rubíes</b>, solo necesitan <b>chocar los talones</b> para estar en casa. Para que les repitamos cada día que intenten ser ellos mismos, pintando el mundo de lo colores que quieran.</div><div><br /></div><div>Mientras, seguiremos el camino de <b>baldosas amarillas</b> y, si lo prefieren, <b>rosas</b>.</div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-19745475817255757162022-01-31T09:30:00.005+00:002022-01-31T09:30:35.475+00:00A veces... La alegría<p>Hay días que pesan, como losas sobre los hombros, como la soledad no buscada. Un abrigo que aprieta hasta la asfixia, del que no puedes desprenderte.</p><p>Hay minutos, horas que se alargan. Se estiran como una goma, y sabes que cuando la goma se suelte te hará daño.</p><h3 style="text-align: left;">¿Dónde está la alegría?</h3><div>A veces en la ilusión, sin más, sin menos...</div><div><br /></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgbZdoK-HAaF62aoaecyjsJ3-l4CvNYSIb-mz0jB_8x3ns9Vks0jA2UA8CnbNsOTaOAfBFwEyh4c_ilF_-VQcwWYEfG1OtzaBt7fBiluVTb3eDx7dL7LiFuEgMOa231-M29FREKfFIy0ICvlFgRfyOEpv64POxIMDUJX69hEsb2VWeyeR9Zgzs_K0Ow=s1080" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="La ilusión" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgbZdoK-HAaF62aoaecyjsJ3-l4CvNYSIb-mz0jB_8x3ns9Vks0jA2UA8CnbNsOTaOAfBFwEyh4c_ilF_-VQcwWYEfG1OtzaBt7fBiluVTb3eDx7dL7LiFuEgMOa231-M29FREKfFIy0ICvlFgRfyOEpv64POxIMDUJX69hEsb2VWeyeR9Zgzs_K0Ow=w320-h320" title="La ilusión" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La ilusión</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><br /><div><br /></div><div>A veces es remolino, relámpago, <b>luna llena</b>...</div><div><br /></div><div>A veces, me lo guardo bajo los párpados, en el secreto del sueño que encierran las pestañas...</div><div>Otras, se me escapa, invisible, en <b>carcajada </b>enredada en el vapor caliente de mi aliento...</div><div><br /></div><div>A veces, es bombilla, luciérnaga, el <b><i>solpor</i></b> de mi tierra en la ventana abierta...</div><div>A veces, <b>promesa de primavera</b>... Otras, deseo no soplado...</div><div>A veces, <b>música</b>... A veces, la melodía de las hojas bajo mis zapatos, poniendo la melodía a los pasos perdidos... Otras, silencio...</div><div><br /></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh8yju7LZRJzVd6uKqOLJVa5pi6LW3BjTaXx0UbfCs9kmlVT1EK2sQ_b-qQs7zsZ-5oxCSs91DUjl0qTyk2Pc2k_8nrBsXXqej9CtkzO7N7gFjtEITYkf_54QhMSQwhqUGmluTK7XXN6lf8Rs829UPcsJTxrwu3ETns4yKAKQxIKIry-K3q4qQHCL-m=s1080" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Árbol florecido" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh8yju7LZRJzVd6uKqOLJVa5pi6LW3BjTaXx0UbfCs9kmlVT1EK2sQ_b-qQs7zsZ-5oxCSs91DUjl0qTyk2Pc2k_8nrBsXXqej9CtkzO7N7gFjtEITYkf_54QhMSQwhqUGmluTK7XXN6lf8Rs829UPcsJTxrwu3ETns4yKAKQxIKIry-K3q4qQHCL-m=w320-h320" title="Promesa de temprana primavera" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Promesa de primavera<br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div>A veces, muchas, son ellos, crujientes todavía, como un <b>papel de regalo que envuelve el infinito</b> de la inocencia temprana...</div><div>Otras, es la sorpresa de encontrar, en una calle de mi ciudad, la <b>diminuta morada </b>del Señor Ratoncito Pérez...</div><div><br /></div><div>A veces, un detalle, una sorpresa, una puerta diminuta da entrada a la ilusión, te mejora el día, la vida, el color de la mirada...</div><div><br /></div><div><br /></div><div><b>A veces, la alegría espera a ser encontrada...</b></div><div><br /></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-74680170665113392322022-01-23T17:09:00.003+00:002022-01-23T17:09:31.615+00:00El niño que da vueltas alrededor del sol<p> Este fin de semana con la ayuda de <b>Marty y Doc</b> nos dimos una vueltecilla (o más de una) por el pasado, y soñamos futuros. Y allí, sentada ante los mandos de un Delorean imaginario, recordé una historia...</p><blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><u>A Gastón le encantan mis historias... Ahí va...</u></p></blockquote><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjtZkhojl_3Cya1GqsILqwYalT17nwRwXs3geWu7TlZhT1cd7Zaa1oC5VVax1eopp3xD52qEK6PBSR0AmGXepmKe2k4PBls24l7qF9XW9o_i4nX6UintZEWNJArDaxf8i4qISbifv-4MVzLSFK73fEZGQ423bQJnlLlXJ0sqqcoyCOWvT7IEjPQY4pQ=s4000" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Marty y Doc" border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjtZkhojl_3Cya1GqsILqwYalT17nwRwXs3geWu7TlZhT1cd7Zaa1oC5VVax1eopp3xD52qEK6PBSR0AmGXepmKe2k4PBls24l7qF9XW9o_i4nX6UintZEWNJArDaxf8i4qISbifv-4MVzLSFK73fEZGQ423bQJnlLlXJ0sqqcoyCOWvT7IEjPQY4pQ=w300-h400" title="Marty y Doc" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Marty y Doc</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><h3 style="text-align: left;">La historia de un niño y un astro</h3><div><b>Había una vez un niño que comenzó un viaje alucinante alrededor del sol hace mucho tiempo</b>...Dicen que partió siendo muy pequeño, casi diminuto, a las 6 de la tarde de un 21 de enero de hace ya 43 años. Comenzó a volar más rápido, más lento a veces... Agarrado a la estela de un cometa, deslizándose sobre anillos planetarios... Flotando en medio de la antigravedad de las estrellas.</div><div><br /></div><div>Yo lo conocí ya en la mitad de su vida, y nos hicimos compañeros de viaje, aventuras y desventuras. Juntos exploramos...</div><h4 style="text-align: left;">Exploramos planetas y universos</h4><div>Juntos exploramos planetas paradójicos, algunos burbujeantes, otros más tranquilos. Unos oscuros, otros luminosos.</div><div><b>Juntos descubrimos universos increíbles</b>... Comarcas habitadas por pequeños hobbits, minas tenebrosas guardadas por dragones... Desérticos kilómetros repletos de basura espacial, donde se posaban a descansar milenarios halcones... Conocimos príncipes cuidadores de delicadas rosas, ositos que cuidaban la inocencia de su niño.</div><div>Pintamos paisajes supercalifrágicos, soñando magia.</div><div><br /></div><h4 style="text-align: left;">La paternidad</h4><div>Al tiempo, arribamos a las<b> Costas de la Paternidad</b>, donde las olas de la incertidumbre, a veces casi volvían invisible aquel horizonte donde flotaban las nubes de nuestro pensamientos. Allí, en el horizonte capturamos las palabras que queríamos decirnos, armados con cazamariposas, y proseguimos camino.</div><div><br /></div><div><b>Algunas plazas junto al niño se han ido quedando vacías de pequeños pasajeros</b> que aguardan ahora en una parada de autobús al otro lado del arco iris. Otras, se han ido ocupando, individuales y múltiples, perrunas, humanas y hasta marcianas...</div><div>Ahora somos 6 los que la acompañamos, soplando juntos las velas del palo mayor de nuestra nave, soplando juntos las velas de todos los cumpleaños. Unidos con ese vínculo invisible que se teje entre las personas que se elijen mutuamente.</div><div><br /></div><div>Los días se han ido desgranando como la pulpa jugosa de una granada, hasta hoy.<b> Un año más. 43</b>.</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiaQ5j6FvmQfzVy8rAThXYciTikYieVa-k53ZNjtDcRA4z-QBsjTgVhXDVmhMotxU9o5ekUaRYlg_BP_3cPkF_UZyLO9mFYg2nOpzf4vVrqPC0TkJ3Pqv3c42Vi0XQQuwfjRhblwyvNO9wCSisP7bxo5VpwzzY5riubpYqcKjJGUWsEDID4pg8rKzZI=s4000" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Gastón muy concentrado" border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiaQ5j6FvmQfzVy8rAThXYciTikYieVa-k53ZNjtDcRA4z-QBsjTgVhXDVmhMotxU9o5ekUaRYlg_BP_3cPkF_UZyLO9mFYg2nOpzf4vVrqPC0TkJ3Pqv3c42Vi0XQQuwfjRhblwyvNO9wCSisP7bxo5VpwzzY5riubpYqcKjJGUWsEDID4pg8rKzZI=w300-h400" title="Gastón muy concentrado" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gastón totalmente escuchando totalmente concentrado</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>Hasta aquí la historia por ahora, Gastón. Seguiré contándote esta historia. </div><div>Prometo que sus ojos cerrados son de pura concentración.</div><div><br /></div><div><br /></div>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-465702646396079396.post-69337844685961265552022-01-16T15:51:00.000+00:002022-01-16T15:51:06.044+00:00Donde habitan los ángeles<p> <b>Hay unas nubes distintas</b>, especiales... Unas nubes diferentes a esas que vemos cuando elevamos la vista hacia el cielo. No son grises, ni blancas, ni tienen nombres científicos. No forman parte del ciclo del agua, sino del ciclo de nuestra vida. </p><p>Se trata de unas nubes donde se han ido alojando nuestros ángeles, haciendo allí sus camita eternas, sus pequeñas madrigueras. Y en mis nubes... habitan ellos.</p><p><b>He sido, y soy, madre humana y perruna, y no lo cambiaría por nada.</b></p><p>De todos mis compañeros de cuatro patas, cada uno fue diferente... inolvidablemente diferente.</p><p>A veces, mientras escribo, <b>contemplo la pared donde me acompañan</b>, junto a mi mesa de trabajo, sus recuerdos estampados en fotografías que ahora, me parecen tomadas en otra vida. Allí están, jóvenes y mimosos, junto a nosotros, sin arrugas ni canas.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi6WcvUxS-010dTSbg4tc_GtHQVtzISFIlullFS5xxzO4hncwGYoGSRQNXkx9yTn85zKHP_3TrXj-kl6AmAsIvC2ioN2Gwt1BuFrgGKvdWTUxQ9a5LkRnpBZbyDR157g7OXkAX9flk8fl3dfNI0Oa1naLFzj_Z4IekZu9UE0BWdZi4pV1IA1yYG65zF=s4000" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Mi pared de ángeles" border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi6WcvUxS-010dTSbg4tc_GtHQVtzISFIlullFS5xxzO4hncwGYoGSRQNXkx9yTn85zKHP_3TrXj-kl6AmAsIvC2ioN2Gwt1BuFrgGKvdWTUxQ9a5LkRnpBZbyDR157g7OXkAX9flk8fl3dfNI0Oa1naLFzj_Z4IekZu9UE0BWdZi4pV1IA1yYG65zF=w300-h400" title="Mi pared de ángeles" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mi pared de ángeles<br /><br /></td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p>La mayor parte de mi vida independiente la he vivido junto a ellos, disfrutándolos, aprendiendo de ellos, queriéndonos... Y ahora, su falta me pesa (nos pesa) cada día. Comprendo que todo esto lo comparten y entienden quienes también lo han vivido, al meno de un modo parecido. Pero me cuesta mucho, muchísimo pensar, que tengan que gustarte los perros (ya no hablo de los animales en general) para tomar conciencia de que son seres que sienten, sin que una Ley tenga que dictarlo así. Por supuesto que todo lo que suponga un punto más a su favor hay que tomarlo como algo positivo, pero hace <b>falta mucho más... Algo más profundo que jamás saldrá en el BOE</b>.</p><h3 style="text-align: left;">La nueva Ley entró en vigor el 5 de enero</h3><p>Y si esta ley (Ley 17/2021 de 15 de diciembre) que los reconoce como "seres sintientes" se ha hecho necesaria es porque nuestras carencias como sociedad nos están llevando a un agujero negro, arrastrados por la falta de empatía y de capacidad de ver con claridad la vida. </p><p><b>Soledad, miedo, amor... todo ello cabe en sus corazones</b>. Todo y más. Yo lo he visto, lo veo cada día. Quizás debemos mirar alrededor, sí. Pero sobre todo, <b>mirar hacia dentro</b>, reflexionar...</p><p>Hace unos días un perro fue abandonado, durante la noche, atado a la puerta de la protectora "Os Palleiros" de Pontevedra. El perro, nervioso, y desorientado, escapó y fue atropellado. Murió. Como él mueren todos los días, abandonados, de hambre, atropellados, o de pura tristeza.</p><p> <b>Otro ángel más. ¿Va a impedirlo una ley?</b></p><p><br /></p><p><i>"Perro no recuerda su nombre porque hace mucho que nadie lo pronuncia. Su nombre cruzó rápido por su vida, igual que la posibilidad de una familia, un hogar.</i></p><p><i>Perro tiene el pelo de color canela oscuro; los ojos de un avellana claro salpicado de manchitas verdes. Perro utiliza sus ojos avellana claro para mirar a uno y otro lado. No encuentra nada. Solo él y un mundo enorme.</i></p><p><i>Perro ve pasar a las personas y quiere acercarse. Se acerca buscando no sabe qué... Quizás solo amor.</i></p><p><i>Perro tiene miedo. El miedo se le ha pegado a la piel, al pelo sucio... Como él se pegó, se queda pegado al suelo mirando el coche acercarse...</i></p><p><i><br /></i></p><p><i>Aquella noche murió Perro. Perro muere todos los días".</i></p><p><b><i>Para todos los Perros del mundo </i></b></p><p><b><i><br /></i></b></p><p><b><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi5R1yWR1Fa6I3UkAkhmH6YyypL6koGjbhRrW419u6opYaWxoIt1NHIZW9QhrB_OFE9ZV4QEKmjXSZIohiDDKyJdnJSrqENzFm2-2gm13hnmtZtln0y3MFHJGBRj4N8bQBRnl2NTv4BbMi1SEcW7HAse9fEz9NbISM-UQ0Qz_EOaAKw93QcwmhpYFqL=s1633" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1633" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi5R1yWR1Fa6I3UkAkhmH6YyypL6koGjbhRrW419u6opYaWxoIt1NHIZW9QhrB_OFE9ZV4QEKmjXSZIohiDDKyJdnJSrqENzFm2-2gm13hnmtZtln0y3MFHJGBRj4N8bQBRnl2NTv4BbMi1SEcW7HAse9fEz9NbISM-UQ0Qz_EOaAKw93QcwmhpYFqL=w253-h168" width="253" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Trufo y Cane</td></tr></tbody></table><br /><i><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiZM5JfyT48WAPFPAFyYyCj80OrYDN8az2WNgmfnlslR6InrUoDcRT41LgLU5viECpIkUgJOfkBgVU24FMHAw-ru5_1iVALwKSrzyZ1y6uBznVlZzwNiw5Xu3IGNbDJUiYXTSe9B9OaUjEDzZNsLTnoKLS-eYkM-j9HILgJOMlDv-DRCQ47Yk78rm5x=s4000" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiZM5JfyT48WAPFPAFyYyCj80OrYDN8az2WNgmfnlslR6InrUoDcRT41LgLU5viECpIkUgJOfkBgVU24FMHAw-ru5_1iVALwKSrzyZ1y6uBznVlZzwNiw5Xu3IGNbDJUiYXTSe9B9OaUjEDzZNsLTnoKLS-eYkM-j9HILgJOMlDv-DRCQ47Yk78rm5x=w207-h276" width="207" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gastón<br /><br /><br /></td></tr></tbody></table> <br /></i></b></p>Eva F.http://www.blogger.com/profile/13691459475967584267noreply@blogger.com0